Daniel Gómez (ALN).- Ya se encuentra en Caracas el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, David Beasley. Lo confirmó este domingo el propio Nicolás Maduro. Dice que viene para “firmar importantes convenios”. No hay que olvidar que una de las condiciones de Washington para levantar las sanciones es que Maduro permita la entrada de ayuda humanitaria internacional al país.
Nicolás Maduro promete “un convenio del más alto nivel” entre Venezuela y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas, según dijo este domingo, cuando comentó la llegada a Caracas del director del PMA, David Beasley.
Explicó Maduro que Beasley realizará “una visita de trabajo para firmar importantes convenios de alianza y de acción para la seguridad alimentaria de los venezolanos”. Visita en la que le mostrarán “los programas alimentarios de la nación”, apuntó en referencia a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, más conocidos como CLAP.
También confirmó una reunión personal con Beasley este lunes.
“Nos vamos a reunir, vamos a revisar, tenemos una comisión de trabajo redactando documentos para un convenio del más alto nivel entre la República Bolivariana de Venezuela y el Programa Mundial de Alimentos”, apuntó.
La polémica con el PMA en Venezuela
El ingreso del PMA a Venezuela siempre ha estado en el foco de la polémica.
Desde la oposición que lidera Juan Guaidó critican que Maduro ha estado “bloqueando” el ingreso del programa al país. Que no les dejan operar con normalidad porque quieren controlar el reparto de comida a los venezolanos a través de sus redes de distribución.
El gobierno de Venezuela, no obstante, niega ese bloqueo. Y afirma no haber firmado todavía ningún pacto con el PMA porque pretenden sellar un acuerdo que respete “sus principios y sus leyes”.
Todo apunta a que este acuerdo se dará este lunes.
Las denuncias de la oposición de Guaidó han sido tenidas en cuenta por Washington, tanto en el gobierno de Donald Trump como en el de Joe Biden.
En este sentido, cabe rescatar el artículo publicado en febrero por el exasesor de Trump para Venezuela, Elliott Abrams, en el blog del Council on Foreign Relations.
En un mensaje dirigido a la administración Biden, Abrams dijo que sería “lógico” que EEUU levantara las sanciones a los intercambios de diésel con Venezuela si finalmente se permite la entrada del Programa Mundial de Alimentos al país.
“Condicionar el intercambio de diésel al permiso para que el PMA trabaje en Venezuela permitiría que los auténticos beneficiados sean los venezolanos”, dijo Abrams.
“Es lógico: los intercambios de diésel están destinados a ayudar a la situación alimentaria, entonces exijamos que el régimen permita una ayuda seria y directa a los venezolanos que la necesitan”, agregó.
El papel de Washington
Desde el gobierno de Joe Biden también han lanzado mensajes en este sentido.
Aunque ha dicho que no tiene prisa por levantar las sanciones, el ingreso de ayuda humanitaria sería una de las condiciones exigidas para que Washington ablande su postura.
“Es Maduro quien tiene que demostrar que está listo y quien debe dar pasos para demostrar confianza. Sea desmantelando la policía que ha sido acusada de ejecuciones extrajudiciales. Soltando a los presos políticos, incluyendo a los seis ejecutivos de Citgo. O ayudar a la asistencia humanitaria del país, ellos intencionalmente no están dejando que entre ayuda humanitaria para crear un ambiente de sufrimiento”, afirmó en febrero Juan González, director para el hemisferio occidental del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos y uno de los principales asesores de Biden en las políticas hacia Latinoamérica.
Qué dice el PMA sobre Venezuela
El que no ha participado en esta polémica es el Programa Mundial de Alimentos, limitándose a decir que no tiene presencia en Venezuela.
Lo que sí ha hecho es advertir de la delicada situación humanitaria que atraviesa el país.
El último informe del PMA sobre Venezuela está elaborado junto a la agencia de la ONU para la alimentación y la agricultura, FAO. El documento, titulado Hunger Hotspots, señala que la hiperinflación y las sanciones son los principales problemas humanitarios de Venezuela.
El PMA y la FAO comentaron que “la constante depreciación” del bolívar ha llevado al país a un proceso de dolarización que acentúa la igualdad. “Ha aumentado las disparidades entre las personas que tienen acceso a dólares estadounidenses -a través de remesas e ingresos por exportaciones- y la mayoría de las personas que no tienen ese acceso”.
Sobre las sanciones apuntaron que “han provocado la suspensión casi total de las exportaciones de petróleo, que representan la principal fuente de ingresos externos del país”. También “una escasez dramática” y “un aumento de los costes de la energía y el transporte, y la consiguiente subida de los precios de los alimentos”.
Tampoco hay que olvidar los resultados del informe del PMA sobre Venezuela publicado en febrero de 2020: una de cada tres personas en el país, más de nueve millones, no tiene suficiente comida. Y un 74% de las familias ha tenido que emplear “estrategias de supervivencia” para tener comida.