(EFE).- El número de venezolanos que murieron en Nicaragua cuando un autobús lleno de migrantes cayó en un precipicio se elevó a 15, informó este viernes el Gobierno local.
El accidente ocurrió la noche del pasado miércoles cuando un autobús, que viajaba con decenas de migrantes hacia la zona fronteriza de Nicaragua con Honduras, colisionó con dos automóviles. Posteriormente, se precipitó a un acantilado, en un tramo peligroso de la Carretera Panamericana conocido como “La Cucamonga”, según la versión oficial.
Inicialmente la Policía nicaragüense reportó 16 muertos, de los cuales 13 eran venezolanos, uno nicaragüense, y dos desconocidos.
En su alocución de esta tarde, la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, reportó otras dos víctimas mortales originarias de Venezuela. Pero sin divulgar sus identidades, y sin hacer referencia al número total de fallecidos, que en tal caso se mantendría en 16.
Murillo, quien dijo que el Gobierno de su esposo, el presidente Daniel Ortega, mantiene conversaciones con Caracas, mostró su interés en que las familias de las víctimas en Venezuela den su consentimiento lo más pronto posible para la repatriación de los cuerpos.
“Sus familias tienen que dar su consentimiento para la repatriación de los cuerpos, y en eso estamos, indagando, ubicando. Y sobre todo, queriendo contar lo más rápido posible con el consentimiento para que ellos reciban, como cada uno decida, a sus seres queridos”, sostuvo Murillo.
Solidaridad en Nicaragua
Mientras tanto, los nicaragüenses se desbordaron desde ayer en el Hospital San Juan de Dios, de la ciudad de Estelí, 149 kilómetros al norte de Managua, cerca de donde ocurrió el accidente, para donar alimentos y víveres a los sobrevivientes.
Ropa, agua, frazadas, platos con comida, material de aseo personal, entre otros, fueron llevados de manera espontánea por pobladores de Nicaragua, hacia el centro de asistencia médica, según divulgaron algunos de los donantes.
El caso de una niña de unos tres años, que supuestamente quedó huérfana al morir sus padres en el accidente, empezó a sonar con más frecuencia en medios de comunicación locales, incluyendo alguno oficialista, pero hasta ahora las autoridades no han desmentido ni confirmado la situación.
De acuerdo con la prensa local, la menor se llama Adalin Valeria, y aparentemente es hija de las víctimas venezolanas Jordán José Castellano Castillo y Cinthia Ninoska Rojas.
“La Cucamonga”, donde este tipo de accidentes ocurren de forma periódica, es un tramo de la Carretera Panamericana flanqueado por abismos y paredones inestables, que no se puede evitar, y que conecta la zona fronteriza de Nicaragua con el resto del país.