Leticia Núñez (ALN).- El sociólogo chileno y profesor de Ciencia Política en la Universidad de Nueva York, Patricio Navia, apunta que la “gran amenaza” en las elecciones presidenciales que se celebrarán en Chile el próximo 19 de noviembre es una baja participación. “La gente cree que el país no se juega la vida en los comicios”, dice en una entrevista con ALnavío. Como fortaleza del favorito Piñera destaca su experiencia tras haber sido presidente de 2010 a 2014 pero recalca que no le gusta la reelección. En cuanto al resto de los candidatos, mantiene que a Alejandro Guillier no le votaría ni para presidente de la junta de vecinos y sobre Beatriz Sánchez manifiesta que es mejor candidata que presidenta.
A Patricio Navia no le gusta la idea de que un expresidente vuelva a gobernar. Es lo que podría suceder en Chile si el próximo 19 de noviembre gana Sebastián Piñera, mandatario entre 2010 y 2014. La reelección limita la renovación, según el sociólogo chileno y profesor de Ciencia Política en la Universidad de Nueva York. No obstante, en una entrevista con el diario ALnavío reconoce que Piñera “es el más preparado” de todos los candidatos y apunta a la elevada abstención como “la gran amenaza” de estos comicios.
– ¿Cómo afronta Chile las elecciones presidenciales? ¿Con qué estado de ánimo?
– Estas son las séptimas elecciones desde el retorno de la democracia. Chile es una democracia bastante consolidada; por lo tanto, si bien las elecciones son importantes no hay gran nerviosismo ni preocupación sobre lo que va a ocurrir. De hecho, la gran amenaza es que puede haber poca participación en la primera vuelta porque la gente cree que independientemente de quien gane, el país no va a cambiar mucho.
– ¿A qué se debe esa falta de interés?
– La gente cree que, si bien un gobierno de derechas y otro de izquierdas van a implementar políticas distintas, el país no va a tomar un giro radical hacia la izquierda o hacia la derecha. Los ciudadanos dicen ‘mira, las cosas van a seguir más o menos igual, pueden mejorar o empeorar un poco’ pero no creen que el país se juegue la vida en las elecciones.
– Hay ocho candidatos que optan al Palacio de La Moneda. Encabeza las encuestas el expresidente Piñera, por delante de Alejandro Guilier y de Beatriz Sánchez. ¿Cuáles son sus principales fortalezas?
– Piñera ya fue presidente; por tanto, tiene la experiencia, un historial que tiene que defender y que le ayuda con algunas personas pero que naturalmente le hace daño con quienes no recuerdan bien su gobierno. Pero en general Piñera tiene esa experiencia y es candidato con un discurso de futuro, prometiendo que van a volver tiempos mejores. Guillier es un periodista de televisión y ahora es senador, entonces la gente le conoce bastante bien. Aunque tiene menos experiencia. Y Sánchez, que es la candidata del Frente Alternativo de Izquierdas, también es una periodista recién llegada a la política. Ha mostrado la frescura y la novedad de los nuevos candidatos, pero también le falta experiencia y, por tanto, comete errores que los políticos tradicionales no cometen.
– Vistas las debilidades de Guillier y Sánchez, ¿alguna de Piñera?
– El legado de su primer mandato lo define mucho. De hecho, estas elecciones en buena medida son un referéndum sobre el presidente Piñera. En muchos aspectos este es un referéndum sobre su legado presidencial. Es uno de los hombres más ricos de Chile, es un empresario con una enorme fortuna, cerca de 3.000 millones de dólares según Forbes, y mucha gente ve en eso una fortaleza porque es un hombre que hizo su propio dinero y fue bueno generando dinero, pero otros lo ven como una debilidad porque sienten que su mayor preocupación está en el crecimiento económico y no necesariamente en las necesidades de la gente.
– Y los otros cinco candidatos, ¿tienen opciones?
