Leticia Núñez (ALN).- Al exmandatario de Ecuador se le complica el futuro. La orden de prisión y los indicios de responsabilidad penal en su contra por el manejo de la deuda pública le dejan fuera de escena. Lo dice Luis Verdesoto, catedrático en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en Quito. “Correa se encuentra en franco proceso de derrumbe. Se derrumba también su liderazgo”, afirma al diario ALnavío. Cree que el expresidente pedirá asilo en Bélgica o Rusia y que no regresará a Ecuador “porque sabe el grado de culpabilidad que tiene”.
Se estrecha el cerco sobre Rafael Correa. En apenas una semana, la Comisión Nacional de Justicia dictó una orden de prisión preventiva contra el expresidente de Ecuador por el intento de secuestro del diputado opositor Fernando Balda y la Contraloría General del Estado reveló indicios de responsabilidad penal contra Correa en el manejo de la deuda pública. Algo, que según Luis Verdesoto, catedrático de Ciencias Políticas en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en Quito, no sólo deja al exmandatario fuera de escena, sino que también pone fin al liderazgo “autoritario” que ejercía.
“Correa se encuentra en franco proceso de derrumbe. Se derrumba el liderazgo autoritario del expresidente”, asegura en esta entrevista con el diario ALnavío.
En su opinión, al margen de que Correa pida asilo en Bélgica o de que la Interpol decida no capturarlo, “esto lo saca de la escena por lo menos siete años”. No obstante, la cosa es aún más seria. “El tema de la deuda es un caso de peculado, de manejo dudoso de fondos públicos, y ese delito no prescribe. Así que mientras no se presente y se le juzgue, queda fuera de escena”, sostiene Verdesoto.
“Correa sabe el grado de culpabilidad que tiene. Con lo cual, no va a exponerse a la cárcel”
El experto da por hecho que Correa no regresará a Ecuador. Por un lado, es consciente “del grado de culpabilidad que tiene”. Y por otro, basta recordar que su vicepresidente Jorge Glas, “con quien armó buena parte de los líos de corrupción”, está preso (Ver más: A Rafael Correa se le multiplican los problemas con la Justicia).
A la espera de lo que suceda en los próximos días, Verdesoto valora positivamente los logros que empieza a dar la lucha anticorrupción en Ecuador. “Hay un respiro fuerte y este respiro es el que está desbloqueando algunas cosas. Esto ha sido crucial para que el país pueda volver al escenario internacional” tras una década de correísmo.
– ¿Lo que está sucediendo con Rafael Correa era impensable hace un año?
– Muchas cosas se sabían, pero se ocultaron por el temor que generó el régimen de Correa. A diferencia del PRI, que o pagaba o pegaba, Correa era un sujeto que manejaba el paga y pega. Te sobornaba y te pegaba. Esto filtró todos los niveles de la política ecuatoriana y consiguientemente todo el mundo mantuvo un grado de miedo muy alto, una incapacidad de acercarse al sistema político para controlar la gestión, la justicia estaba en sus manos, los medios de comunicación tenían miedo por la ley de comunicación, los gremios dejaron de funcionar… Había una sociedad vaciada. Cuando empieza a haber un cierto destape aparecen sapos y culebras por todos los lados.
– ¿Cómo cambian estos últimos acontecimientos la política en Ecuador?
– Deja fuera de escena un tipo de liderazgo. Correa se encuentra en franco proceso de derrumbe. Se derrumba el liderazgo autoritario del expresidente. Y a la vez tienes el problema inverso con el presidente Lenín Moreno. No tiene gran reconocimiento de su política pública y, sin embargo, tiene buena aceptación personal pero no aceptación de liderazgo político. Hay un vacío en la conducción del país, sobre todo, después de venir de 10 años de un liderazgo tan fuerte como el de Correa. Un liderazgo que pegaba en términos discursivos, por el lado del control y de los derechos humanos, pero pagaba en términos de consumo. Todos cambiamos varias veces de auto, compramos apartamento, hubo una salida importante de la pobreza…
– ¿Es un primer paso en la lucha anticorrupción de Ecuador?
– Indudablemente sí. En la entidad encargada de la lucha contra la corrupción, la Comisión de Participación y Lucha Anticorrupción Transitoria, se ha generado el ambiente necesario para que las autoridades comiencen a evaluar. El contralor está haciendo todas las gestiones posibles para cumplir su rol. El fiscal asumió su rol de fiscal y de miembro del Consejo de la Judicatura. Hay un respiro fuerte y este respiro es el que está desbloqueando algunas cosas, todavía no todas. Por ejemplo, el tema de la deuda pública. Esto ha sido crucial para que Ecuador pueda volver al escenario internacional.
