Daniel Gómez (ALN).- Las sanciones que EEUU ha venido imponiendo contra Cuba, Venezuela y Nicaragua no son acontecimientos aislados. Forman parte de una estrategia global del presidente, Donald Trump, convencido de acabar con los regímenes de izquierda en Occidente. “Debilitar a uno de estos tres países, en cierta medida los debilita a todos. En América Latina no tienen otro apoyo que no sean ellos”, dice a ALnavío Carlos Uriarte, profesor de Derecho y Relaciones Internacionales de la Universidad Rey Juan Carlos.
Nuevas sanciones del Gobierno de Estados Unidos contra Cuba. Una nueva amenaza para Venezuela y Nicaragua. Un nuevo paso para enfilar la causa que se ha encomendado el presidente Donald Trump: liberar al mundo occidental de los regímenes de izquierda.
“Cuba continúa desempeñando un papel desestabilizador en el Hemisferio Occidental, brindando un punto de apoyo comunista en la región y apoyando a los adversarios estadounidenses en lugares como Venezuela y Nicaragua al fomentar la inestabilidad, socavando el Estado de derecho y suprimiendo los procesos democráticos”.
Esto dijo en un comunicado este martes el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin. Un comunicado en el que anunció el nuevo paquete de sanciones contra el régimen de La Habana, el cual echó a andar este miércoles.
Carlos Ugarte: “La industria turística es prioritaria en el sector económico cubano. Aunque el país logre divisas exportando habanos, ron, caña de azúcar, el turismo es su actividad principal. Pocos sectores hay con tantas inversiones y tanto capital extranjero. Es aquí donde más daño se le puede hacer al régimen”
Las sanciones prohíben los viajes de contacto culturales y educativos de ciudadanos estadounidenses a Cuba, más conocidos como people to people. Trump también restringe que cruceros, yates privados y pesqueros de EEUU atraquen en Cuba.
Ahora la pregunta es: ¿Cómo afecta esta medida a Venezuela y Nicaragua? Carlos Uriarte, profesor de Derecho y Relaciones Internacionales de la Universidad Rey Juan Carlos y secretario general de la Unión Paneuropea, comparte la tesis de Mnuchin. “Lo que sea debilitar a uno de estos tres países, en cierta medida los debilita a todos. En América Latina no tiene otro apoyo que no sean ellos”, apunta a ALnavío.
Con estas nuevas sanciones, Cuba se vuelve más frágil. El turismo es el sector más dinámico de su economía, casi el único por el que entran dólares. Un sector que ha venido debilitándose. Por las inclemencias meteorológicas en el Caribe, y por la incertidumbre que en mayo sembró Trump, activando el título tercero de la ley Helms-Burton. Esta cláusula permite a los estadounidenses demandar a las compañías que explotan cualquiera de las propiedades confiscadas por la revolución castrista desde 1959.
“La industria turística es prioritaria en el sector económico cubano. Aunque el país logre divisas exportando habanos, ron, caña de azúcar, el turismo es su actividad principal. Pocos sectores hay con tantas inversiones y tanto capital extranjero. Es aquí donde más daño se le puede hacer al régimen”, detalla Uriarte.
Golpeando a La Habana, se golpea a Nicolás Maduro. “Cuba siempre ha sido una influencia sobre los gobiernos de Venezuela y Nicaragua desde el punto de vista ideológico y moral”. Añade Ugarte que la economía cubana “se retroalimenta” con la venezolana. “Cuba aporta apoyo militar y envíos de médicos a Venezuela. Venezuela casi que le regala el petróleo”.
La relación de Cuba y Venezuela se baña en petróleo
Cabe recordar que los despachos de crudo venezolano a Cuba no son los de antaño. Cuando la bonanza petrolera en tiempos de Hugo Chávez rescató a Fidel Castro de una larga recesión.
Así, por casi dos décadas, Caracas envió 100.000 barriles de petróleo diarios a La Habana. Ya no puede con tanto. O al menos, así lo venía siendo hasta mayo, cuando, según datos de la consultora petrolera Refinitiv Eikon, los envíos diarios pasaron de 49.000 barriles a 91.000.
Llama la atención lo elevado de la cifra. Sobre todo, después de que en abril Washington activara sanciones contra Ballito Shipping Incorporated y ProPer In Management Incorporated, dos empresas que transportan crudo venezolano a Cuba, así como contra los 34 buques de la petrolera estatal, PDVSA. Sanciones que implican la congelación de los activos en EEUU, la prohibición de usar el sistema financiero estadounidense y las negociaciones con empresas de EEUU, y que precisamente intentaban cortar de cuajo el suministro a La Habana, el cual se había establecido en una media de 45.000 barriles diarios.
Pese al espaldarazo de Nicolás Maduro a los cubanos, la realidad es que el problema petrolero en Venezuela se acentúa. El modelo chavista sumió al sector en la peor crisis de su historia. Y las sanciones que ha venido imponiendo la Administración Trump lo debilitan cada vez más.
“Perjudicando la economía venezolana, perjudicas a Cuba. Perjudicando a Cuba, haces que la ayuda que brinda a Venezuela se vea aminorada. Venezuela sigue enviando petróleo a Cuba, pero con las nuevas sanciones, el petróleo llega a Cuba en un barco y ese barco luego es inhabilitado en EEUU por esa acción. Y Venezuela, o tiene una flota enorme de barcos, o no puede arriesgarse a no recibir los dólares por sus exportaciones a EEUU”, explica Uriarte.
No hay que olvidarse de Nicaragua. “Es cierto que es un país pequeño, pobre, sin apenas influencia en la región, pero al final es un apoyo al estar claramente alineado con Cuba y Venezuela”.
Y quien no se ha olvidado de Nicaragua es Trump. En abril, el Departamento del Tesoro de EEUU estableció sanciones contra Laureano Ortega Murillo, hijo del presidente nicaragüense, Daniel Ortega, y la vicepresidenta, Rosario Murillo, así como contra el Banco Corporativo (BanCorp) por lavado de dinero, corrupción y violación de los derechos humanos.