– En realidad, la primera vuelta es una pelea por el segundo lugar. El 17 de diciembre sería la segunda. Las encuestas muestran que Guillier está en segundo lugar ahora, pero cayendo un poco, en torno al 20%. En tercer lugar, las encuestas muestran a Beatriz Sánchez y también la muestran cayendo, cerca del 10%. Y muestran a otro candidato, Marco Enríquez-Ominami, subiendo y amenazando el tercer lugar. Tendría alguna posibilidad de seguir subiendo, pero en realidad falta muy poco tiempo y como hay ley que prohíbe la difusión de encuestas en las últimas dos semanas ahora estamos en un punto ciego porque no podemos saber si los candidatos suben o bajan.
Podría haber alguna sorpresa, pero dada la tendencia de las semanas inmediatamente anteriores a que se cerraran las encuestas, simplemente sería la de que Ominami termine en tercer lugar.
– En una ocasión dijo que a Guillier no le votaría ni para presidente de la junta de vecinos, que Sánchez es mejor candidata que presidenta y, sobre Piñera, señaló que no le gusta la reelección. ¿Lo mantiene?
– Sí, sí. Creo que la campaña ha demostrado precisamente eso. El más preparado, el que tiene más propuestas y conoce mejor cómo funciona el Estado es Piñera, pero ya fue presidente y si bien su discurso es un discurso de futuro, termina refiriéndose mucho a las cosas que ya hizo en su primer periodo. A mí en general me parece que el gran problema de las democracias en América Latina es que los líderes políticos nunca se retiran, sino que siguen dando vueltas por mucho tiempo y eso frena la renovación. No creo que sea saludable que vuelvan al poder.
“Naturalmente, Piñera va a querer echar para atrás algunas de las reformas de Bachelet”
También mantengo lo que dije sobre los otros candidatos. Me parece que Guillier no está preparado para ser presidente, no conoce muy bien de qué se trata el gobierno, no es capaz de tomar decisiones serias, ha tenido todo un problema en los últimos días sobre si tiene o no programa de gobierno: dijo que no, después que sí y entregó un resumen bastante incompleto, en el que los números no cuadran… Eso simplemente refleja que no está preparado para esta posición tan importante.
Me da la sensación de que el discurso de Sánchez es demasiado radical como para que tenga sentido en los chilenos que quieran reformas, no revolución.
– Precisamente una de las propuestas de Piñera es la reelección inmediata…
– Ha dicho que no la aplicaría para él, sino que sería para presidentes subsecuentes, lo que tendría algo de sentido. A mí me parece que tiene sentido una sola reelección como ocurre en EEUU, pero en el caso de Chile me da la impresión de que tendría que ir acompañada de otras reformas porque el sistema chileno es muy presidencial. El presidente de Chile nombra a los jefes de las regiones a su discreción, entonces el Ejecutivo tiene mucho poder, decide qué leyes se discuten en el Congreso, pone la agenda legislativa, tiene mucha injerencia sobre el presupuesto… Tiene demasiado poder y a mí me parece que darle la posibilidad de la reelección haría que los presidentes en su primer periodo se dediquen exclusivamente a buscar la reelección y eso no sería bueno.
– Si gana Piñera serían 16 años de gobierno de la dupla Bachelet-Piñera. ¿Le cuesta a Chile buscar liderazgos?
– En parte creo que tiene que ver con el hecho de que Chile ha sido una democracia estable, que ha funcionado relativamente bien y la gente sigue la lógica de que “si no está roto, no hay que mandarlo a arreglar”. Pero también el sistema le facilita la vida a los expresidentes porque mantienen un sueldo de por vida y un presupuesto similar al de un senador en ejercicio. Entonces, para los exmandatarios montar una campaña presidencial resulta más fácil porque se la financia el Estado. Los expresidentes se convierten casi en candidatos naturales. Para los aspirantes es más difícil.
– ¿Qué ha sucedido en esta ocasión para que la izquierda concurra tan dividida?
