Daniel Gómez (ALN).- El valor del bitcoin alcanzó este miércoles los 11.000 dólares para horas después caer un 20%. Esta volatilidad apunta hacia la existencia de una burbuja. Un debate del que se alejan los más firmes defensores de la criptomoneda. “Hay que separar lo que hace esta divisa y concentrarse en lo que puede llegar a hacer. Una criptomoneda puede funcionar igual a un euro que a un millón”, apunta Bogda Stirbu, arquitecto de negocios ‘blockchain’ para la consultora Accenture.
Entre los adeptos al bitcoin hay dos tipos de personas: los creyentes y los inversores. Son las dos caras de la moneda digital que ahora agita los mercados, pero que fue creada para algo más que eso.
En el foro “No Money” que organizó este jueves el diario El País en Madrid, coincidieron tres defensores de la criptomoneda: Bogda Stirbu, arquitecto de negocios blockchain para la consultora Accenture; Raúl Marcos, gerente del equipo de investigación de PLL Crypto Capital; y Vicenç Marti, cofundador de la asesoría en financiación de startups SPiCe VC.
Los tres, que se definen como “creyentes”, ven al bitcoin como algo más que una inversión. Están convencidos de que es una opción para cambiar el mundo, para democratizar los esquemas monetarios tradicionales.
Esta semana, la criptomoneda volvió a ser noticia. El miércoles alcanzó valores máximos y superó por primera vez en su historia los 11.000 dólares; sin embargo, horas después el precio cayó un 20%, rondando los 9.000 dólares.
Marti, sobre el bitcoin: “No creo que tenga mayor peligro que un billete de 500 euros”
Por esta volatilidad, banqueros como el presidente de JP Morgan, Jaime Dimon, han dicho que el bitcoin está en una burbuja comparable a la de los bulbos del tulipán, cuando en la Holanda del siglo XVII se podía comprar hasta una casa con un solo tulipán.
“El bitcoin valdrá lo que quieran pagar por ellos. No hay una burbuja, ni hay lingotes de oro por cada bitcoin”, señala Raúl Marcos.
Y es que los creyentes, como es el caso, prefieren desmarcarse del debate de la burbuja. “No me interesa el precio. No refleja el valor verdadero de esta moneda. Hay que separar lo que hace esta divisa y concentrarse en lo que puede llegar a hacer. Una criptomoneda puede funcionar igual a un euro que a un millón”, apunta Bogda Stirbu.
“Yo soy un creyente. Entiendo lo mareante que puede ser que las monedas no estén avaladas por los Estados. Pero la regulación a veces comete errores. En bitcoin existen órganos de supervisión creados por la propia comunidad con los que creo que iríamos a mejor. El bitcoin sólo puede ser derrotado por una criptomoneda mejor”, sostiene Vicenç Marti.
“La moneda anarquista”
Cuando el japonés Satoshi Nakamoto (aún no se sabe si es una persona o el seudónimo de una organización) creó bitcoin en 2009, además de todo un marco plagado de protocolos informáticos, dejó clara la esencia de la divisa: no dependerá de gobiernos ni de bancos y se regulará a través del consenso de los nodos que la gestionan.
Esta filosofía ha hecho que algunos expertos cataloguen el bitcoin como “la moneda anarquista”. Tal es así que en países como Venezuela, donde la inflación está disparada, la gente llama al autogobierno a través de esta divisa.
Una anécdota sobre lo que ocurre en Venezuela la expuso Raúl Marcos: “Tengo un amigo venezolano que cambia el sueldo por bitcoin. Cuando va a una casa de cambio, que es ilegal, hace la conversión. Sí, es ilegal. Pero, ¿cómo lo paras? ¿Dónde está el bitcoin?”.
Esta es otra de las peculiaridades de la criptomoneda: no deja rastro, lo que en las mentes más perversas se convierte en una oportunidad perfecta para delinquir. Desde compras de armas y de drogas, blanqueo de dinero, hasta estafas millonarias con bitcoins que luego no lo son. Estos son algunos de los delitos que han manchado la reputación de la divisa.
Que relacionen al bitcoin directamente con el crimen molesta, y mucho, a los creyentes. “No creo que tenga mayor peligro que un billete de 500 euros”, defiende Marti. Además, como agrega Bogda, lo de pasar sin dejar huella no es del todo cierto.
“Si haces una transacción de 20 euros a nadie le interesa lo que hagas con ese dinero. Pero si te pones a blanquear millones, y molestas a la persona equivocada, puedes toparte con una mente brillante que te rastreará. Cuando usas un bitcoin tienes un teléfono que tiene marca, que está conectado a una operadora … El anonimato no es absoluto”, detalla.
La gran oportunidad de los emprendedores
Si bien el bitcoin despierta críticas, no ocurre así con el mecanismo que lo hace funcionar. El blockchain es una tecnología que elimina los intermediarios pues enlaza y unifica todas las bases de datos que permiten la transacción. Una cadena de bloques, como su propio nombre indica, que incrementa la velocidad de los intercambios de una manera notable.
El blockchain suena tan prometedor que hasta Jaime Dimon está invirtiendo millones en su desarrollo. Y al igual que JP Morgan, otras multinacionales españolas, sobre todo financieras, como Banco Santander, BBVA, Bankia, Sabadell y Caixabank.
Para Marcos, el especial interés que despierta en los bancos atiende a una mejora de procesos, “sobre todo a nivel de transferencias internacionales”. Asimismo, Bogda Stirbu agrega que “el blockchain es una imbatible medida de eficiencia”.
De cara al futuro, para ver los usos más sorprendentes de esta tecnología, como que una nevera sea capaz de comprar por sí sola la leche cuando se haya terminado, hay que esperar a que entren en juego los actores secundarios. Es decir, “los pequeños emprendedores”, quienes para Vicenç Marti tendrán más peso en la revolución blockchain que las grandes multinacionales.
Y siguiendo con las revoluciones, Marti sostiene que, aunque la cadena de bloques vaya a suponer un gran avance, jamás será tan “socialmente revolucionario” como el bitcoin.