Leticia Núñez (ALN).- “En la política como en el derecho todo se puede cambiar”, advierte Diego Cediel, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad La Sabana, al diario ALnavío. Por ello, se muestra convencido de que si el conservador Iván Duque gana las elecciones presidenciales del domingo frente al izquierdista Gustavo Petro modificará los acuerdos de paz que Juan Manuel Santos firmó con las FARC. No cree que sea sólo una promesa electoral. “La gente sigue teniendo una imagen muy negativa del tratado y Duque concentra esa desazón”, asegura.
Dice Diego Cediel, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad La Sabana, que si Iván Duque gana las elecciones del domingo en Colombia modificará los acuerdos de paz que el presidente Juan Manuel Santos firmó con las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC). “La gente sigue teniendo una imagen muy negativa tanto de la justicia especial para la paz como de los acuerdos, y de la participación en política de las FARC. Duque concentra esa desazón”, afirma en declaraciones al diario ALnavío.
Según Cediel, poco importa que dichos acuerdos estén blindados por la Constitución colombiana, como recordó el propio Santos en una reciente visita a Madrid. “En la política como en el derecho todo se puede cambiar. De la misma forma que uno hace las cosas, se pueden deshacer”, sostiene.
Y eso es lo que el analista cree que hará Duque. Modificar determinadas partes del tratado de paz. “Tendría las mayorías para hacerlo y también el apoyo popular, porque en el plebiscito ganó el no”, apunta.
Pero antes tendrá que ganar los comicios que se celebran este domingo. En la primera vuelta, celebrada el pasado 27 de mayo, el candidato conservador obtuvo 39,13% de apoyo frente a 25,09% del izquierdista Gustavo Petro. Son más de dos millones y medio de votos de diferencia: 7,6 millones en el caso de Duque y 4,8 en el de Petro.
“Juan Manuel Santos deja un país polarizado por la paz y con problemas económicos”
Cediel vaticina que la derecha seguirá gobernando en Colombia. Es decir, que ganará Duque. Todos los sondeos le otorgan una ventaja entre 12 y 17 puntos sobre Petro. En opinión de Cediel, “es supremamente improbable” que el candidato de Colombia Humana dé la sorpresa. En su contra juega el miedo a que se reproduzca la crisis venezolana en el país vecino.
Gane quien gane tendrá varios retos por delante, tal como apunta el profesor: “Consolidar la economía, acabar con la inseguridad y el desafío geopolítico que implica la migración venezolana”.
– Todos los sondeos dan como favorito a Iván Duque, ¿ganará?
– Yo creo que sí. Las encuestadoras acertaron en la primera vuelta y los últimos cinco sondeos daban la victoria a Duque con una ventaja entre 12 y 17 puntos sobre Petro. Otro factor es la construcción de la imagen que cada candidato ha hecho respecto a su rival. Es cierto que el tono polarizador ha disminuido, pero el círculo más cercano de cada uno ha optado por posiciones de ataque y defensa, en lugar de hacerlo los candidatos para no desgastarse. Esos dos factores favorecen a Duque.
– ¿Qué fortalezas y qué debilidades tiene Iván Duque?
– La principal debilidad es su inexperiencia. Tiene una hoja de vida en el sector público muy corta. A veces es cuestionada porque fue patrocinada por el expresidente Álvaro Uribe. Fue senador gracias al arrastre de la lista cerrada para el Congreso. Pero esos cuatro años le valieron para ser elegido como el mejor parlamentario. Su juventud también puede verse como una gran fortaleza: no tiene un peso partidista nocivo, no tiene compromisos previos, ni cuestionamientos graves. Otra debilidad que a la vez puede ser fortaleza es la figura de Uribe. Hoy Duque es lo que es en las encuestas y en el mundo político gracias a Uribe. Pero precisamente si uno voltea la moneda, es debilidad porque ha quedado la sensación de que va a ser una especie de títere de Uribe. No obstante, Duque es una versión moderada del uribismo y tanto Uribe como Duque han tratado de desmarcarse de la figura del Uribe protector y el Uribe en la sombra para que Duque tenga vuelo propio.
– Hablando de la juventud de Duque, ¿será un problema para gobernar Colombia en un momento tan decisivo como el actual?
– No es un mayor problema. Hay asuntos en Colombia que no dependen del presidente sino del equipo del que se rodee. Si logra armar un gobierno que tenga experiencia y conocimientos, quizá que haya pasado por otros ministerios, esa podría ser una forma de compensar la juventud. Duque viene del sector bancario transnacional, del Banco Interamericano de Desarrollo, entonces él sabe manejar equipos.
– ¿Hay margen para que Gustavo Petro dé la sorpresa y gane?
– La atención mediática está sobre Petro porque ha sabido aglutinar una serie de apoyos que tienen una resonancia significativa, pero de ahí a que logre cautivar los dos millones y medio de votos que le separaron de Duque en la primera vuelta, lo veo supremamente improbable. ¿Por qué? Por dos razones. La primera porque la ventaja es ostensible. Y la segunda porque hay una sensación de hastío y de cansancio de la campaña política. La ciudadanía está agotada de tanta polarización, ha habido muchas noticias falsas, difamación por ambos lados… No creo que Petro pueda salvar esa ventaja. Va a sacar más o menos la misma votación.
