Daniel Gómez (ALN).- Don Pepe, como también es conocido, nació en el seno de una familia humilde en 1941, época de posguerra. Siempre soñó con vestir traje, tener un despacho y tres secretarias. Lo consiguió, aunque antes tuvo que migrar a Suiza, recorrer miles de kilómetros y arriesgarse a la quiebra sin ser nadie.
El destino de Juan José Hidalgo era tocar el cielo, y lo hizo con Air Europa. Esta compañía es el emblema de Globalia, grupo que fundó y aún preside; sin embargo, bien pudo ser su ruina, tal como él mismo aseguró en una ponencia. En 1991, la aerolínea era propiedad del turoperador inglés ILG (International Leisure Group). Este iba a quebrar arrastrando a Hidalgo, pero “un golpe de suerte” lo mantuvo con vida.
Contó en Nueva Economía Forum, en 2014, que la deuda de ILG era propiedad de dos entidades españolas, Banco de Bilbao y Banco de Crédito Balear. “Tuvimos esa suerte, y gracias a ello pudimos negociar para hacernos con la aerolínea”. Hidalgo, que tenía clientes, una agencia de viajes, un turoperador y muchas ideas, lo consiguió.
La simbiosis entre Halcón Viajes y Air Europa propulsó a los negocios del empresario a una dimensión superior: Globalia, el primer conglomerado turístico que se creó en España y factura más de 3.400 millones de euros al año.
Air Europa, según indica la web, cuenta con una flota de 48 aviones y ofrece más de 200 vuelos diarios; es, junto a Halcón Viajes, la base sobre la que se sostiene el grupo. Aparte, Globalia posee un turoperador, Travelplan. Welcome, una empresa que ofrece servicios de turismo y ocio a los clientes y destinos donde opera. La cadena hotelera Be Live y Groundforce, una compañía de handling -servicios en tierra para aeronaves-. También la agencia en línea de vuelos TuBillete.com.
El grueso de la actividad se desarrolla en España (en un 60%), tal como indica la última memoria de cuentas de la compañía. No obstante, la intención de Juan José Hidalgo es ampliar fronteras, siendo América Latina un destino vital en sus planes. Allí, la actividad del grupo significa el 20%. No obstante, a través de Air Europa pretende mejorar su posición incorporando nuevas rutas en 2017. Chile, Panamá, Honduras y México son algunas de ellas.
Este imperio turístico nace de la ambición de un chico de pueblo que soñaba “con un despacho y tres secretarias”, como ha asegurado Hidalgo en multitud de conferencias. Don Pepe, como también es conocido, es el mayor de una familia de nueve hermanos. Creció en la posguerra en Villanueva del Conde, Salamanca. Allí comer no era un acto cotidiano, por lo que su principal ocupación era entrenar el ingenio con el fin de ayudar a los padres. Consiguió las primeras pesetas vendiendo pieles de animales que él mismo cazó y preparó.
Entrado en la adolescencia, el pueblo se le quedó pequeño. Cada vez que fallecía un vecino, no entendía por qué en el entierro lo vestían con el mismo traje que cuando la boda. Hidalgo quería salir de Villanueva, progresar, y movido por esa ambición, con 19 años, fue a Suiza, donde muchos españoles emigraron en busca del valioso franco, equivalente entonces a 14 pesetas.
Un Mercedes Benz y miles de kilómetros
Primero cuidó 12 vacas y dos caballos a cambio de 210 francos. Un sueldo que multiplicó por tres cuando evolucionó a pintor. A pesar de lo que ganó, nunca pudo ahorrar nada. Todo lo enviaba a sus padres. Pero la cosa cambió en Navidad. Aquel 25 de diciembre en el que decidió no volver a casa a fin de seguir trabajando le salió rentable. Con lo ganado, se regaló un coche Mercedes Benz de segunda mano a modo de inversión.
Consiguió sus primeras pesetas vendiendo pieles de animales que él mismo cazó
Don Pepe estaba al tanto de que en España seguía habiendo necesidad. Por eso, cuando regresaba a Villanueva del Conde, ofrecía a los vecinos algún trabajo en Suiza. Luego, a cambio de 2.000 pesetas, se los llevaba en el coche. Pero los viajes no solo eran de ida, también de vuelta. La otra estrategia de Hidalgo era acercarse al tren de regreso a España con el fin de persuadir a los emigrantes con la comodidad del coche. Lo conseguía, asegurándose cada semana más de 4.000 pesetas.
El negocio del Mercedes Benz había prosperado, por lo que cambió el coche por un microbús de ocho plazas. Con el dinero ganado, quiso premiar a la madre. Fue ella quien le ayudó a marcharse de Villanueva ante la negativa del padre. Por eso, le compró una pensión en Salamanca. Un regalo que se le quedó grande y al que Hidalgo encontró solución.
