Redacción (ALN).- La lumbalgia se puede definir como un dolor, de cualquier procedencia, bien sea en la zona del dorso, desde las últimas costillas hasta los glúteos.
Varios estudios realizados por especialistas señalan que el dolor lumbar es muy frecuente; por lo que ocho de cada 10 personas pudieron haber padecido alguna vez de esta molestia.
La columna vertebral está constituida por los huesos de la espalda (vértebras), que están separados y protegidos por discos de cartílago que amortiguan los choques.
Estas vértebras a su vez están cubiertas por una capa fina de cartílago, y se mantienen en su sitio por ligamentos y músculos que ayudan a estabilizar la columna vertebral.
La parte inferior (lumbar) de la columna vertebral consta de cinco vértebras.
Conecta el tórax con la pelvis y las piernas proporcionando movilidad para girar, inclinarse y agacharse, además da fuerza para estar de pie, caminar y levantarse.
De este modo, la región lumbar está implicada en casi todas las actividades del día a día, por lo que padecer de dolor lumbar puede limitar o impedir realizar estas actividades.
Es por ello, que se puede hacer más frecuente a medida que se envejece, afectando a la mitad de las personas de más de 60 años en algún momento.
Desde el punto de vista práctico se puede clasificar la lumbalgia como aguda (aquella con menos de 7 días de evolución), subaguda (entre 7 días y 7 semanas) y crónica (más de 7 semanas).
Tipos y causas de la lumbalgia
Dependiendo de la causa que origine el dolor se pueden dividir en dos tipos:
- Lumbalgia específica
Aquella en la que se llega a conocer la causa, lo cual sucede únicamente en el 20% de los casos.
En el 5% de los pacientes, el dolor lumbar es síntoma de una enfermedad grave subyacente y en el 15% restante de los casos se trata de una alteración específica de la zona no grave.
A continuación se citan diferentes ejemplos de causas de dolor lumbar, que son enfermedades específicas con un tratamiento a su vez determinado:
- La osteoartritis (artritis degenerativa), produce un deterioro del cartílago que cubre y protege las vértebras. Se cree que este trastorno se debe en parte al desgaste y el desgarro producidos por años de uso. Los discos localizados entre las vértebras se deterioran, estrechando los espacios y comprimiendo las raíces nerviosas espinales. Estos cambios pueden producir dolor lumbar y rigidez.
- La osteoporosis, disminuye la densidad ósea, provocando que los huesos sean más frágiles (más propensos a fracturarse). Las vértebras en particular son susceptibles a los efectos de la osteoporosis, lo que a menudo causa fracturas por aplastamiento (compresión), que pueden originar un dolor de espalda intenso y súbito, y compresión de las raíces nerviosas espinales (que pueden producir un dolor de espalda crónico).
- Hernia o disco roto o herniado, cada disco tiene una cubierta resistente y su interior es blando y gelatinoso. Si un disco es comprimido repentinamente por las vértebras que se encuentran por encima y por debajo de él, se puede desgarrar la cubierta (rotura), lo que causa dolor.
- La estenosis vertebral, en las personas mayores es una causa frecuente de dolor lumbar, se puede producir en personas de edad madura que tienen el canal medular estrecho de nacimiento.
- Lumbalgia inespecífica
Esta constituye el 80% restante. En estos casos no se llega a identificar claramente la estructura que origina el dolor.
Puede ser un proceso benigno de duración limitada, más frecuente en adultos de mediana edad y en mujeres.
Las causas que con mayor frecuencia pueden desencadenar este episodio son: coger cargas, adoptar posturas incorrectas, las vibraciones, obesidad, embarazo, factores psicológicos y el estrés.
Diagnóstico
El objetivo principal a la hora de diagnosticar una lumbalgia, es realizar una evaluación completa al paciente para descartar aquellas causas graves cuya manifestación clínica sea dolor lumbar.
Lo primero, es realizar una historia clínica y exploración física, colocando especial atención en la presencia de factores de riesgo que puedan sospechar un origen grave del dolor, los cuales son:
- Edad mayor de 55 años.
- Diagnóstico previo de cáncer.
