Daniel Gómez (ALN).- La portavoz de la Cancillería de Rusia, Maria Zakharova, dice que Jeanine Áñez está abusando desde su posición como presidenta interina. No entiende que quiera restablecer relaciones con Washington. No entiende el abandono del ALBA. No entiende el reconocimiento a Juan Guaidó como presidente de Venezuela. ¿Pero tiene razón con sus críticas? Los analistas consultados por el diario ALnavío responden.
Rusia, y así lo dijo el presidente Vladímir Putin, reconoce a Jeanine Áñez como la líder de Bolivia. No la llama presidenta, pero admite que ella es quien lleva las riendas del país hasta que se convoquen elecciones. Así será en un plazo de no más de 120 días, tal como dice la ley que Áñez firmó con el apoyo del Senado.
Sin embargo, que Rusia reconozca a Áñez no quiere decir que esté de acuerdo con todo lo que está haciendo. La portavoz de la Cancillería en Moscú, Maria Zakharova, dice que está abusando de su posición de poder. Y lo dice porque:
– Anunció su intención de restablecer relaciones diplomáticas de larga duración con los Estados Unidos y enviar un embajador a Washington.
– Expulsó todo el personal diplomático de la embajada de Venezuela.
– Reconoció a Juan Guaidó como presidente venezolano.
– Inició el procedimiento de salida de Unasur (Unión de Naciones Suramericanas).
– Retiró a Bolivia del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América).
“Es característico que en sus primeros días de trabajo ‘la presidenta de Bolivia’ esté yendo en contra de lo hecho anteriormente”, escribió Zakharova en su cuenta de Facebook.
La portavoz incluso pone en duda la sentencia de la Organización de Estados Americanos (OEA) que declara fraudulentas las elecciones del 20 de octubre. Dice que todavía no ha emitido una declaración final y responsabiliza a Luis Almagro, secretario general de la OEA, de forzar la dimisión de Evo Morales.
“Pocas personas ya recuerdan que fue Almagro quien anunció la ‘falsificación’, la ‘manipulación de votos’ y el ‘golpe de Estado’ en las elecciones presidenciales bolivianas, en las que Morales ganó”, apuntó Zakharova.
Anna Ayuso, investigadora principal para América Latina del Centro de Relaciones Internacionales de Barcelona, explica al diario ALnavío que si bien las acciones de Jeanine Áñez son “políticamente discutibles” -el partido de Áñez, Alianza Bolivia Dice No, apenas obtuvo cuatro escaños en las elecciones anuladas-, “técnicamente nada se lo impide”. Y esto es así porque todas las acciones de Jeanine Áñez como presidenta interina están hechas de acuerdo con la Constitución de Bolivia.
Anna Ayuso, investigadora principal para América Latina del Centro de Relaciones Internacionales de Barcelona, explica al diario ALnavío que si bien las acciones de Jeanine Áñez son “políticamente discutibles” -el partido de Áñez, Alianza Bolivia Dice No, apenas obtuvo cuatro escaños en las elecciones anuladas-, “técnicamente nada se lo impide”. Y esto es así porque todas las acciones de Jeanine Áñez como presidenta interina están hechas de acuerdo con la Constitución de Bolivia.
En este mismo sentido se expresa Francisco Sánchez, director del Instituto Iberoamericano de la Universidad de Salamaca. “No tendría por qué no hacerlo. Establecer relaciones diplomáticas con un país es algo normal”, agregó a este diario.
Otro hecho significativo por parte de Rusia y que resta contundencia a sus críticas es el saludo del embajador ruso en Bolivia, Vladímir Sprinchan, a la presidenta interina el día de su asunción. Sprinchan dijo:
“Por un periodo de cambio de jefatura no se cambia la política de Rusia. No se cambia la apertura de Rusia para trabajar y cooperar con Bolivia”.
“Rusia está disponible, está abierta de continuar esa cooperación, a favor de los pueblos de nuestros países”.
“Conocen que Rusia tiene varios proyectos económicos con Bolivia y esperamos que dentro de un tiempo más van a seguir esos proyectos, como el Centro de Investigación Nuclear, que son por el bien del pueblo boliviano”.
La promesa de Jeanine Áñez
Ahora es Eva Copa y no Evo Morales la que cambia la historia de Bolivia
Jeanine Áñez insiste en que ella no tiene ninguna “ambición de poder”. Que su mandato es claro: convocar elecciones. En ello está luego de haberse puesto de acuerdo con el Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido de Evo Morales, para nombrar autoridades electorales independientes y fijar una fecha para los nuevos comicios.
Sobre la designación de Walter Serrate Cuellar como embajador en Estados Unidos después de 11 años de ausencia, cabe recordar que esta no es una decisión definitiva. Tendrá que aprobarse en el Senado, en el que la mayoría es del MAS. Hasta el momento, y eso es significativo, ningún miembro del partido de Morales ha criticado este nombramiento.
“Lo que se está haciendo es rectificar la política exterior porque evidentemente se tenía una política extraviada, que no atendía las necesidades del Estado… EEUU es muy importante. Lo que nosotros queremos es reponer los beneficios que tuvimos en materia comercial, la apertura de mercado y la inversión extranjera antes de Morales”. Así explicó la canciller interina, Karen Longaric, en el nombramiento del embajador.
Jeanine Áñez también ha cumplido su otro mandato. Devolver el orden al país. De ahí que rompiera con Nicolás Maduro. “Venezolanos vinculados a la Embajada de Venezuela que han incurrido en actos reñidos con la ley, y estaban atentado contra la seguridad interna de Bolivia”, dijo la canciller.
Además, una cosa está clara: en Bolivia hoy no hay protestas. El acuerdo electoral ha pacificado el país. Además, cuando Evo Morales dimitió y en masa fueron renunciando el vicepresidente, Álvaro García Linera, ministros, diputados y senadores, la oposición, de forma constitucional, llenó el vacío de poder para evitar el caos.