Zenaida Amador (ALN).- La llamada revolución bolivariana le hizo la guerra a la empresa privada venezolana a lo largo de dos décadas en el poder, período durante el cual impulsó un feroz proceso de expropiaciones y estatizaciones bajo la consigna de que los medios de producción debían estar centralizados en el Estado como extensión “del pueblo”. En algunos momentos complejos el chavismo montó unos supuestos espacios de entendimiento con los empresarios, que no pasaban del efectismo político necesario para la ocasión. Pero en esta oportunidad, con el país en ruinas, al borde de una tragedia sanitaria a causa del coronavirus y sin más opciones, parece que a Nicolás Maduro le tocará pedirle al empresariado una vía que ayude al país a sobrellevar esta debacle.