Rogelio Núñez (ALN).- En este nuevo decenio la división bloquea algunos procesos (OEA y Celac) y la fragmentación condena a la extinción de otros (Prosur, Unasur y ALBA). América Latina se ve recorrida por fracturas transversales plasmadas en la pugna entre el Grupo de Lima y el Grupo de Puebla con la crisis de Venezuela recorriendo todas y cada una de las fracturas regionales. La Alianza del Pacífico luce con mejores opciones de futuro, pero condicionada por la necesidad de dar un salto cualitativo para no caer en una inercia paralizante.