Daniel Gómez (ALN).- Es la primera vez que el presidente de EEUU, Donald Trump, se dirige directamente a la Fuerza Armada de Venezuela. Y lo hace para decirles que, o abandonan al régimen, o no les quedará otra. “No encontrarán un puerto seguro. Ni una salida fácil. Lo perderán todo”.
Mike Pence, John Bolton, Mike Pompeo, Marco Rubio… Desde que emergió la figura de Juan Guaidó, todos los funcionarios de la Casa Blanca se habían dirigido a los militares de Nicolás Maduro. Para que abandonen al régimen. Para que apoyen una transición en Venezuela. Sólo faltaba que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, diera este mensaje. Ya lo hizo. Ya habló. Y fue más contundente que cualquiera.
“Hoy le pido a cada miembro del régimen de Maduro que terminen esta pesadilla de pobreza, hambre y muerte para ustedes. Liberen a su pueblo. Liberen a su país. Ahora es el momento de que todos los patriotas venezolanos actúen juntos como un pueblo unido. Nada podría ser mejor para el futuro de Venezuela y nada podría ser mejor para el futuro de otra nación cautiva, Cuba, que el renacimiento de la libertad y la democracia en Venezuela”, dijo el presidente este lunes en la Universidad Internacional de Florida, en Miami. Y agregó: “Maduro no es un patriota venezolano, es un títere cubano. Eso es lo que es”.
El mensaje de Trump fue directo. Como una sentencia. Un ultimátum. “Buscamos una transición pacífica, pero todas las opciones están abiertas”, advirtió en referencia a la intervención militar. “Si eligen este camino no encontrarán un puerto seguro. Ni una salida fácil. Lo perderán todo”. Es, por así decirlo, un último mensaje por las buenas. Entonces será el momento de aplicar la solución última: la solución militar.
“Hoy le pido a cada miembro del régimen de Maduro que terminen esta pesadilla de pobreza, hambre y muerte para ustedes. Liberen a su pueblo. Liberen a su país”
La sentencia no fue sólo a los militares. También se dirigió a Maduro. “El pueblo de Venezuela está de pie por la libertad y la democracia. EEUU le acompañará hasta recuperarla. Se acabará la dictadura. Ya no hay vuelta atrás”.
Cada oración del presidente fue recibida con aplausos. Jugaba en casa. Miami, todo el estado de Florida, es el centro de operaciones de la causa venezolana -y también de la cubana- en EEUU. Eso no impidió que mientras entraba a la universidad, Trump fuera recibido por un grupo de manifestantes, armados con carteles, que gritaban “no a una intervención militar”.
Lo cierto es que la intervención militar es una opción que manejan en la Casa Blanca. Trump no lo esconde. Lo ha repetido en más de una ocasión. El objetivo último es la transición. Y que esta sea, preferiblemente, en paz. De ahí el ultimátum. De ahí la advertencia. Y es que, si la Fuerza Armada sigue del lado de Maduro, habrá problemas.
“Están arriesgando su futuro -los militares-. Arriesgan sus vidas y el futuro de Venezuela por un hombre controlado por el Ejército cubano y protegido por un ejército privado de soldados cubanos”.
Tras esa frase el aplauso fue atronador. Por la condena a Maduro. Por la condena al régimen cubano. Y por la causa personal de Trump: el fin del socialismo. “El fin del socialismo ha llegado en nuestro hemisferio y finalmente en muchos lugares del mundo. Los días del socialismo, del comunismo, están contados no solamente en Venezuela. En Nicaragua y en Cuba también”.
23F: el día D para la ayuda humanitaria
Trump también hizo referencia al sábado 23 de febrero. Fecha señalada por Guaidó para el ingreso de la ayuda humanitaria que ahora descansa en la ciudad colombiana de Cúcuta. En el punto de acopio del Puente Internacional Tienditas, el cual se encuentra en la misma frontera con Venezuela.
El pulso Guaidó-Maduro entra en una semana crucial
En ese puente, en esa frontera, se respira más tensión política que en cualquier otro lugar del mundo. Un paso en falso podría derivar en un conflicto entre Venezuela, Colombia y EEUU, cuyas tropas estarán presentes en el momento del envío.
Por eso Trump, en línea con la posición de sus funcionarios, y en línea con lo señalado por Guaidó, apunta hacia los militares. Ellos serán determinantes en el momento de la entrega.
Si dejan pasar la ayuda humanitaria, el presidente encargado se anotará una victoria casi definitiva en la pugna contra Maduro. Tendrá a la Fuerza Armada consigo y podrá articular una transición. Por el contrario, si la situación se descontrola, toda esa tensión política podría estallar. Que es lo que nadie quiere.
Mientras quedan cuatro días para la entrega, Trump recuerda: “Desafortunadamente, el dictador Maduro ha bloqueado el ingreso de esta ayuda que busca salvar vidas al país. Preferiría ver a su gente morir de hambre en lugar de darles ayuda”.