Juan Lozano (ALN).- Tras la reunión de Juan Manuel Santos con Donald Trump, no quedó ninguna duda acerca de la preocupación del presidente de Estados Unidos por la situación de Venezuela y su determinación de tomar acción, en conjunto con otros países, para contribuir a la resolución de la crisis.
Después de reunirse con el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, el primer mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, fue explícito: “Una Venezuela estable y pacífica está en el mejor interés de todo el hemisferio y Estados Unidos respalda a todas las personas que anhelan ser libres”.
Y luego agregó: “Trabajaremos con Colombia y otros países sobre el problema venezolano. Es un problema horrible y desde el punto de vista humanitario no habíamos visto nada igual en mucho tiempo”. Advirtió que se desarrollará un trabajo conjunto: “Vamos a trabajar juntos y hacer todo lo necesario para ayudar a arreglar eso”.
Trump está empeñado en intervenir en la construcción de un camino de salida en Venezuela
Y como si lo anterior fuera poco, después de referirse a las riquezas pasadas del país y la riqueza petrolera, Trump sentenció: “…y sin embargo, ahora la gente no tiene qué comer… el país ha estado muy mal manejado durante años… es realmente una desgracia para la humanidad”.
No es la primera vez que Trump se refiere a Venezuela tras reuniones con mandatarios extranjeros. Durante la visita a Washington del presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, Trump le había solicitado hacer una causa común para “respaldar la institucionalidad democrática de Venezuela y hacer frente al deterioro de su crisis económica y política”. Y ya lo había hecho, también, ante el presidente de Argentina, Mauricio Macri.
Así, dos conclusiones saltan a la vista. La primera, que Trump está empeñado en intervenir en la construcción de un camino de salida en Venezuela en solidaridad con “todas las personas que anhelan ser libres”. La foto de Trump con Lilian Tintori y su tuit sobre Leopoldo López le dieron la vuelta al mundo. Y la segunda conclusión es que no quiere intervenir solo y está gestionando aliados para hacerlo, presionándolos para que asuman unas posturas más comprometidas. En el caso de Kuczynsky ocurrió naturalmente. No así en el caso de Santos, que había mantenido una postura silente por mucho tiempo ante los desafueros del Gobierno venezolano.
En efecto, no es difícil advertir en las palabras de Trump que hay un aroma de conminación al presidente de Colombia para que asuma una postura más comprometida, advirtiendo que los esfuerzos del Gobierno de Estados Unidos, que no quiere actuar unilateralmente, se extendieron también a países europeos, según se desprende de declaraciones recientes del secretario de Estado, Rex Tillerson.
Y aunque la visita de Santos a Trump generó muy precario interés internacional, opacada por el affaire del FBI y los nexos con Rusia, según análisis del portal Pulzo, los mensajes de Trump retumban con fuerza en Colombia y Venezuela. De hecho, aún desde antes de que se celebrara la reunión, ya el dirigente chavista Diosdado Cabello, en su programa de televisión, había dicho que Santos y Trump se reunían para maquinar la estrategia contra Venezuela. “Qué inmoral eres, presidente Santos, tienes a Colombia vuelta un desastre… un desastre… y te metes con Venezuela que te hemos ayudado con los diálogos de paz y tú sigues atacándonos”, dijo el expresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela.
Entre la espada de Maduro y la pared de Trump
Ciertamente la situación para Juan Manuel Santos se torna compleja. Le llegó la hora de tomar partido de manera más clara frente a Venezuela, cuyo régimen, como se lo han recordado Diosdado Cabello y el propio Nicolás Maduro, ha sido determinante para el avance de los procesos de paz con las FARC y con el ELN. Existe la sensación de que Santos quedó entre la espada de Maduro y la pared de Trump, quien además le imprimió un sello inequívoco de exigencia de acción a sus preocupaciones por el incremento de cultivos ilícitos en Colombia.
Trump presiona a sus aliados para que asuman posturas más comprometidas con Venezuela
Y aunque las palabras del presidente de Estados Unidos fueron muy respetuosas, amables y consideradas para con Santos y sus esfuerzos de paz, sobre narcotráfico y lucha contra los cultivos ilícitos, las declaraciones de Trump también resultaron inequívocas. “La producción de cocaína en Colombia ha aumentado de manera alarmante y esperamos que eso se detenga pronto. Es demasiado”, dijo Trump.
Así las cosas, queda una sensación agridulce. Por un lado la cortesía y las palabras generosas de Trump, junto con el respaldo para asuntos comerciales como la comercialización de aguacates, y por el otro la agenda dura de exigencias frente al narcotráfico y frente a Venezuela. Seguramente habría preferido Santos que la crisis venezolana no ocupara un lugar tan central en la agenda de la reunión y en la agenda bilateral. Está por verse si después de esta sesión, las expectativas del régimen de Maduro de que Santos asuma alguna posición de mediación para resolver la crisis -según había informado el Miami Herald– se mantienen vigentes, o si, por el contrario, se acelera el deterioro de las relaciones entre Miraflores en Caracas y la Casa de Nariño en Bogotá.