– ¿Hacia dónde se moverán los votantes de Sergio Fajardo?
– Él dio libertad de voto. Dijo que no iba a interferir. Un margen de 20-25% de los electores de Fajardo se va a ir para Duque. Otro 30-35% se va a ir para Petro. Y el resto será en blanco.
– ¿Prevé una elevada abstención?
– Sí, creo que incluso la abstención va a recuperar las cifras habituales y el voto en blanco va a aumentar de manera sensible. Con esto no digo que vaya a haber una abstención histórica.
– ¿A quién favorecerá el voto de los jóvenes?
– Creo que se decantarán mayoritariamente por Petro, sobre todo las juventudes que apoyaron a Sergio Fajardo y a Humberto de la Calle porque no simpatizan con el modelo uribista. Los jóvenes están profundamente convencidos de que tienen que salir a votar, que el país los necesita. No obstante, muchos jóvenes no tienen una opción preferente. Están repartidos.
– ¿Hay miedo de que si gana Petro Colombia vaya por el camino de Venezuela?
– Ese ha sido un elemento retórico fuerte para la decisión del voto entre los adultos. Sí ha tenido fuerza. Ha servido para cautivar a un amplio sector del electorado que no quiere seguir ese modelo político. Hay elementos de juicio que permiten identificar que Gustavo Petro muy lejos del chavismo no está. Ha sido su defensor en Colombia. Lo ha defendido cuando ha tenido graves crisis de legitimidad y de imagen internacional. Gustavo Petro ha defendido tanto a Hugo Chávez como al régimen chavista. Ha marcado cierta distancia respecto a Nicolás Maduro, pero lo hizo tarde, con afán electoralista.
– ¿Por qué en Colombia nunca ha ganado la izquierda?
– Se debe a varios factores. Primero porque la izquierda como opción de poder siempre llega fragmentada por egos y divisiones interpartidistas. No logran conformar un proyecto. En segundo lugar, las FARC han hecho mucho daño a las ideas de izquierda en Colombia. Si bien no es un ideario socialista, sembró una mala imagen a todo aquel que fuera de izquierda. Han colgado ese manto de duda. Y tercero, las experiencias internacionales de ‘es mejor no repetir tal modelo’ y prevenirnos y mejor no optar por ello.
– Duque ha prometido que si gana modificará los acuerdos de paz con las FARC. ¿Cree que los echará para atrás o es sólo una promesa electoral?
– Precisamente él está capturando una serie de exigencias que le hizo el establecimiento político después de que el ‘no’ ganó el plebiscito. Se dijo que la paz sí, pero no de esa manera. La gente sigue teniendo una imagen muy negativa tanto de la justicia especial para la paz como de los acuerdos y de la participación en política de las FARC. Duque concentra esa desazón. Creo que los va a modificar porque es su promesa de campaña. Lo cumplirá.
“La principal debilidad de Duque es su inexperiencia. Tiene una hoja de vida en el sector público muy corta”
– Juan Manuel Santos, sin embargo, dice que los acuerdos están blindados.
– Sí, pero en la política como en el derecho todo se puede cambiar. De la misma forma que uno hace las cosas, se pueden deshacer. Un contrato de la misma forma que se hace se puede deshacer. Que esté blindado por la Constitución, muy bien, pero perfectamente se puede aprobar una ley que les retire el blindaje. Duque tendría más o menos las mayorías para hacerlo y también el apoyo popular, porque el ‘no’ ganó el plebiscito [Álvaro Uribe e Iván Duque defendieron el ‘no’].
– Gane quien gane las elecciones, ¿cuáles serán los retos del próximo presidente?
– Independientemente de que sea Duque o Petro, el reto será consolidar una estructura económica que se recupere, que se integre en el sistema económico internacional y que pueda resistir las crisis de productividad que sufrió con el gobierno de Santos. La seguridad es otro reto. Es imperativo. También, asimilar el desafío geopolítico que implica la migración venezolana, que debe tratarse como un problema hemisférico, no sólo como un problema de venezolanos y colombianos. Ya se está desbordando.
– ¿Cómo prevé que será la relación con Venezuela si gana Duque?
– Va a ser tensa, precisamente por las actuaciones tanto de Nicolás Maduro como de Álvaro Uribe. El modelo económico y político de Maduro tiene un profundo descrédito en la región, por lo que no va a ser una relación fácil. Puede empezar bien, pero no va a fluir por las distancias ideológicas.
– Juan Manuel Santos dijo en Madrid que deja una mejor Colombia. ¿Está de acuerdo?
– Deja un país profundamente dividido. La identificación de que los amigos de la paz son los amigos de Colombia y los enemigos de la paz son los enemigos de Colombia, previa al plebiscito, le hizo mucho daño al país. Hoy es un país dividido. No deja una mejor Colombia porque sigue habiendo altos niveles de inseguridad, seguimos teniendo altos niveles de pobreza y desigualdad y además la clase política está supremamente cuestionada. Muchos de los allegados a Santos están siendo investigados por Odebrecht. Deja un país polarizado por la paz y con problemas económicos de productividad y generación de empleo.