María Rodríguez (ALN).- La huida de los venezolanos se acelera y la presión interna y externa de los países que los reciben es máxima. También las tensiones xenófobas. La última estalló en Ecuador tras un crimen brutal de una mujer ecuatoriana por parte de su expareja, un venezolano. La reacción del presidente Lenín Moreno fue la de condenar el asesinato con una advertencia firme al éxodo venezolano. Estudia incluir más controles en la frontera, lo que en la práctica significa todavía más presión para Colombia.
¿Arranca una nueva fase del éxodo venezolano? ¿Qué vendrá ahora? ¿Más conflicto? La presión de los países que reciben inmigrantes venezolanos es máxima. No dan más de sí, ni los recursos ni las autoridades. Y la huida de venezolanos continúa, y se acelera. Llegará a 5 millones en 2019, según Naciones Unidas. La presión incide sobre todo en Colombia, que alberga ya a más de un millón de venezolanos. Pero también en Brasil con 154.000; Perú, con más de 500.000 y Ecuador, con 300.000, según cifras de los gobiernos.
En este último es donde ha estallado el último capítulo de tensión xenófoba, tras un crimen brutal de una mujer ecuatoriana por parte de su expareja, un venezolano. La reacción del presidente Lenín Moreno fue la de condenar el feminicidio con una advertencia firme al éxodo venezolano.
Carballo: “No es una nueva fase en todas las categorías, pero tal vez estemos en una nueva fase en la dinámica de convivencia”
En declaraciones al diario ALnavío, Pablo Carballo, investigador y profesor de Sociología en la Universidad de Costa Rica, concreta: “No es una nueva fase en todas las categorías, pero tal vez estemos en una nueva fase en la dinámica de convivencia”. ¿Y qué le espera a la región en esta nueva fase? ¿Más controles?
Si es en Ecuador, sí. El presidente Moreno insistió en un comunicado en que conformará brigadas para que controlen la situación legal de los inmigrantes venezolanos en las calles, en los trabajos y en la frontera. Además, el Gobierno analizará la posibilidad de crear un permiso especial de ingreso al país para venezolanos.
Y es que el brutal asesinato en Ibarra, al norte de Ecuador, este fin de semana, de una mujer ecuatoriana por parte de su expareja, un venezolano, colmó la paciencia de Moreno. “Les hemos abierto las puertas, pero no sacrificaremos la seguridad de nadie”, dijo Moreno en un comunicado. Horas después se difundieron imágenes en redes sociales que muestran a turbas de gente golpeando, persiguiendo y allanando propiedades donde viven venezolanos. También manifestaciones espontáneas en las que se escucha clamar: “¡Fuera venecos (venezolanos), fuera!”. Nadie niega que las tensiones xenófobas frente al éxodo venezolano se están acentuando en la región.
Estos anuncios reafirman la preocupación del gobierno de Moreno frente al éxodo venezolano. Pero como decimos, no es el único.
Triple presión en Colombia
A Colombia, y más en concreto al presidente Iván Duque, la presión del éxodo venezolano le viene por tres frentes. Por sí mismo, como uno de los mandatarios que más ha alzado la voz para aislar al régimen de Nicolás Maduro y canalizar el éxodo. Como medio mundo, Colombia tampoco reconoce el segundo mandato de Maduro. Pide elecciones libres, que son, a juicio de Duque, la forma de que los ciudadanos recuperen la esperanza y regresen a Venezuela en los próximos años.
Después está la presión interna, con las tensiones xenófobas que se producen especialmente en la frontera con Venezuela. Como cuando jóvenes lanzaron bombas incendiarias contra venezolanos que se resguardaban en un estadio local, al que renombraron como ‘Hotel Caracas’.
Y una tercera presión, la externa. Tras el feminicidio en Ecuador, el presidente Moreno dijo que endurecerá el control migratorio para venezolanos. Eso se traduce en que los venezolanos podrían quedar atrapados en Colombia y seguiría aumentando la población venezolana en este país.
#TodosSomosDiana pic.twitter.com/BE4RuduxT2
— Lenín Moreno (@Lenin) January 20, 2019
El canciller venezolano, Jorge Arreaza, criticó el comunicado del presidente de Ecuador. “Moreno y su Gobierno han incitado una persecución fascista contra los venezolanos en Ecuador. Los hacemos responsables de la seguridad e integridad de nuestros compatriotas. En Venezuela viven centenares de miles de ecuatorianos y jamás han sido discriminados”, dijo Arreaza en Twitter.
Moreno lanzó el comunicado después del asesinato de la mujer ecuatoriana, embarazada, pero también ha habido más brotes violentos de y contra venezolanos en el éxodo. La ya mencionada en el ‘Hotel Caracas’ o las agresiones a cientos de inmigrantes venezolanos en Paracaima (Brasil) hace unos meses son sólo algunos ejemplos.
Lo que está claro es que el crimen en Ecuador, como otros anteriores de venezolanos y contra venezolanos, es una mancha que hiere la imagen de todo el éxodo. De este crimen en concreto, Carballo dice que es “el ejemplo perfecto para generalizar y tachar a la migración de violenta e insensible”.
Por qué el éxodo venezolano genera tensiones xenófobas en América Latina
Para Carballo, no es nuevo que los gobiernos condenen estos crímenes, pero a su vez los utilizan en cierta medida para atacar la migración. Por ejemplo, este sociólogo recuerda que el presidente estadounidense Donald Trump también ha “descarnizado” al migrante y lo ha “categorizado como un violador y un asesino, generalizando la cuestión”.
“Así, al migrante se le asocia rápidamente con la violencia y se generaliza”, comenta Carballo. Es más, “es una necesidad discursiva para parar la entrada de inmigrantes. Es dar una imagen de que el Gobierno controla la parte migratoria, independientemente de que esté a favor de protegerlos”, explica Carballo en relación con las palabras de Moreno.
¿Y qué ocurre con el migrante no violento? Sencillo. “Como no tiene voz mediática, no tiene representación, queda reducido, estereotipado. Y así es fácil quitarle derechos”, insiste Carballo.
Críticas a la autoridad
Por otro lado, está la cuestión de género. Que este asesinato sea un feminicidio hace que la categoría de “migrante” del asesino sea, en palabras de Carballo, “circunstancial”. Este sociólogo explica que cuando “un hombre mata a su pareja, es por cuestiones de machismo, propiedad y patriarcado. A diferencia del asesino en serie, que ataca a la sociedad, y no a los familiares”.
Por lo pronto, este crimen ha conmocionado al país. Pero también ha tenido resonancia fuera de Ecuador. La fallecida fue tomada como rehén más de una hora por el agresor, antes de ser acuchillada. Varios vídeos compartidos en redes sociales muestran a algunos policías acorralando al presunto atacante, pero los intentos de detener la situación sólo fueron verbales.
Por eso, la ministra del Interior, María Paulo Romo, reprochó que los policías no hicieran uso de la fuerza para evitar el crimen. Dijo que este “pudo haber sido evitado”, tal como recoge el diario El Comercio. También lo mencionó Moreno en su comunicado: “Es deber de la Policía actuar duramente contra la delincuencia y el crimen, y tienen mi respaldo. Aplicaremos todo el peso de la ley a quienes no hicieron nada ante la violencia, la injusticia y el ejercicio criminal del poder”.