Redacción (ALN).- Con los sueños rotos y los «pies mojados», decenas de migrantes venezolanos siguen llegando a Estados Unidos, donde piden asilo, después de un complicado periplo que incluye cruzar los bajos del Río Grande desde México. «Soy venezolano», dicen los migrantes con los brazos en alto apenas pisan suelo estadounidense, donde se entregan a la patrulla fronteriza o la policía estatal y son ubicados en refugios, detalla un reporte del medio Efecto Cocuyo.
Los venezolanos llegan desde distintos lugares de su país, aunque una de las regiones se repite con mayor frecuencia: el estado de Zulia.
En esta rica región de Venezuela, privilegiada por una riqueza que no se refleja en la vida cotidiana de sus habitantes, la crisis que atraviesa el país caribeño se vive con mayor crudeza. Aquí son frecuentes los cortes eléctricos, las filas de días para repostar gasolina, las extorsiones a pequeños comerciantes.
Es de esta realidad que huyen los ciudadanos de Venezuela, un país que alguna vez fue considerado como uno de los más prósperos de la región latinoamericana.
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