Leticia Núñez (ALN).- El presidente de Perú se enfrenta a la segunda moción de vacancia en menos de tres meses. La oposición alega “incapacidad moral” por sus implicaciones en el escándalo Odebrecht. PPK dice que este segundo intento “destruye al país” y que no renunciará. En América Latina ha habido cuatro mandatarios destituidos por corrupción: Fernando Collor de Mello (Brasil), Carlos Andrés Pérez (Venezuela), Abdalá Bucaram (Ecuador) y Dilma Rousseff (Brasil). También por corrupción dimitió el guatemalteco Otto Pérez Molina.
El fantasma Odebrecht arrecia en Perú. No han pasado ni tres meses desde que el presidente peruano estuvo a punto de ser cesado por presuntos vínculos con la constructora brasileña, cuando Pedro Pablo Kuczynski tendrá que enfrentarse a un segundo intento de destitución. Los grupos opositores presentaron este jueves ante el Congreso una nueva moción de vacancia por supuestamente mentir sobre sus nexos con Odebrecht cuando fue ministro de Economía en el gobierno de Alejandro Toledo.
El Congreso debe ahora convocar a los legisladores para decidir si admite, con al menos 52 votos, el pedido de vacancia. Si prospera, Kuczynski, de 79 años, será convocado a una sesión plenaria para defenderse. Así sucedió el pasado 21 de diciembre. Ese día la vacancia a PPK no triunfó por las 10 abstenciones de un grupo de congresistas encabezado por Kenji Fujimori, el hijo del expresidente Alberto Fujimori. Cuatro días después, el autócrata, condenado a 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad, fue indultado por Kuczynski en lo que lució como un intercambio de favores.
Ahora, para que la destitución del presidente tenga éxito, se requiere el apoyo de al menos 87 votos de los 130 miembros del Parlamento. En tal supuesto, PPK pasaría a engrosar la infortunada lista de mandatarios latinoamericanos que fueron cesados por corrupción estando en el cargo (Ver más: La confesión del exdirector de Odebrecht provoca el último terremoto político en Perú).
La lista la inauguró el brasileño Fernando Collor de Mello en 1992. El escándalo estalló con las explosivas declaraciones del hermano menor de Collor de Mello, Pedro, quien en una entrevista con la revista Veja denunció que el jefe de Estado utilizaba el cargo para amasar una fortuna a través de una red de corrupción, lavado de dinero y tráfico de influencias. Se abrió un juicio político en contra del mandatario brasileño, que apenas llevaba dos años en la Presidencia. Con dicho proceso, quedó automáticamente suspendido del cargo de presidente.
Le siguió el venezolano Carlos Andrés Pérez, destituido en 1993. Fue el primer mandatario de Venezuela en ser reelegido y no terminar su mandato. Gobernó de 1974 a 1979 y de 1989 a 1993. En mayo del 93, la Corte Suprema de Justicia ordenó un juicio en su contra por presunto desfalco y malversación de fondos. Y en agosto fue destituido por el Congreso. La acusación se refirió al destino de 250 millones de bolívares (17 millones de dólares en esa época) de fondos de la partida secreta de la Presidencia para la seguridad de Violeta Chamorro en Nicaragua.
En 1997, Abdalá Bucaram, acusado de desvío de fondos públicos y por “incapacidad física y mental”, fue separado de sus funciones como presidente de Ecuador. También en Ecuador Lucio Gutiérrez (2005) fue apartado del poder por el Parlamento dos años y tres meses después de llegar a la Presidencia. No por corrupción sino por “abandono del cargo”, tras haber ordenado el cese de función de algunos magistrados del Poder Judicial, tal como recoge el periódico La República de Perú.
“No podemos generar inestabilidad. No existe ningún argumento válido para proceder a una vacancia”, dice PPK
Finalmente, Dilma Rousseff fue destituida en agosto de 2016 a través de un impeachment o juicio político. Se le declaró culpable de maquillar cuentas fiscales y firmar decretos económicos sin la previa revisión del Congreso. Además, en septiembre del año pasado la Fiscalía la acusó, al igual que a Luiz Inácio Lula da Silva, de asociación ilícita por el caso Petrobras.
