María Rodríguez (ALN).- En cinco años Latinoamérica ocupará el segundo puesto mundial en número de smartphones. Esto, junto a un uso de los servicios financieros más tradicional, postula a la región como un filón en la irrupción de soluciones tecnológicas para la banca.
Buen augurio para la expansión de las empresas y soluciones fintech en América Latina. Según el estudio La revolución de las empresas fintech y el futuro de la Banca, elaborado por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), la región, y en especial los países con un menor PIB per cápita, son un “terreno fértil” para la expansión de este tipo de soluciones innovadoras de cara a los próximos años.
Su autora, Pilar Rojas, achaca el crecimiento de las fintech en la industria bancaria a dos factores: la penetración de móviles, en especial de teléfonos inteligentes, y el uso limitado del sistema financiero para realizar transacciones más complejas. Es decir, para operaciones que van más allá de los tradicionales servicios de ahorro y crédito. Este es un nicho disponible para que las soluciones fintech entren en acción.
En cuanto a la expansión de la red móvil, según GSMA, la asociación global de operadores móviles, en cinco años América Latina ocupará el segundo puesto a nivel mundial en número de smartphones, tan solo por detrás de Asia.
Actualmente, Brasil es el principal mercado de teléfonos inteligentes de la zona. Cuenta con casi 90 millones de conexiones y es el quinto más grande del mundo, según datos de GSMA. En su estudio La Economía Móvil, América Latina 2016 constatan que la adopción de smartphones se ha disparado en los últimos años y que la tasa de crecimiento se mantendrá constante. Para finales de esta década, la región registrará cerca de 260 millones de conexiones de este tipo de teléfonos más que a finales de 2015. Respecto a la expansión de la cobertura 4G, ésta también se está acelerando. A mediados de 2016, casi el 60% de la población latinoamericana tenía este tipo de conexión. Para finales de este año esperan que el porcentaje alcance el 80%.
Latinoamérica se postula como un terreno fértil para la expansión de las soluciones fintech en los próximos años
Otros estudios de GSMA citados por Laura Rojas destacan que varios operadores de telecomunicaciones, algunos en asociación con bancos, ya han lanzado distintos servicios financieros, lo que empuja igualmente la expansión de las fintech. El número de nuevas operadoras de dinero móvil registradas entre 2013 y 2014 aumentó un 50%, haciendo de Latinoamérica y el Caribe la zona de más rápido crecimiento del mundo de esta industria.
Sin embargo, hay muchos más factores a la hora de potenciar el desarrollo de las fintech, como los hábitos de consumo, el porcentaje de penetración de internet, la velocidad de transmisión de datos y las regulaciones gubernamentales. La combinación de todos ellos desencadenará una tasa de irrupción diferente en cada región del planeta.
En este sentido, y según el estudio de la experta del CAF, la situación en la mayoría de los mercados emergentes difiere de la que se observa en países desarrollados. “Poseen un sistema bancario débil, con una infraestructura de sucursales poco desarrollada y tienen un alto porcentaje de población no bancarizada”, apunta Rojas.
En el caso de América Latina, aunque comparte algunas de las características de estos mercados, también cuenta con barreras que añaden una cierta dificultad a los accesos de las fintech.
Unas barreras franqueables
A la hora de desarrollar un engranaje de empresas fintech en el sector de la banca, existen también barreras que pueden obstaculizar su expansión. En este sentido, Rojas cita unas estructuras bancarias más desarrolladas en Latinoamérica que en África y Asia y problemas en la velocidad de la transmisión de datos. “Estos obstáculos podrían hacer que el crecimiento no sea tan acelerado en algunos segmentos del sector fintech”, reconoce la experta.
La clave para superar estas barreras de acceso está en una banca mayoritariamente digital y centrada en utilizar datos para ofrecer al cliente servicios financieros y no financieros personalizados. “¿Podrán los bancos reinventarse de acuerdo con estas tendencias?”, se pregunta Rojas en el estudio.
Las fintech nacieron en directa competencia con la banca, pero las tendencias futuras empujan a ambos actores a aliarse
La respuesta depende de dos cuestiones: la tasa de inversión que las entidades bancarias más tradicionales aprueben de cara a modernizar sus sistemas centrales y del tipo de relación que logren con estas empresas innovadoras. “Nacieron [las fintech] en directa competencia con la banca, pero el futuro de muchos nuevos emprendimientos está hoy en día asociado a lo que tienen las instituciones financieras: una base de clientes, el capital, las licencias y la experiencia. Los bancos, por su parte, necesitan la tecnología, la cercanía con el cliente, las habilidades, la creatividad y el espíritu emprendedor de las empresas fintech para reinventarse”, reconoce Rojas. En definitiva, aliarse con las fintech o con sus soluciones se plantea clave para la autora con el fin de no perder capacidad de negocio en el futuro.
Las regulaciones gubernamentales entran en juego
En China, muchos consumidores se mueven ya directamente con pagos a través de smartphones, sin necesidad de tener una vinculación directa con entidades bancarias. Para Rojas, el éxito de Alibaba, operador líder del mercado electrónico de la región, se debe a regulaciones adecuadas que han hecho posibles avances importantes en materia de inclusión financiera.
En este contexto, en América Latina cada país regula el sector de las fintech de acuerdo a las leyes locales y de manera diferente dependiendo del tipo de servicios. En el caso de las plataformas de préstamos, según el estudio La revolución de las empresas fintech y el futuro de la Banca, no existe una legislación especial en la región. Ahora bien, “los gobiernos parecen haber facilitado que las empresas fintech operen bajo los marcos regulatorios existentes, pero sin ser tratadas como un banco, pues no manejan depósitos del público”, se matiza en el estudio.
En el caso del dinero electrónico, varios países han emitido ya una legislación específica. Rojas recuerda que desde 2013, algunos países latinoamericanos como Perú, Paraguay, Uruguay y Colombia han regulado el dinero electrónico creando un nuevo estatus legal que permite a empresas no bancarias emitir dinero electrónico.
Una suma de pasos, también burocráticos, que alisan el camino de la expansión de las fintech en América Latina, pero que, en palabras de Rojas, han de estar supeditados, por parte de los gobiernos, a un equilibrio entre el apoyo a la innovación y la necesidad de normas. Todo ello para proteger al consumidor, a los inversores y a la estabilidad del sistema financiero.