Daniel Gómez (ALN).- Para Estados Unidos, Argentina, España, Chile y Panamá la fiesta electoral de Nicolás Maduro fue una farsa. Ninguno reconoce su elección. Sólo Cuba, Bolivia y El Salvador festejan el triunfo bolivariano, mientras que otro amigo del chavismo, Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, guarda silencio, consciente de la que tiene encima.
No hubo sorpresas. Fue una fiesta para Nicolás Maduro. Por eso fue reelegido presidente con cuatro millones de votos de diferencia sobre Henri Falcón, su principal rival. Lo que pasa es que a la fiesta no acudió prácticamente nadie. 54% de los inscritos no votaron, según el Consejo Nacional Electoral (CNE). Una alta abstención que se convierte en la mayor de los últimos 30 años.
Si para Maduro fue una fiesta, para la comunidad internacional fue una farsa. Apenas tres países, Cuba, Bolivia y El Salvador, apoyaron el proceso. De los críticos, Estados Unidos, Argentina, España, Chile y Panamá llevaron la voz cantante.
“EEUU no reconocerá las elecciones presidenciales de Venezuela”, apuntó John Sullivan, subsecretario de Estado, a las agencias Reuters y Bloomberg este domingo, antes incluso de que se conocieran los resultados.
En las declaraciones, también contempló la posibilidad de aplicar nuevas sanciones. A los funcionarios chavistas, y también al petróleo, la única fuente de divisas de la economía venezolana. “Consideramos activamente aplicar sanciones petroleras sobre Venezuela”.
En esta línea, Sullivan agregó: “Tenemos que asegurarnos de adherirnos a nuestro objetivo, que es apuntar a los funcionarios corruptos del régimen y no al pueblo venezolano. No queremos dañar al país de una forma que sea difícil de reparar luego de que la democracia sea restaurada”.
El G-20 discutirá una respuesta
El político estadounidense se encontraba en Buenos Aires en la cena de cancilleres del G-20. Allí coincidió con el anfitrión, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, quien también emitió palabras de condena definiendo las elecciones como “otro simulacro de elección democrática”, informó el diario argentino Clarín.
Al igual que Macri, Jorge Faurie, ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, firmó un comunicado junto a Sullivan en el que cargaron contra “la falta de garantías” para que el proceso fuera “libre, justo, transparente y democrático”.
Tanto Argentina como Estados Unidos plantearán en la reunión de cancilleres en Buenos Aires que se celebrará este lunes una respuesta conjunta sobre lo ocurrido en Venezuela. Lo que hay que tener en cuenta es que, en el grupo de las 20 economías más grandes del planeta, figuran dos poderosos aliados del régimen de Maduro: China y Rusia. Y esto es algo que puede limitar la respuesta del G-20.
En Buenos Aires también estuvo el ministro de Asuntos Exteriores de España, Alfonso Dastis. No se pronunció explícitamente sobre las elecciones, pero sí reconoció haber mantenido una reunión con el canciller alemán, Heiko Mass, en la que trataron lo ocurrido en Venezuela.
En los márgenes de la reunión @g20org de ministros de Asuntos Exteriores, he mantenido un encuentro con mi colega alemán, Heiko Maas. Hemos tratado varios asuntos de la agenda internacional como #Venezuela, de cuya situación estoy muy pendiente, e #Iran entre otros. pic.twitter.com/2VBA3GnLwK
— Alfonso Dastis (@AlfonsoDastisQ) 20 de mayo de 2018
La respuesta de Madrid, no obstante, llegó en la mañana de este lunes. “En el proceso electoral de Venezuela no se han respetado los mínimos estándares democráticos. España estudiará junto a sus socios europeos las medidas oportunas y seguirá trabajando para paliar el sufrimiento de los venezolanos”, dijo el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, en Twitter.
La Unión Europea tuvo razón
Rajoy habla de “socio europeos” porque la Unión Europea (UE) también ha sido partícipe del proceso. Aún no ha emitido ninguna declaración respecto a las elecciones, pero ya en abril dejaron clara su postura: “No se dan las condiciones necesarias para unos comicios creíbles, transparentes e inclusivos”.
Para José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente español y observador en las elecciones en Venezuela, el pronunciamiento de la UE fue precipitado. “Quien diga antes de haber vivido las elecciones del domingo que no hay condiciones, o es un adivino o tiene un prejuicio”, dijo el pasado viernes en declaraciones recogidas por la agencia EFE.
