Elizabeth Fuentes (ALN).- La fe y el goce se rozan sin problema alguno durante la celebración de la Semana Mayor en la ciudad andaluza. Los fieles se apretujan para aplaudir a la Virgen y gritarle “¡Guapa!”. Luego corren a los bares, donde la pasan entre vinos y tapas. Pero ojo: la religión también produce ganancias. La primera vez, todo es asombro. Pero poco a poco el turista se va acostumbrando al tumulto en las calles, a la música de las bandas, al olor a incienso y al gentío apretujado en las aceras luchando por estar en primera fila para ver más de cerca a la Virgen, lanzarle besos y gritarle “¡Guapa, guapa!”, para luego desplazarse en tropel hasta los bares cercanos y competir por una mesa o una barra donde esperar el próximo desfile.
El consejo fundamental: “donde fueres, haz lo que vieres”. De modo que lo más conveniente no es aprender apuradamente y al dedillo qué es una Cofradía (que hay más de 100), un Trono, o saber de memoria el itinerario de los recorridos, sino dejarse arrastrar por el gentío -malagueños, fieles, turistas-, aplaudir y correr como ellos al paso de las imágenes religiosas y, con ellos, ir hasta el bar más cercano para dedicarse a comer, tomar y reír hasta que comience todo de nuevo. Es decir, ir quién sabe hasta dónde para ver una nueva imagen y buscar otra vez el bar más cercano… Y así, hasta que el cuerpo aguante.
Málaga percibe 130 millones de dólares anuales gracias a la Semana Santa y los 400 mil turistas que la visitan en esas fechas
Lo bueno es que todo se produce en el mero centro de Málaga, una ciudad frente al mar y con un sello fundamental en su haber. Allí nació Pablo Picasso, quien por supuesto tiene un museo -su casa natal-. Mientras otro personaje, menos trascendente pero mediático, el actor Antonio Banderas, año tras año esconde su famoso rostro entre la multitud de cófrades, porque estar en Málaga en Semana Santa forma parte de sus ritos indispensables.
La religión produce, y mucho
Como se sabe, la Semana Santa es una tradición donde se celebran las diferentes etapas del Vía Crucis (el camino de Cristo), y cuyo recorrido oficial comienza en las casas de las llamadas Hermandades de Málaga y en las iglesias. Y quienes cargan las imágenes, hacen “penitencia” a través de la ciudad portando consigo los “Tronos”, imágenes de Cristo o de la Virgen que pueden pesar hasta cinco toneladas. Los conocidos como “Hombres de Tronos” son quienes las levantan y las conducen por la ciudad.
De vinos y tapas entre Trono y Trono / Foto: www.welovemalaga.com
Esta fiesta religiosa -que la alcaldía cuida, patrocina y protege- genera un impacto económico de casi 130 millones de dólares cada año. Y se ha convertido en el evento turístico más importante de Málaga con una cifra oficial de 400.000 visitas el año pasado, un tercio de los registros totales de Andalucía. De hecho Sevilla y Granada buscan competir en este renglón, de tan jugosa que resulta la fe religiosa para las arcas de cada ciudad.
Por supuesto, hay quienes prefieren una mayor comodidad y en lugar de andar corriendo de procesión en procesión y de bar en bar, alquilan un palco en primera fila y en las zonas más importantes del recorrido, como son la Tribuna Central, la calle Granada, Alameda Principal, la Rotonda de Larios o la Plaza de la Constitución. Este alquiler es uno de los métodos de financiamiento de las diferentes cofradías. El año pasado, por ejemplo, el precio de un abono por una silla durante toda la Semana Santa fue de 64 dólares aproximadamente. Y el de un palco, que incluye seis sillas, fue de 530 dólares por toda la semana. También es posible alquilar balcones para ver la Semana Santa desde un apartamento privado, ubicado en el centro de Málaga, pero eso resulta sumamente costoso, quizás 300 dólares por cada día.
Hasta los balcones se alquilan para ver el espectáculo
La buena noticia es que a esta fecha todavía algunos hoteles tienen habitaciones disponibles, como el Room Mate Larios o el Room Mate Valeria, que están en pleno centro y ofrecen ocho noches, durante toda la Semana Santa, por menos de 3.000 dólares, para dos personas. Y aunque otro hotel menos lujoso pero muy recomendable, el Don Curro -también en pleno centro-, no tiene habitaciones disponibles en los portales especializados, vale la pena buscarlas a través de su propio portal. Porque ofrece un descuento importante, al extremo de que alojarse desde el 7 hasta el 11 de abril -de allí en adelante está lleno- no traspasa los 700 dólares por una habitación para tres personas durante cinco noches, toda una ganga. Claro, los huéspedes disfrutarían solo la mitad de la Semana Santa en Málaga, pero con este ahorro se pueden trasladar a Córdoba, una ciudad hermosa a una hora en el tren AVE -30 dólares por persona- donde hay muy buenas ofertas de hoteles por menos de 600 dólares las cinco noches. Y así el paseo se convierte en una manera divertida de contrastar religiones.