Redacción (ALN).- La policía detuvo a un hombre de 37 años que secuestró y torturó a su socio y amigo, de nacionalidad italiana, para tratar de robarle su clave de acceso a Bitcoin, donde se presume la víctima ahorraba una fortuna.
El agresor quedó identificado como John Woeltz. El atroz crimen ocurrió en una lujosa casa en NoLiTa, un barrio de Manhattan, en Nueva York.
De acuerdo con los informes del caso, el hombre mantuvo un perfil bajo y fue acusado por cometer los delitos de asalto, secuestro, encarcelamiento ilegal y posesión de un arma con fines criminales.
La víctima responde al nombre de Michael Valentino Carturan.
El 6 de mayo, Carturan llegó a la ciudad de New York y se dirigió a la casa de Woeltz debido a una cita que habían programado, aparentemente social.
Sin embargo, Woeltz retuvo a Carturan por 17 días con ayuda de un cómplice, identificado como William Duplessie, quien fue arrestado el martes. Ambos lo obligaron a darle la contraseña de acceso a sus Bitcoin para robar su dinero.
Ante la negativa de la víctima, Woeltz lo torturó durante tres semanas. La víctima sufrió golpes, y recibió descargas eléctricas. Asimismo, el secuestrador lo amenazó de muerte con una pistola, lo amarró y lo colgó de la cornisa de las escaleras de la casa de cinco pisos, mientras amenazaba con acabar con su vida y la de sus familiares.
Dueño de los Bitcoin escapa antes de que lo maten
El pasado viernes, 24 de mayo, el italiano logró escapar, cerca de las 9:30 de la mañana, y llegó a una comisaría.
Posteriormente, la policía llegó a la casa del criminal, que alquilaba por 30.000 dólares al mes. En el sitio, encontraron al agresor en bata de baño y descalzo. Inmediatamente, lo arrestaron y Carturan fue enviado al hospital para un chequeo médico.
De acuerdo con la publicación, el italiano escapó el día cuando, aparentemente, iban a matarlo.
Un tercer implicado
Se conoció que había un tercer implicado en este caso. Se trata de Beatrice Folchi, de 24 años, quien fue arrestada el viernes, también de origen italiano.
La joven trabajaba como asistente de Woeltz y fue acusada por cometer secuestro en primer grado y privación ilegítima de libertad en primer grado.
Los investigadores descubrieron fotos tipo polaroid sobre las torturas a las que era sometido Carturan, así como drogas, armas, chalecos antibala, anteojos de visión nocturna y una motosierra que usaron para herirle el brazo a la víctima.
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