Redacción (ALN).- Los residentes de Dayton, Ohio, se han visto obligados a reducir los alimentos y los viajes por el aumento de los costos de la energía y comida en Estados Unidos.
«Tengo que comer menos, conducir menos», dijo a Fox News un vecino afuera de una tienda de comestibles cerca de la Universidad de Dayton.
Otro hombre dijo desde el interior de su vehículo estacionado frente a una tienda de comestibles: «Tuve que reducir un poco las compras de comestibles, recortar un poco. También opté por conducir menos que antes».
La semana pasada, la inflación en Estados Unidos subió a un máximo de 40 años, según datos del Departamento de Trabajo.
“Nuestra economía se basa en la energía”, dijo otro afectado consulado por el medio estadounidense. “El presidente Biden hizo que subieran los precios de la gasolina, lo que hace que suba todo lo demás”.
La crisis
Pese a ser el mayor productor mundial de crudo, Estados Unidos mira principalmente fuera de sus fronteras para reemplazar las importaciones de petróleo ruso, vetadas en respuesta a la invasión de Ucrania y que, a pesar de no ser fundamentales para el mercado americano, contribuyen a un alza de los precios que preocupa mucho al Gobierno.
El petróleo ruso es casi marginal en el total consumido en Estados Unidos, pero en un contexto de alta inflación, Washington se ha apresurado ya a buscar cómo sustituirlo.
– La invasión rusa de Ucrania y el consiguiente aumento de los precios de la energía en todo el mundo dispararon la inflación en febrero en Estados Unidos, donde la tasa interanual llegó al 7,9 %, una cifra no vista desde enero de 1982.
El 7,9 % publicado este jueves por la Oficina de Estadísticas Laborales está cuatro décimas por encima de la tasa de enero -que ya de por sí fue de récord- y desata los peores pronósticos de cara a marzo, un mes que ya reflejará completamente los efectos de la guerra en el suministro mundial de materias primas.
Con información de EFE