– ¿Y el caso Balda?
– Son venganzas personales entre Correa y Balda. Balda fue parte de su partido, de su entorno. Al parecer, Balda tiene algún vídeo comprometedor del expresidente. En 2012, a Correa se le ocurrió mandar a su jefe de inteligencia y a los policías de la presidencia para secuestrar a Balda. En Colombia contrataron a una banda de sicarios y estos lo secuestraron, pero les vio la gente. Dieron aviso a la policía y lograron detener el secuestro. Fueron penados por la justicia colombiana. Ahora, Balda, una vez que se abre la justicia ecuatoriana, dice que los secuestradores fueron la policía ecuatoriana y presenta una serie de cheques. Hay que recordar que Correa eliminó la inteligencia estatal –de base militar- e hizo una inteligencia presidencial. Es decir, la inteligencia dependía directamente de él, por lo que no puede decir que no era responsable de ciertas acciones.
– ¿Qué consecuencias le puede traer a Correa?
– Al margen de que pida asilo en Bélgica, al margen de que la Interpol decida no capturarlo, esto lo saca de la escena por lo menos siete años. El tema de la deuda es un caso de peculado, de manejo dudoso de fondos públicos, y ese delito no prescribe. Mientras no se presente y se le juzgue queda fuera de escena. Y el otro tema, más complejo, es el del asesinato del general Gabela, que se opuso a la compra de unos helicópteros. Se estrellaron uno por uno. Correa dio lugar a una comisión para que se investigase por qué asesinaron a este general que fue quien denunció que los helicópteros no eran los adecuados. Lo grave es que la comisión distorsionó el informe del perito y lo suplantó. El perito señaló que el asesinato fue cometido por alguien que disparó con la mano izquierda, mientras que todos los que están presos son diestros. Hay cosas muy oscuras. Ahora el Congreso ha determinado que abrirá una comisión de análisis para saber exactamente qué es lo que ocurre y qué intereses hay.
– En cualquier caso, se estrecha el cerco sobre el expresidente.
– Así es. Y eso que todavía no está todo. Faltan muchos casos oscuros. Es un nuevo estilo de represión. No son las desapariciones que hubo en otros países, fue un amedrentamiento muy de policía política. Por ejemplo, la persona que paga el último informe de los peritos, que no aparece y que fue suplantado, luego fue violada. La policía no hizo nunca nada por descubrir a los violadores. Es una forma de utilizar los instrumentos al límite y amedrentar.
– El propio Correa ya ha dicho que presentarse ante la justicia en Ecuador sería un suicidio. ¿Se puede descartar que vaya a regresar?
– Pedirá asilo en Bélgica. Creo que él no va a volver. Si no en Bélgica, pasará a pedir asilo en Rusia. Ahora Correa es la estrella de la televisión rusa. Eso implica que tendrá una buena relación con el gobierno ruso. De hecho, fue al Mundial. No sería improbable que si no es Bélgica, sea Rusia quien le dé asilo.
“Hay que recordar que su vicepresidente, con quien armó buena parte de los líos de corrupción que no han salido, está preso”
– ¿No volver implica cobardía?
– Sabe el grado de culpabilidad que tiene. Con lo cual, no va a exponerse a la cárcel. Hay que recordar que su vicepresidente Jorge Glas, con quien armó buena parte de los líos de corrupción que no han salido, está preso. También su hermano argumentó que Correa podría suicidarse por antecedentes suicidas. El padre de Correa se suicidó. Fue una mula del narcotráfico. Cuando cumplió la condena en EEUU y volvió a Ecuador estuvo un tiempo y después se suicidó. Creo que no va a llegar a eso porque Correa es un creyente fanático.
– Hablando de fanatismo, en una reciente entrevista atacó a Lenín Moreno recordándole su discapacidad física (Leer más: Rafael Correa cae a lo más bajo en sus ataques al presidente Lenín Moreno).
– Él hizo esto todos los sábados. A un periodista con cáncer le llamaba el enfermito. Es un hombre que buscaba la burla. Es un estilo que manejó mucho en las sabatinas, hizo barbaridades. Así que no es extraño que haya hecho mención a la parálisis del presidente.
– ¿Los problemas de Correa con la justicia son un varapalo para la izquierda latinoamericana?
– Diría que Correa no es el más representativo. Lo que sí se ven son errores de política exterior. Por ejemplo, las declaraciones de Nicolás Maduro criticando la decisión judicial. De ahí las notas de protesta y el retiro de embajadores por parte de Ecuador. Es una reacción de alta torpeza. Ecuador no puede salir al mundo de la mano de Nicolás Maduro. El tema ahora es dónde se ubica. Estamos abocados a una marcha compleja.