Pedro Benítez (ALN).- Contrariamente a lo que se cree dentro y fuera de Venezuela, en este país no se está consolidando un régimen totalitario al estilo de Cuba o Corea del Norte, sino por el contrario, cada día se parece más a un Estado fallido. Nicolás Maduro no gobierna Venezuela, no la administra, no desarrolla políticas públicas. Manda, domina sobre el país, de manera cada vez más precaria. Para muestra, basta observar el caos de la frontera con Colombia, cuyo flujo de emigrantes parece una estampida.