Juan Carlos Zapata (ALN).- La Asamblea Nacional Constituyente y el Consejo Nacional de Economía Productiva se han llevado un baño de realidad. En la reunión que ambas instancias celebraron este miércoles, habían abordado -casi como una declaración de principios- que ningún poder ya podría imponerle obstáculos al desenvolvimiento de la economía. Era un mensaje directo a la Asamblea Nacional de mayoría opositora que ha advertido que todo contrato de interés público -entre otros, operaciones de deuda externa- que no cuente con la aprobación del Parlamento, es ilegal e inconstitucional. Este es un punto del que han tomado nota países, empresas, bancos de inversión, etc., y que le ha impedido al régimen de Nicolás Maduro tener acceso al financiamiento internacional. La dictadura ha acusado el golpe. Y creía tener resuelto el asunto con la ANC, que se ha abrogado poderes de máxima autoridad por encima de cualquier institución. A 24 horas del encuentro entre el Ejecutivo y la ANC, el baño de realidad se llama Credit Suisse, el banco que una vez fue el preferido de Hugo Chávez. El banco anunció la suspensión de toda operación con funcionarios o con organismos del Estado venezolano.