Daniel Gómez (ALN).- El presidente de EEUU apoya al mandatario argentino ahora que negocia el préstamo con el FMI de Washington. Como ya advirtió Mauricio Macri, Donald Trump tampoco quiere que Argentina se convierta en otra Venezuela. El G-20 se inaugura el 30 noviembre en Buenos Aires. Esa será la primera visita de Trump a Latinoamérica, y quiere aterrizar en un país calmado.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no siempre improvisa. Su llamada al mandatario argentino, Mauricio Macri, luego reseñada por el gabinete de comunicación de la Casa Blanca, tiene un claro sentido político.
Quiere allanar su visita a Buenos Aires en el marco del G-20 (30 de noviembre y 1 de diciembre). Una Argentina sumida en crisis, con una inflación descontrolada, un Macri denostado, y un kirchnerismo reactivado, incendiando las calles con protestas, carteles y caceroladas, es lo que menos desea el mandatario estadounidense en su primer viaje a Latinoamérica. Le toca defender su posición comercial en una región por la que Chinacada vez apuesta más.
Trump sabe que con la llamada a Macri calma a los mercados financieros. También a sus vecinos de Washington, los economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI), quienes aún debaten si adelantarle o no el dinero a Argentina.
Macri de paso toma aire y refuerza su liderazgo para mantener al peso estable. Al país estable. Para que Argentina no se convierta en otra Venezuela, como ya advirtió (Leer más: Macri dice que salvó a Argentina de convertirse en otra Venezuela). Al menos de aquí a noviembre, cuando el presidente de EEUU aterrice en Buenos Aires y se reúna con el G-20.
Trump quiere salir reforzado de la cumbre. Y que eso se note luego en Bogotá, donde se encontrará con el presidente colombiano, Iván Duque.
“Confío en el liderazgo del presidente Macri y respaldo con fuerza su acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para fortalecer la política fiscal y monetaria de Argentina, para afrontar los actuales desafíos económicos del país”.
Eso dijo Trump en un comunicado de la Casa Blanca en el que hace mención al telefonazo. “Argentina es un socio estratégico de Estados Unidos y el presidente Mauricio Macri está haciendo un excelente trabajo frente a las dificultades económicas y financieras”, agregó.
Evitar otra Venezuela
Respecto al comunicado, Paula Lugones, corresponsal del diario argentino Clarín en EEUU, dice que “no es habitual” que Trump emita un texto manifestando el apoyo explícito a un mandatario. Su tesis apunta a que Trump identifica en Macri la figura capaz de “frenar al populismo”. De evitar que Argentina se convierta en otra Venezuela, como ya lo dijo Macri.
“Aquí se entiende también que Macri es la punta de lanza de un movimiento que en el continente frenó al populismo en varios países de la región, una clara preocupación de Washington, que ve en Venezuela un fantasma que no quiere que se replique en el continente”, dice Lugones en un artículo de Clarín.
Respecto a este asunto, Macri también se pronunció el lunes, cuando anunció el paquete de medidas con el que trata de convencer al FMI para que entregue el adelanto. Sabe, al igual que Trump, que decir que Argentina no será Venezuela es un argumento poderoso para reafirmar su liderazgo.
“La euforia que generamos con el cambio, la euforia de frenar el camino de ser Venezuela nos ayudó a convencer a quienes nos daban la plata para arreglar nuestros problemas estructurales en dos años”, afirmó el presidente argentino.
Además de marketing político, existe cierta amistad entre estos mandatarios. El Grupo Macri, un grupo inmobiliario dirigido por el padre del presidente, Franco Macri, se alió con la Corporación Trump para hacer negocios en Nueva York.
Juntos quisieron construir un edificio de 150 plantas en el lado oeste de Manhattan. El Lincoln West. Así bautizaron un proyecto que no prosperó, pero que estrechó lazos entre las dos familias.
De hecho, Trump viajaba con frecuencia a Argentina, a las fincas de los Macri en Punta del Este y en las Malvinas. Allí coincidió con el joven heredero del imperio, quien hoy es el presidente argentino. “My friend”, le dice Trump a Mauricio Macri cuando lo ve.
Argentina busca el préstamo
Si bien la llamada, producida a pocas horas de la reunión entre Argentina y el FMI, sirvió de apoyo a Macri, es cierto que el adelanto del préstamo sigue sin cerrarse.
La reunión del martes en Washington concluyó con “avances”, pero sin una resolución. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, evitó dar tiempos, pero se le escapó una fecha: la segunda mitad de septiembre.
“No puedo dar tiempos. Pretendemos que sea votado en el directorio de la segunda mitad de septiembre”, dijo el ministro a los periodistas que acudieron a la sede del FMI.
Trump: “Confío en el liderazgo del presidente Macri y respaldo con fuerza su acuerdo con el FMI”
Lo mismo hizo Christine Lagarde, jefa del Fondo. Afirmó que “han hecho avances para fortalecer aún más el programa”, para “brindar un mejor apoyo”. Y matizó: “El objetivo común es lograr una conclusión rápida para presentar la propuesta al directorio del FMI”.
El Gobierno argentino no encontró en Lagarde palabras contundentes de apoyo. Lo cual muestra la cautela con la que están tramitando las negociaciones. Sobre la mesa quedan temas por negociar, como la utilización del adelanto del préstamo para el repago de la deuda y la intervención (o no) del Banco Central al tipo de cambio.
Dujovne se negó a precisar el monto del adelanto. Por el momento, Argentina ya recibió 15.000 millones de dólares del acuerdo inicial. Ahora, el Gobierno confía en recibir de adelanto las partidas de 2019 y 2020. A cambio, se comprometió a registrar un déficit cero el año que viene y a realizar un duro ajuste fiscal (Leer más:Qué le hace falta a Argentina para recibir el adelanto del FMI).
Las negociaciones continúan. Ahora enfocadas desde un punto de vista más técnico, dijo Lagarde. Mientras, Argentina pisa el acelerador. Y Trump también. Hay que allanar el terreno para su primer viaje en Latinoamérica.