Debieron ser adivinos. La realidad confirmó la tesis de la Unión Europea y convirtió la fiesta de Maduro en una farsa. Una farsa en la que, como hizo Rodríguez Zapatero, también confió Henri Falcón, candidato por la Avanzada Progresista. No obstante, poco le duró la alegría. Terminó desencantado ante las anomalías del proceso. Por eso ahora pide la repetición de elecciones.
El voto asistido para personas con problemas era más una fórmula de presión que un apoyo
El equipo de Falcón detectó 900 irregularidades que el director de ALnavío, Juan Carlos Zapata, resume en cinco puntos en un reciente artículo (Leer más: Por qué Henri Falcón no reconoció la victoria de Nicolás Maduro).
Primero, no se cerraron los centros electorales a la hora fijada. Segundo, se incumplió la disposición con respecto a los puntos rojos de la militancia chavista. Tercero, se usó el carnet de la patria para presionar y comprar votos a favor de Maduro. Cuarto, al menos en mil centros no se contó con testigos para avalar la independencia del proceso. Y quinto, se infiere, a la vista de las imágenes, que el voto asistido para personas con problemas, discapacitados, era más una fórmula de presión que un apoyo.
Silencio en Managua
Pese a todo, hay quienes se empeñan en validar lo que ocurrió en Venezuela. El periódico Granma, el órgano oficial del Partido Comunista en Cuba, que es el partido del gobierno, dijo que las elecciones en Venezuela “confirman la confianza del pueblo en el sistema político bolivariano” sobre el “boicot de la derecha”.
Incluso confirman que la jornada electoral “fue de amplia participación”, cuando a la vista de los números del propio CNE no fue así. Ni qué decir lo que expresaban las fotos de los reporteros internacionales. Todas mostraban mesas y sillas vacías, sin apenas colas de gente para votar.
El mensaje de Cuba fue casi el mismo que el de Evo Morales, presidente de Bolivia. “El pueblo venezolano soberano ha triunfado nuevamente ante el golpismo e intervencionismo del imperio norteamericano. Los pueblos libres jamás nos someteremos. Felicidades al hermano Nicolás Maduro y al valeroso pueblo de Venezuela”, dijo en Twitter.
Otro que avala el resultado de Maduro es el gobierno de El Salvador. “Creemos que estas elecciones son un paso fundamental en su avance democrático, por lo cual reconocemos plenamente el resultado”, apuntó en un comunicado oficial.
Llama la atención que no se haya sumado al festejo bolivariano Nicaragua. Un silencio que tiene mucho ver con el estado del régimen en este momento. Hoy Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, tienen al país alzado tras reprimir unas protestas cuyo saldo de muertos fue de al menos 60 personas.
Si bien no hay pronunciamiento desde Managua, sí que lo hay de medios afines como el canal de televisión Viva Nicaragua, que retuiteó, al poco de conocerse los resultados definitivos, una foto de Maduro y Ortega titulada “Viva la paz”. Tiene su gracia. Porque la palabra “paz” no es la que mejor defina a los dos mandatarios.
@VivaNicaragua13 Viva la paz pic.twitter.com/Fz2qJJ1dtR
— Juan Aguilar (@juanviva13) 21 de mayo de 2018
El diario independiente La Prensa se limitó a informar en sus notas. Por un lado, reseñó que Maduro fue relecto con “polémica”; y, por otro, notificó las irregularidades denunciadas por Henri Falcón.
Si bien sorprende el silencio de Managua, también sorprende que ni Colombia ni su presidente, Juan Manuel Santos, hayan valorado el resultado en Venezuela. Aunque es cierto que la postura del mandatario, crítico con Maduro, es conocida.
No obstante, llama la atención la ausencia de valoraciones. Sobre todo, por los lazos que unen a estos países fronterizos y el hecho de que Colombia sea la principal puerta de escape de los venezolanos que huyen del país. En las semanas previas a las elecciones, Migración Colombia notificó 15.000 registros diarios en sus fronteras.
Como era de esperar, los que sí se han pronunciado han sido Chile y Panamá. Sebastián Piñera, presidente chileno, dijo por medio de Twitter que “las elecciones en Venezuela no cumplen con estándares mínimos de una verdadera”. El gobierno panameño, por su parte, aseguró “no reconocer los resultados” ya que no “considera el proceso democrático ni participativo”, apuntó en un comunicado.