- Diagnóstico previo de enfermedad sistémica grave.
- Antecedentes de traumatismo espinal.
- Historia de cirugía reciente (espinal o no).
- Infección crónica pulmonar, urinaria o cutánea.
- Consumo de drogas por vía parenteral.
- Historia de inmunosupresión (trasplante, VIH, etcétera).
- Tratamiento prolongado con glucocorticoides.
- Duración del dolor superior a un mes.
- Ausencia de alivio con reposo en cama.
- Aparición de incontinencia urinaria o fecal reciente.
- Hallazgos exploratorios:
- Fiebre inexplicada.
- Pérdida de peso llamativa inexplicada.
- Masa abdominal.
- Alteraciones neurológicas como pérdida de fuerza en miembros inferiores.
La mayoría de las personas afectadas por el dolor de espalda deberían mejorar en el plazo de un mes, con o sin tratamiento, por lo que el manejo inicial de un paciente con dolor lumbar agudo sin factores de riesgo asociados debe ser conservador.
En el caso de que no haya mejoría con un tratamiento adecuado en ese periodo de tiempo, debería replantearse el caso y realizarse las pruebas complementarias oportunas.
Tratamiento para la Lumbalgia
El tratamiento de la lumbalgia dependerá del tipo de dolor que tenga el paciente, por lo que éste puede variar:
- Lumbalgia secundaria a patología grave o específica
Debe tratarse la causa, con el tratamiento específico para la misma.
- Lumbalgia aguda inespecífica
Durante la fase aguda lo más recomendable es el reposo absoluto en cama; sin embargo, algunos estudios han demostrado que dicho reposo por más de dos días resulta más perjudicial con respecto al dolor, por lo que se recomienda reanudar cuanto antes las actividades habituales.
El tratamiento farmacológico puede estar basado en los fármacos analgésicos (paracetamol), antiinflamatorios y relajantes musculares (estos últimos, no más de dos semanas).
A partir de la segunda semana, se recomienda ejercicio aeróbico suave y, a partir de la cuarta semana, ejercicios de flexibilidad y fortalecimiento del tronco.
Si los síntomas persisten más de 4-6 semanas a pesar del tratamiento o la intensidad del dolor aumenta durante el mismo, es necesario volver a evaluar al paciente de forma completa, realizando pruebas diagnósticas y tratamientos específicos, si lo precisa.
- Lumbalgia crónica inespecífica
Cuando el dolor perdura durante más de 12 semanas (tres meses), se establece el diagnóstico de dolor lumbar crónico. En estos casos, si la exploración física permite descartar una patología grave, no se recomienda ningún método diagnóstico salvo que se sospeche una causa específica.
Los programas de ejercicios y las terapias de conducta han demostrado su utilidad; sin embargo, la fisioterapia (calor o frío, corsé, láser, ultrasonidos) no se recomiendan en estos pacientes.
Para el dolor, se debe pautar analgesia a intervalos cortos de tiempo; los antidepresivos y relajantes musculares pueden ayudar a controlar este síntoma.
Recomendaciones
En caso de sufrir lumbalgia, los siguientes consejos le ayudarán a sobrellevarlo y calmar el dolor:
- Realizar ejercicio de forma regular dependiendo de la capacidad del paciente, como ejercicios aeróbicos y ejercicios de estiramiento y fortalecimiento de determinados músculos.
- Evitar estar de pie o sentado durante períodos prolongados, así como mantener una buena postura o movimientos que generen dolor.
- Dormir en una posición cómoda sobre un colchón firme. Cuando se adopte la posición lateral en la cama, es recomendable colocar algún cojín o almohada pequeña entre las piernas de manera que no contacten las dos rodillas.
- Algunos ejercicios posturales en casa pueden aliviar este problema, sobre todo aquellos en los que la espalda repose en el suelo y las piernas se flexionen con la ayuda de los brazos hacia el abdomen.
- Aprender a levantar los objetos correctamente, quiere decir que se debe doblar suficientemente las rodillas, de manera que los brazos se encuentren al nivel del objeto que va a ser levantado.
Con información de Web Consultas