María Rodríguez (ALN).- ¿Está descuidando el presidente colombiano Iván Duque la política nacional por ser líder regional en la cruzada contra Nicolás Maduro? ¿Es este el papel que le conviene a Colombia? ¿O Duque debería limitarse a ser parte de un esfuerzo colectivo en el Grupo de Lima, sin asumir posibles costos? Analistas consultados por el diario ALnavío afirman que estas críticas sólo se entienden desde una postura doméstica, “pero desde el foco de la seguridad y la sociopolítica regional tiene mucho sentido el liderazgo de Duque”, recalcan.
El presidente colombiano Iván Duque se ha erigido como líder regional en la cruzada contra Nicolás Maduro. Pero, “¿es esto lo que le conviene a Colombia?”. Eso se pregunta la publicación colombiana Semana en la portada, ilustrada con una foto de hermandad entre Duque, Juan Guaidó, presidente encargado de Venezuela, y Mike Pence, vicepresidente de Estados Unidos. También se lo pregunta en un artículo de opinión María Jimena Duzán, columnista de la publicación.
La publicación critica este liderazgo de Duque y afirma que habría sido “menos peligroso” para el país que el Gobierno “se hubiera limitado a ser parte de un esfuerzo colectivo en el Grupo de Lima, sin asumir el coste y riesgo que Colombia tiene hoy”, tal como reza el editorial. Es decir, en el sentido de que una posible intervención militar podría llevar hasta Colombia tropas militares estadounidenses.
Colombia es clave en el entramado mundial que se teje ante la crisis venezolana
Y es que Colombia es clave en el entramado mundial que se teje ante la crisis venezolana. El tono de su participación en el proceso subió con la reunión entre Duque y Donald Trump. Colombia se perfila como el escenario para que EEUU exhiba su poderío militar al redoblar el cerco sobre el régimen de Nicolás Maduro.
Ahora bien, recordemos que Duque “no es patrocinador de intervenciones militares”, tal como dijo el presidente colombiano en una entrevista en exclusiva con el diario ALnavío meses antes de tomar posesión del cargo.
La línea crítica con el papel del Gobierno de Colombia la comparte también la columnista de Semana María Jimena Duzán. En un artículo de opinión, titulado “¿Y Colombia qué?”, Duzán subraya que, aunque se esté de acuerdo en que hay que acabar con la dictadura de Nicolás Maduro, “lo que sí resulta totalmente desproporcionado y poco ético es que [Duque] se preocupe tanto por restaurar la democracia en Venezuela cuando hace tan poco por fortalecer la nuestra”.
Qué está en juevo para Iván Duque y Colombia en la presión contra Maduro
“[Duque] tiene a todos sus funcionarios volcados en el tema de la ayuda humanitaria a Venezuela, pero su Gobierno ha recortado el presupuesto para reparar a los 8 millones de víctimas que dejó el conflicto [armado con las FARC]”, denuncia la columnista. Critica además que el presidente colombiano “hable de democracia para Venezuela” cuando “margina en su agenda las reformas rurales que tenían por objeto profundizar la democracia en Colombia”. Y da más datos, como que desde que Guaidó es presidente encargado de Venezuela han asesinado a más líderes sociales en Colombia que las víctimas del régimen de Maduro en Venezuela. También que el desempleo en Colombia subió hasta 12,8% desde enero, mientras Duque sigue con el foco en Venezuela.
De ahí las preguntas “¿Y Colombia qué?” y si “¿Es esto lo que le conviene a Colombia?”. Para Maryhen Jiménez Morales, investigadora en el Departamento de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de Oxford, “todo depende” de qué va a suceder en Venezuela. “Si hay un cambio relativamente pronto, en los próximos 12 meses, y Duque mantiene su postura de liderazgo fuerte en este proceso, él obviamente va a salir muy fortalecido como líder regional y va a tener también más capacidades para movilizar a sus seguidores en una posible reelección”, explica Jiménez.
No obstante, “eso no quita que también deba centrarse en los asuntos internos. Sabemos que los políticos siempre buscan tapar de alguna forma problemas internos con crisis internacionales, pero al mismo tiempo hay que decir que en el tema venezolano, Colombia no es lo mismo que Brasil, Perú y Ecuador”, insiste la politóloga.
En este sentido también se manifiesta Rogelio Núñez, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá de Henares. “Esta actitud de Duque le rinde unos frutos que la política interna no le está rindiendo. Tiene serios problemas para impulsar reformas y políticas públicas, al no tener una sólida mayoría en la Cámara legislativa”.
Cabe recordar que Colombia comparte una frontera con Venezuela de más de 2.000 kilómetros, donde siguen operando grupos armados como el ELN, disidentes de las FARC, etc. Además, Colombia es el país receptor de más inmigrantes venezolanos, con 1,2 millones, lo que ha provocado ya conatos de xenofobia, que se suman a la crisis social y los problemas de inseguridad que vive el país. Por todo ello “Duque está en una posición más delicada y de urgencia para que en Venezuela haya un cambio político”, apunta Jiménez Morales.
La politóloga admite que, desde el punto de vista doméstico, sí tiene sentido la crítica, “pero desde una postura de seguridad y de sociopolítica regional tiene mucho sentido su liderazgo”.
Venezuela es un tema de política interior
En este sentido, Rogelio Núñez recalca que “Venezuela es un tema de política interior colombiana, no de exteriores”. Y que quienes acusan a Duque de estar dejando a un lado la política interior, “no se dan cuenta del impacto de la crisis venezolana en Colombia”, ya sólo por el número de inmigrantes venezolanos en el país.
“Colombia tiene que estar muy presente en el proceso. Lo está haciendo y es el papel que tiene que tener”, afirma Núñez. Además sostiene, como Jiménez Morales, que la paz en Colombia también depende de que la crisis venezolana se resuelva. “El legado de la paz conlleva un déficit social muy grande. Está la inserción, la planificación de zonas pacificadas y acabar con el enorme déficit de infraestructura social y física, que tienen que acometer este y los siguientes gobiernos colombianos”.
Por otro lado, Núñez insiste en la faceta uribista de Duque. “Una de las características fundamentales del uribismo es ser antichavista. Con lo cual, desde el momento en que ganó Duque las elecciones presidenciales, ya se intuía que las relaciones con Venezuela iban a ser muy malas. Eso también marca la actitud de Duque respecto a Venezuela”, concluye el investigador.