– En parte tiene que ver con el liderazgo de la presidenta Bachelet, que intentó hacer reformas mucho más radicales que lo que hasta ahora habían realizado los gobiernos de izquierdas y eso produjo un quiebre entre la izquierda más moderada, la que lidera Bachelet y la más radical, que quería todavía más reformas. Y eso se ve reflejado en las candidaturas presidenciales de ahora. Está Carolina Goic, del Partido Demócrata Cristiano; Marco Enríquez-Ominami, que ocupa un lugar parecido al de Bachelet; Alejandro Guillier, que intenta abrirse hacia ambos sectores, y Beatriz Sánchez, más a la izquierda de Bachelet.
– Desde que se inició la carrera presidencial, Piñera siempre ha liderado las encuestas. ¿Cree que podría ganar con mayoría absoluta?
– Lo veo difícil, pero dependerá de cuánta gente vote. Si vota muy poca gente, la posibilidad de que Piñera gane en primera vuelta es mayor. En las últimas presidenciales votó aproximadamente el 50% de las personas. Esperamos que ahora ocurra algo similar. Si aumenta ese porcentaje, entonces probablemente tengamos una segunda vuelta. Si baja, Piñera podría ganar porque tiene más apoyo entre la gente de más educación e ingresos, que tiende a ser la gente que vota más aun si la participación es baja. No obstante, en Chile, desde 1993 ningún candidato presidencial gana en primera vuelta.
– En caso de que haya segunda vuelta, ¿ve tan clara la victoria de Piñera?
– Creo que la segunda será más apretada porque el candidato de izquierdas que pase logrará unir a toda la izquierda. Veríamos algo más competitivo, tratando de convertir esta segunda vuelta en un referéndum sobre Piñera. Y como tiene niveles de rechazo bastante altos, en particular entre la gente que no vota, la izquierda intentará sacar más gente a votar porque con eso tiene la probabilidad de convertir las elecciones en un referéndum y que Piñera lo pierda y gane la izquierda por default. Pero esto es un desafío para la izquierda porque sus candidatos no son lo suficientemente fuertes ni lo suficientemente carismáticos.
– Se dice que Piñera llega para deshacer todo lo que Bachelet ha hecho. ¿Qué se puede esperar si gana?
– Naturalmente va a querer echar para atrás algunas de las reformas de Bachelet. En particular la reforma de gratuidad en la educación superior. Bachelet no logró convertirlas en ley, sino que son sólo decisiones presidenciales. Entonces, tienen un sustento jurídico muy débil y el próximo presidente lo puede cambiar a discreción. Probablemente algo de eso va a hacer, pero se encuentra con la barrera de que la gratuidad en la educación es algo popular.
“Si hay segunda vuelta será más apretada porque el candidato de izquierdas que pase logrará unir a toda la izquierda”
También está la reforma tributaria, que complejizó el sistema tributario. Es probable que Piñera la quiera modificar con el argumento de que aspira a simplificarlo para generar más incentivos a la inversión.
– Otro aspecto del posible triunfo de Piñera es que tras las victorias de Mauricio Macri en Argentina y de Pedro Pablo Kuczynski en Perú todos comparten un rasgo: son empresarios. ¿Qué diferencia a estos empresarios que llegan a presidentes?
– Los casos de empresarios que llegan a la Presidencia buscan promover la idea de que ellos saben cómo manejar la economía, que han podido generar riqueza y, en esencia, la gente quiere personas que sepan cómo generar riqueza. Ahí está su atractivo.
– Y en política exterior, ¿qué se espera de la nueva presidencia?
– Si suponemos que Piñera va a ser el presidente, va a tratar de promover una mayor integración a través de la Alianza del Pacífico y profundizar los acuerdos comerciales. Probablemente va a tener una política más activa que la que tuvo la presidenta Bachelet respecto a Venezuela, pero creo que su foco van a ser los acuerdos de libre comercio y la integración de la Alianza del Pacífico.