(EFE).- Casi tres millones de personas con trabajo se encuentran en situación de pobreza en España, según un informe de Oxfam Intermón publicado este miércoles que destaca la especial vulnerabilidad de los migrantes, de las trabajadoras del hogar y de las familias numerosas y monoparentales.
En la investigación ‘Pobreza Laboral: cuando trabajar no es suficiente para llegar a fin de mes’, Oxfam Intermón analiza la «alarmante realidad» que afecta a 2.957.000 trabajadores, pese a los avances en materia de empleo en los últimos años como la subida del salario mínimo o cifras históricas de empleo.
La pobreza laboral se define como aquella que sufren las personas con trabajo y cuyos ingresos se sitúan por debajo del umbral de la pobreza, línea que se corresponde con el 60% del ingreso equivalente mediano de los hogares.
Se dispara la pobreza laboral
En 2022, con los últimos datos disponibles, el 13,7 % de las personas empleadas vivía por debajo del umbral de pobreza. La pobreza laboral se disparó entre los migrantes provenientes de fuera de la UE, con una tasa que triplicaba a la de los nacidos en España (29,5 % y 9,8 %, respectivamente).
El informe revela que los sectores más golpeados por la pobreza laboral son la agricultura y el trabajo de hogar; le siguen la hostelería y la construcción, con dos de cada diez personas empleadas en situación de pobreza. El 40 % de las familias numerosas y el 30 % de los hogares monoparentales sufren esta situación.
El encarecimiento de la vivienda y de los servicios básicos ha agravado aún más el problema: los hogares en situación de pobreza laboral destinan entre el 67 % y el 79 % de sus ingresos al pago de la vivienda y los servicios básicos, expone la investigación. Más de la mitad de los hogares en pobreza laboral (55,3 %) ha tenido que renunciar en el último año a servicios de salud esenciales.
«Nos encontramos ante una desconcertante paradoja: hay muchas personas que se esfuerzan cada mañana en ir a trabajar y, sin embargo, esto ya no les garantiza salir de la pobreza», explica Alejandro García-Gil, responsable de políticas de protección social y empleo de la oenegé.
Empleo de mala calidad
Según el análisis, a pesar de la creación de empleo, el sistema productivo y el modelo económico español siguen generando puestos de trabajo de baja calidad. Además, el informe explica que el empleo a tiempo parcial o el autoempleo condenan a la pobreza a una de cada cuatro personas trabajadoras en estas modalidades.
Por otro lado, seis de cada diez personas en pobreza laboral habrían querido continuar sus estudios, pero el 54 % se vio obligado a abandonarlos por falta de recursos o por la necesidad de trabajar para subsistir. Este ciclo perpetúa la desigualdad, ya que quienes no acceden a una educación superior tienen más probabilidades de conseguir empleos precarios y mal remunerados, indica la ONG.
«No basta con crear empleo: es necesario garantizar que éste sea de calidad y que permita a las personas vivir con dignidad. Para muchos hogares, un salario no es suficiente si no viene acompañado de condiciones laborales justas, el acceso a una vivienda digna y un sistema de protección social robusto que les permita salir adelante», concluye la organización.
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