Juan Carlos Zapata (ALN).- El vicepresidente de la Asamblea Nacional lo ha repetido por cuarta vez. Hay una propuesta sobre la mesa. Los delegados de Juan Guaidó le dejaron a los delegados de Nicolás Maduro una propuesta sobre la mesa. Stalin González, también miembro del equipo negociador de Guaidó, insiste en que la palabra ahora la tiene Maduro. La propuesta es la vía electoral. Son las elecciones.
Las partes dicen que están listas para volver a la mesa de negociación. La oposición está lista. ¿Y el régimen de Nicolás Maduro? Han dicho en privado que volverán. Y Maduro lo ha dicho también de manera abierta, y hasta habló de buenas noticias. La mediación noruega quiere que la sexta ronda se celebre en Oslo. Las partes están de acuerdo. Pero no se confirma la fecha. Porque el régimen de Maduro está atento y advertido de un asunto: las sanciones. Si se levantó de la mesa a principios de agosto argumentando que lo hacía por la Orden Ejecutiva dictada por Donald Trump, cómo volverá si Estados Unidos amenaza con profundizar las sanciones. Y no es la oposición, no son los delegados de Guaidó, los que pueden levantar las sanciones. “Nosotros no hemos sancionado a nadie”, ha repetido también Henry Ramos Allup, secretario general de Acción Democrática, principal partido de oposición. Para este dirigente, Maduro debe discutir las sanciones con los Estados Unidos. Con la oposición, el tema son las elecciones. Por eso se negocia.
En Oslo ya la mediación tendrá preparado el vino blanco y el salmón tal como era costumbre en las negociaciones entre el gobierno de Colombia y las FARC. Porque a pesar de todo, las partes no han podido romper, no de forma definitiva. Aunque en la oposición no se hacen ilusiones a priori. Se preparan los partidos para ir a unas elecciones, pero igual, si no hay elecciones, la lucha sigue, y la maquinaria de los partidos, seguirá haciendo su trabajo hasta lograr el cambio.
Aquí, en las sanciones y cómo volver a la mesa si se profundiza la presión, hay un problema para Maduro. Y otro es que en Washington ahora todos los factores están alineados en una misma dirección: aumentar la presión hasta lograr el objetivo de las elecciones libres. Otro problema para Maduro es que la Fuerza Armada quiere que sigan las negociaciones. Y otro es que Rusia y China quieren que sigan las negociaciones. Y otro es que la comunidad internacional quiere que sigan las negociaciones. Y otro es que la economía de resistencia, la que anuncia Maduro, no es la solución para sacar al país del atolladero. Y otro es que regresa el terrorismo de las FARC y las FARC regresan con el apoyo del régimen de Maduro, y ese es un “pequeño detalle” que pone en alerta al hemisferio.
Este 4 de septiembre vencen las primeras licencias detalladas por el Departamento del Tesoro luego de la Orden Ejecutiva, de modo que la presión aumenta desde ahora. Ya los Estados Unidos y Guaidó y también Maduro midieron el terreno en agosto. La reacción del banco turco Ziraat Bank de cerrar la cuenta que mantenía en el Banco Central de Venezuela, BCV, y la decisión de PetroChina de cancelar la importación de 5 millones de barriles de petróleo, así como la negativa de Rusia de ayudar con recursos frescos al régimen de Maduro, son sintomáticos de lo que puede ocurrir después.
Ya esto no es un problema de reconocimiento, de verse las caras para nada. Las partes saben a qué se exponen, y por dónde tienen que comenzar la nueva ronda. No hay que darle vueltas al tema. O se es realista o no. Y sólo se puede avanzar con realismo, como dicen los mediadores de Noruega, que han visitado Caracas dos veces para restablecer los contactos y arrancar con la nueva etapa. No se ha escuchado más a Maduro ni a su canciller, Jorge Arreaza, señalar que hay que cambiar el mecanismo de la negociación. Lo que solicitaban era un imposible, tal como adelantamos en su momento: incorporar de alguna manera a los Estados Unidos que es al fin y al cabo el que tiene la llave de las sanciones. Pero como dice Ramos Allup, en la mesa se discuten las elecciones. Si el régimen y los Estados Unidos han tenido contacto por separado, se supone que el tema de las sanciones debe ser el principal punto en discusión.
En Oslo ya la mediación tendrá preparado el vino blanco y el salmón tal como era costumbre en las negociaciones entre el gobierno de Colombia y las FARC. Porque a pesar de todo, las partes no han podido romper, no de forma definitiva. Aunque en la oposición no se hacen ilusiones a priori. Se preparan los partidos para ir a unas elecciones, pero igual, si no hay elecciones, la lucha sigue, y la maquinaria de los partidos, seguirá haciendo su trabajo hasta lograr el cambio.
Stalin González dijo ayer cosas como estas:
Estamos preparados para volver a la mesa.
Nosotros dejamos una propuesta en la mesa.
El régimen fue quien se paró.
No quiso discutir los temas de fondo.
El tema de fondo son las elecciones.
“Hoy nosotros estamos preparados para discutir lo sustantivo”.
“Seguimos los contactos con Noruega porque estamos comprometidos a encontrar una solución para Venezuela”.
“Todo cambio pasa por la salida de Maduro del poder”.
“Estamos buscando una solución integral que rescate la democracia y el voto libre”.
“Hay que hacer la elección que no se hizo en 2018”.