Elizabeth Fuentes (ALN).- En casi todo el mundo hay paraísos privados disponibles, desde una isla con sus cabañas y cocinera incluida en Chile, hasta un trozo de terreno salvaje con palmeras y matas de mango en Nicaragua, sin ser humano alguno. La buena noticia es que la mayoría ha bajado de precio. «Blue Dolphin Island, ubicada en el archipiélago Bocas del Toro, es una excepcional isla privada en el Mar Caribe. Tiene 103 mil hectáreas vírgenes y 5.549 hectáreas de construcción, donde se está construyendo un exclusivo Resort Spa». El anuncio no es de un vendedor cualquiera de bienes inmuebles, sino de la Casa Sotheby’s, donde prometen que a cambio de 15 millones de dólares, el nuevo dueño de la isla obtendrá playas blancas, peces de colores, arrecifes de corales y todas las comodidades de la civilización a la mano, porque el archipiélago se encuentra a solo una hora de vuelo de la capital de Panamá. Eso sí: en pequeños aviones de hélice, que le añaden romanticismo al negocio.
Pero la oferta latinoamericana de venta de islas privadas se extiende más allá del exquisito círculo de clientes de Sotheby’s: abarca a Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Belice, Honduras, México, Colombia, Chile, Brasil y casi todas las islas del Caribe. ¿Las excepciones? Cuba y Venezuela, como es de suponer. Y tan variados como los países que las venden, son los precios. Nicaragua, por ejemplo, resulta el paisaje más económico a pesar de todo lo socialista que dice ser el gobierno de Daniel Ortega. Tiene nueve islas a la venta, entre ellas la isla Cornelia, «que puede ser suya por el módico precio de 90 mil dólares», como diría cualquier anunciante. Posee una hectárea de terreno, está ubicada en las llamadas Isletas de Granada y, por ahora, solo tiene servicio eléctrico, palmeras y árboles de mango. Muy distinta a la isla de Chilam Balam, que por 450 mil dólares ofrece privacidad absoluta y una modesta casa playera de dos pisos con piscina, bar, cocina y una habitación con baño. Nada espectacular salvo la vista al mar y la soledad, que está garantizada.
Brasil lleva la cabeza en islas para vender, con 22 paraísos
En México el asunto es más complicado. Hay seis islas en venta pero la más económica exige tres millones de dólares a cambio: Platanito Island, cerca de Puerto Vallarta y con servicio de luz eléctrica y acceso por carretera. Las restantes, grandes y costosas, solo podrían interesarle a quienes aspiren a construir un centro turístico de envergadura y no un refugio personal.
Brasil, el gran vendedor
Pero si algún país de América del Sur vende islas en cantidad es Brasil: 22 están en oferta. La más barata -la Isla de Magallanes, a cien metros de la costa sur de Brasil- tiene una hectárea e incluye una casa rústica de madera, agua tratada y servicio de electricidad por generadores. Este capricho ecológico cuesta 1 millón 350 mil dólares. La más completa: la Isla de Pousadouro, al costo de 7 millones 500 mil dólares, e incluye un eco-lodge con 21 chalets, un restaurante (que no entra en la compra-venta) y todos los beneficios que un catálogo turístico podría enumerar de una isla en Brasil. Deportes, observación de delfines, de ballenas, y todo el sol y el mar posible.
En Chile, cuyas autoridades están intentando hacer del turismo una actividad económica segura y sostenible, han puesto a la venta cuatro islas que oscilan desde 1 millón 200 mil dólares -la Isla Tortuga– hasta los 4 millones 700 mil dólares que piden por la isla Los Leones, precio que incluye cuatro cabañas -cada una con habitación y baño-, más otra cabaña con cocina y sala de estar. Con el océano Pacífico enfrente -hace frío la mayor parte del año-, lo venden como una Meca para pescar y hacer deportes. Las cabañas están rodeadas de pastos verdes llenos de ovejas, cabras y caballos, y el goce incluye una pareja chilena que vive allí y funge como anfitriones de los nuevos dueños. «Ella puede servirle auténtica cocina chilena en la cabaña principal y el administra la propiedad a tiempo completo», como asegura su portal, especializado en este exclusivo asunto.
Las islas de Nicaragua son las más baratas
Lo cierto es que el fracaso del megaproyecto The World, las 300 islas artificiales que desarrolló la empresa Nakheel en Dubai, replicando todos los países del mapamundi, y que fueron ofrecidas a celebridades como el matrimonio Beckham o Brad Pitt, al precio de 37 millones de dólares cada una, podría despertar de nuevo el entusiasmo de adquirir islas en el reducido universo de megarricos, siempre que sean naturales. La crisis económica y el hecho de que construir una gigantesca isla artificial resultó excesivamente costoso, llevaron a los inversionistas del proyecto The World a declarar pérdidas por 25 millones de dólares y poner el proyecto en espera. Sobre todo luego de las fotos tomadas por satélites de la NASA que mostraban el hundimiento de algunas islas debido a que la arena artificial estaba siendo absorbida por el mar.
Si no compro, alquilo
No obstante, la posibilidad de disfrutar una isla como si fuese propia sigue en pie porque existe la posibilidad de rentarlas, como ofrece el portal de Vladi Private Island. Además de mercadear el alquiler de islas a escala planetaria, inventó una estrategia publicitaria para entusiasmar a posibles compradores: “Llama a una isla con el nombre de tu amor”. Aseguraban que ellos podrían gestionar el cambio de nombre de la isla en el registro correspondiente y de allí en adelante, el nuevo nombre aparecería en todos los mapas del mundo. Pero el asunto, al parecer, no prosperó.
Para rentar, Vladi Private Island ofrece dos islas en Chile, Robinson Crusoe e Isla Macías, que pueden significar 450 dólares por noche más otros 1.300 dólares en el vuelo desde Santiago de Chile. Aunque más ambicioso y extravagante resulta el plan de rentar una isla completa en Brasil. O dos, que son las que existen en ese país para alquilar: la isla de Sao Joao, que contiene un resort e implica tres mil dólares la noche por cada huésped o la joya de la corona, Piedad Island, que ha albergado a famosos de todo el mundo -actores, presidentes, cantantes de rock-, por un aproximado de 20 mil dólares por persona por noche, siempre que se alquile la isla toda, la cual cuenta con capacidad para hospedar a 24 personas a todo tren. Está ubicada en Angra dos Reís, un archipiélago mayúsculo al cual se llega desde Río de Janeiro luego de dos horas en auto y media hora en helicóptero, lo que suena como el inicio perfecto para cualquier vacación millonaria.