Daniel Gómez (ALN).- “Hay que construir el puente entre universidad y empresa, que no existe”. El reto lo expone a ALnavío Rosalía O’Donnell Baeza, responsable de Talentum. Esta es la plataforma de Telefónica que pretende potenciar el talento de los jóvenes españoles para que “sean los líderes de la transformación digital”. Por ello Talentum premió a siete jóvenes, todos responsables de grandes proyectos, con un viaje a Silicon Valley.
El futuro no será tan diferente del presente. Cambiarán las tecnologías, la nomenclatura de los trabajos. También desaparecerán empleos al tiempo que se crearán otros nuevos. Y mientras, en este proceso de vaivenes, una variable permanece intacta: las ideas.
Lo que pasa con las ideas es que a veces se evaporan. En muchos casos, porque no tienen dónde cultivarse. Por eso Rosalía O’Donnell Baeza, responsable de la plataforma Talentum de Telefónica, insiste en estrechar vínculos entre el mundo académico y el profesional.
“Hay que construir el puente entre universidad y empresa, que no existe. A la universidad le falta más la parte de aptitudes. Lo que significa enfrentarse a situaciones de liderazgo y estrés”, dijo al diario ALnavío.
La plataforma que dirige O’Donnell persigue esto mismo. Que los estudiantes se adapten al futuro. Que su paso por la universidad no sea sólo para absorber conocimiento, sino también para ponerlo en marcha.
Por todo lo anterior, Talentum, después de recorrer casi todas las universidades españolas, conceder becas, incentivar más de 200 proyectos y organizar concursos en diferentes regiones, seleccionó las siete mejores ideas, los siete mejores profesionales, y los premió con un viaje a Silicon Valley que entregó este martes en Madrid.
“Pasarán una semana formándose en Facebook, Google…. Al final se trata de potenciar las habilidades para que estos jóvenes sean los líderes de la transformación digital”, dijo O’Donnell.
Según la ejecutiva, los nuevos universitarios “tienen muchas ganas de éxito, son muy pragmáticos y cuentan con un potencial brutal”. Por eso, para explotar estas capacidades, pide a la sociedad que se adapte, que evolucione.
“Tenemos que evolucionar. La tecnología está cambiando, también las formas de trabajar. Tenemos el reto de adaptar las estructuras para que los jóvenes puedan evolucionar y crecer”, apuntó.
El papel de los referentes
Para motivar este proceso, O’Donnell insistió en los referentes. Como Pedro Duque, el primer y único astronauta español, un reputado ingeniero a nivel internacional que la semana pasada juró como ministro de Ciencia, Innovación y Universidades.
“Tenemos que hacer héroes a la gente así. Parece un poco cliché, pero es la mejor manera de formar a los jóvenes”, afirmó.
No estuvo el ministro Duque en el evento, pero sí los siete emprendedores premiados por Talentum. Veinteañeros que han desarrollado proyectos en telecomunicaciones, moda, programación, deporte y sostenibilidad. Ideas y realidades que expusieron este martes ante un público joven, casi 400 preuniversitarios que todavía buscan aclarar su futuro.
Todos los premiados remarcaron lo vocacional, la importancia de perseguir los sueños. No obstante, también advirtieron sobre los riesgos. Y es que emprender no es un camino de rosas.
“Tenemos el reto de adaptar las estructuras para que los jóvenes puedan evolucionar y crecer”
Eva María Ortiz es ingeniera. Su proyecto, EVA (Enhaced Virtual Android), creó una nueva arquitectura Android para la utilización de dispositivos virtuales en la nube. Lo que pasa con esta brillante profesional es que tuvo que emigrar a Alemania para encontrar un futuro mejor.
Allí trabaja en la consultora SAP, una importante firma especializada en tecnologías de la información. Sobre el papel, todo parece idílico. Al menos, así ocurre hasta que Ortiz contó todo lo que ha tenido que vivir.
Primero tuvo que manejarse en tiempo récord con el alemán, un idioma que no conocía y que tiene fama de complejo. También se adaptó a un clima muy frío, a temperaturas de -15 grados, y a una cultura exigente. A un sinfín de problemas que hoy sabe gestionar, pero que en su día le causaron mucho estrés.
Alejandro Germán, fundador de la aplicación Mi Escaparate -y otro de los premiados- llevaba unos pantalones casi cuatro tallas por encima de la suya. Y es que mientras desarrollaba la app, no salió de su casa. “Me encerré en la cueva casi un año y engordé más de 20 kilos. Aquí está la prueba de ello”, dijo señalando el pantalón.
Hoy ese esfuerzo ha permitido a Germán gestionar una aplicación disponible para dispositivos Apple y Android, confeccionada para facilitar la búsqueda y compra de ropa, con comparaciones de hasta 100.000 prendas de 35 tiendas de primeras marcas diferentes.