Don Pepe por aquel entonces conoció en Suiza a una española con la que congenió muy bien. A ella le pidió que fuera a ayudar a la madre con la pensión. A cambio, se casaría con ella y volvería a casa. Esta aceptó, por lo que, con 28 años, regresó a Salamanca para continuar con sus negocios en España.
2013, annus horribilis
Esa muchacha que conoció en Suiza en un mercado de antiguallas es todavía su esposa. Se llama Eloísa Gutiérrez, con ella tuvo tres hijos: María José, Javier y Cristina. Todos han formado parte de la gestión de Globalia y a ellos les corresponde la sucesión. La mayor es la directora de Air Europa, el mediano fue nombrado consejero delegado (CEO) del grupo en 2016, y la menor, aunque está más dedicada a Etna, una marca de complementos propia, tiene responsabilidades dentro del negocio.
En la actualidad, el horizonte de Globalia aparece despejado; sin embargo, en 2013 una tormenta puso en jaque la herencia familiar. Durante ese año, Juan José Hidalgo no paró de coleccionar desgracias.
Primero, fue asaltado por tres falsos policías en un parking de Pozuelo de Alarcón, donde está la sede del grupo. Le rociaron con un spray, quedó inconsciente y le robaron todo lo que tenía. Poco después, un infarto le acercó a la muerte. A esto se suma un proceso de divorcio que no terminó de concretarse.
Ese año también salió a la luz un caso de corrupción por el que Don Pepe terminó imputado. Investigaciones de la Policía Nacional detectaron que Globalia infló las cifras de los billetes de avión con descuento para residentes de Air Europa -y otras empresas del grupo- a fin de reclamar más subvenciones de las debidas. Casi 23 millones de euros se llevó de forma ilegal, según la Fiscalía.
Tantos reveses despertaron el lado más crudo del empresario. Los hijos, habituales en prensa rosa, parecían más preocupados del ocio que de Globalia. Por eso les amenazó con el despido; no obstante, solo fue un tirón de orejas materializado en una bajada de sueldo.
Hoy esto no es más que un recuerdo ingrato. Juan José Hidalgo, que nunca llegó a sentarse en el banquillo, fue absuelto por la Audiencia Nacional. El matrimonio con Eloísa Gutiérrez sigue en pie y la relación con los hijos es más sólida que nunca. Así se evidenció el pasado diciembre en el 30º aniversario de Air Europa, donde la familia mostró imagen de unidad.
Lo único que persiste de aquel 2013 es una salud no tan fuerte. Don Pepe, de 75 años, no piensa en jubilarse; no obstante, sí ha dejado espacio a fin de que los hijos tomen posición en Globalia y garanticen el legado.
Un hombre hecho a sí mismo
Hidalgo no tiene estudios, pero se ha convertido en empresario de éxito a base de trabajo, ambición y olfato. Detecta las oportunidades y no deja pasar ni una.
Cuando regresó a España, tuvo que cumplir la milicia en Colmenar Viejo, Madrid, y ni siquiera el servicio militar le frenó. Durante esos 18 meses se convirtió en taxista del coronel al mismo tiempo que organizó los viajes de vuelta a casa al resto de los reclutas. Le fue tan bien que luego incursionó en el negocio de los autobuses. Con una flota de 14 vehículos, ofreció rutas hasta Alemania y Suiza, así como por toda España.
El matrimonio con Eloísa Gutiérrez sigue en pie y la relación con sus hijos es más sólida que nunca
Tampoco le pararon Alsa y Renfe. Ambas compañías controlaban el mercado del trasporte y veían al nuevo competidor como un incordio. “Ellos tenían más contactos y amigos en los despachos que yo. Me hicieron la vida imposible”, dijo Hidalgo en una de sus ponencias.
Los gigantes del transporte pincharon las gomas de Hidalgo. Éste, lejos de echarse atrás, miró al cielo para seguir progresando. Tenía clientes y dinero, por lo que contactó con Aviaco. La aerolínea le prestó aviones y Don Pepe los llenó. Primero de emigrantes que marchaban a Suiza y luego de turistas que veraneaban en Palma de Mallorca. A continuación, en 1971, creó Halcón Viajes, y Travelplan en 1988.
Con la agencia y el turoperador, solo le faltaba la aerolínea, y fue suya tres años después gracias a lo sucedido con Air Europa. El puzzle se completó y llegó Globalia. Tras ello, muchos trajes, un despacho y tres secretarias. El sueño de Don Pepe hecho realidad.