A diferencia de los anteriores, el guatemalteco Otto Pérez Molina renunció unos días antes de que lo destituyeran también por corrupción en 2015. “Con la convicción de hacer lo correcto, me dirijo a usted y al honorable Congreso de la República para presentar mi renuncia al cargo de Presidente de la República de Guatemala”, dijo Pérez Molina en una carta enviada al Congreso, publicada por BBC Mundo. Poco antes, la Fiscalía había emitido una orden de captura en contra del presidente. Está en prisión preventiva desde 2015, acusado de asociación ilícita, cohecho pasivo y caso especial de defraudación aduanera. Su exvicepresidenta Roxana Baldetti se encuentra en una situación similar.
Como PPK, quien también se libró de ser destituido fue Michel Temer. El pasado agosto el presidente de Brasil fue liberado por la Cámara de Diputados de la destitución temporal y de ser juzgado por el Tribunal Superior de Justicia por corrupción pasiva.
La oposición no logró los 342 votos necesarios (dos tercios) para apartar a Temer del poder. La denuncia había sido formulada por el fiscal general, Rodrigo Janot, después de que en mayo de 2017 se divulgara la grabación de una conversación entre Temer y el empresario del gigante de la alimentación JBS, Joesley Batista, donde el presidente avaló la entrega de un soborno al exdiputado encarcelado Eduardo Cunha para comprar su silencio. Temer se convirtió en el primer presidente de Brasil denunciado formalmente por cometer crímenes de corrupción. Ni siquiera Collor de Melo y Rousseff pasaron por una situación igual pese a sufrir procesos de destitución.
“Nuevas evidencias” contra PPK
Volviendo al caso peruano, los parlamentarios que presentaron la solicitud de vacancia aseguran que “hay mentiras, engaños y graves conflictos de interés que configuran una grave afectación de los principios de moralidad pública” y que “el efecto siguiente sólo puede ser la separación del señor Pedro Pablo Kuczynski del cargo de Presidente de la República, como una legítima forma de preservar la democracia y sus instituciones”, tal como recoge la agencia Reuters.
Según el documento presentado por la oposición, han aparecido “nuevas evidencias” desde el anterior intento de vacancia. En diciembre, Odebrecht informó al Congreso de Perú que pagó unos 4,8 millones de dólares entre 2004 y 2012 a dos empresas de asesoría vinculadas a PPK. Según el informe que Odebrecht envió a la comisión parlamentaria que investiga el caso –presidida por el fujimorismo- habría realizado cinco pagos a Westfield Capital por un total de 752.000 dólares entre 2004 y 2006, años en los que el presidente peruano estaba al frente de la cartera de Economía. Westfield Capital figura como una empresa unipersonal de asesoría de banca de inversión en la declaración de intereses presentada por PPK en 2017, según Reuters. Los otros cuatro millones de dólares fueron transferidos por Odebrecht a la empresa First Capital, para la que el mandatario trabajó como consultor financiero en proyectos de infraestructura.
Otto Pérez Molina renunció unos días antes de que lo destituyeran como presidente
La moción, recogida por Reuters, refiere que la carta del Banco de Crédito del 10 de enero de este año describe que en ese contrato “el Sr. Kuczynski fue incluido, en su calidad de presidente de Westfield Capital, como parte del equipo de trabajo en la etapa de propuesta para la asesoría de Transportadora de Gas del Perú SA”. Según los legisladores que apoyan la destitución de PPK, aunque el presidente no firmó el contrato, sino su socio Gerardo Sepúlveda, “se evidencia claramente que sí participaba activamente del negocio de sus empresas”.
En este sentido, estiman que “estos nuevos hechos prueban que ha faltado a la verdad de manera reiterada y permanente respecto a sus relaciones contractuales como persona natural y/o jurídica, de manera directa o indirecta, por asesoría, consultoría o cualquier modalidad con el grupo Odebrecht”. Todo ello, sostienen, convierte a PPK en “una persona incapaz moralmente para representar a la Nación y dirigir con probidad, idoneidad, veracidad, transparencia y honestidad el destino de la República del Perú”.
No podemos generar inestabilidad. No existe ningún argumento válido para proceder a una vacancia, ninguno. Un segundo intento, sin sustento, destruye al país y nos va a costar a todos. Pedimos respeto a la institución presidencial así como a todos los poderes del Estado. pic.twitter.com/zRADoUAKy6
— PedroPablo Kuczynski (@ppkamigo) 8 de marzo de 2018
Kuczynski, por su parte, aseguró en Twitter que no renunciará. “No podemos generar inestabilidad. No existe ningún argumento válido para proceder a una vacancia, ninguno. Un segundo intento, sin sustento, destruye al país y nos va a costar a todos”.