Pedro Benítez (ALN).- Las versiones encontradas que han suministrado tanto el ministro del Interior, Néstor Reverol, como el fiscal general designado por la Asamblea Constituyente, Tarek William Saab, sólo han contribuido a asentar entre los dirigentes opositores venezolanos la convicción de que el concejal Fernando Albán no se suicidó, sino que por el contrario fue una víctima mortal del aparato represor y que este suceso es el inicio de una nueva escalada por parte del régimen. Esta certeza tendrá consecuencias políticas.