Daniel Gómez (ALN).- A Rusia le interesa Venezuela, le interesa Latinoamérica, y por eso, también le interesa España: “El país que probablemente mejor conoce a América Latina”, dice en entrevista con ALnavío Nadia Dementieva, segunda secretaria de la embajada de Rusia en Madrid. En este sentido, explicó que “anualmente se llevan a cabo de manera fructífera consultas bilaterales entre los ministerios de Exteriores de Rusia y España sobre la región latinoamericana”.
Nadia Dementieva, segunda secretaria de la embajada rusa en España, tuvo un papel protagonista en un reciente acto en la Casa de América de Madrid. Fue el 28 de marzo. En la presentación de Rusia en América Latina: repercusiones, un informe del Real Instituto Elcano.
Tras la exposición del documento y el coloquio de los expertos -en el que se incidió en la débil posición económica de Rusia en América Latina y en especial, en su papel en Venezuela, tildado de “amenaza” por algunos asistentes-, Dementieva tomó la palabra y enumeró: Que la intención de Moscú no es la de amenazar a nadie. Es la de cooperar. Con España. Con los países latinoamericanos. Y con Caracas. En concreto con su interlocutor allá, Nicolás Maduro.
El discurso de Dementieva no dejó indiferente a nadie. A algunos no les gustó. Se escuchó un murmullo. Se vieron miradas de incredulidad. Otros aplaudieron. Apoyaron a la diplomática. El caso es que, al terminar el acto, ALnavío trató de entrevistarla. “No es buen momento”, dijo. “Los atenderé por correo”, agregó. Y así lo hizo tres semanas después. Estas son sus respuestas.
– ¿Por qué ustedes son siempre el malo de la película?
– Si hablamos del “séptimo arte”, sobre todo del estadounidense -por cierto, altamente valorado en todo el mundo por su calidad audiovisual y poder interpretativo-, deberíamos destacar la supervivencia en él del arraigado estereotipo cinematográfico del personaje ruso malo o malvado. Eso sí, cada vez más compartimos esa suerte -entre comillas- con otros países. Habría que destacar también que en el cine ruso los estadounidenses por lo general no se suelen interpretar como ‘tipos malos’. Probablemente es porque nos cuesta menos superar las reminiscencias de la época de la Guerra Fría que a nuestros socios estadounidenses. Pero más que el cine hoy en día preocupa el ámbito de la política, donde a Rusia se le llega a acusar de prácticamente todos los males de la humanidad. “Rusia es culpable” ya se ha vuelto viral en las redes y se hacen muchos memes en relación con ello, tal vez por la simpleza que presenta el echar la culpa a alguien sin tener que presentar ningún tipo de evidencia. Como ejemplo: las presuntas injerencias rusas en las elecciones estadounidenses. Recientemente finalizó la larga e innecesaria investigación de el así llamado Russiagate iniciada hace casi dos años por el fiscal especial Robert Mueller, quien entrevistó a decenas de personas. Como resultado de su trabajo exhaustivo, no fue revelada información alguna que confirmase las sospechas de la existencia de un complot entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y Rusia. No se encontró nada, pero fueron gastados millones de dólares, muchas personas perdieron sus cargos, los medios de comunicación publicaron un montón de artículos llenos de teorías de conspiración. Durante dos años se malgastaron grandes cantidades de dinero, se designaron fiscales especiales en la investigación de estos hechos.
– ¿Cuál es el interés de Rusia en América Latina?
– Latinoamérica es uno de los vectores importantes de la política exterior de Rusia. Valoramos altamente esta región como uno de los centros de actividad política y económica que poco a poco se posiciona como un importante eslabón estructural del actual mundo multipolar. Desarrollamos un diálogo constructivo con todos los mecanismos de integración latinoamericanos y con todos los países y tenemos relaciones diplomáticas con todos los 33 Estados. Tenemos 18 embajadas y tres consulados generales en la región. Los países latinoamericanos son nuestros socios tanto a nivel bilateral como en formatos multilaterales. Se desarrolla activamente el diálogo en materia comercial y económica, empresarial, entre los órganos de protección ciudadana, en las materias de petróleo, energía (nuclear, de gas), construcción aeronáutica, uso pacífico del espacio, biofarmacéutica, tecnologías informáticas, prevención y liquidación de situaciones de emergencia, creación del espacio sin visados, contactos humanitarios, cooperación en investigación, ciencia y educación, para enumerar algunos de los temas.
– ¿Cuán importante es España para Rusia en esta relación?
– Hay muchos temas donde podríamos unir nuestros esfuerzos y conocimiento. España es probablemente el país que mejor conoce a América Latina por los lazos históricos, lingüísticos y culturales que la unen con la región. Rusia también está presente en Iberoamérica y tiene contactos muy estrechos no sólo políticos sino también a nivel de sociedades civiles. A nivel práctico anualmente se llevan a cabo de manera fructífera consultas bilaterales entre los ministerios de Exteriores de Rusia y España sobre la región latinoamericana. Permiten compartir impresiones sobre la situación actual en la región, destacar los problemas más acuciantes y abordar temas de mutuo interés. En materias tales como energía, ecología, cultura, educación, como becas para estudiantes, foros de emprendimiento juvenil… Ahí las posibles sinergias y acuerdos de colaboración podrían ser beneficiosos para todos los actores. También sería positivo que en perspectiva se valore la posibilidad de emprender la cooperación entre tres polos geográficos y económicos importantes como lo son la Unión Económica Euroasiática, la Unión Europea y América Latina en temas comerciales o de otra índole.
– ¿Y cuál es el interés de Rusia en Venezuela?
– En particular con Venezuela tenemos oficializadas las relaciones de socios estratégicos, lo que supone un amplio abanico de temas de cooperación que presentan interés bilateral: energía, comercio, cultura, educación, entre otros. Nuestras relaciones con Venezuela se basan en el respeto mutuo y la no injerencia en los asuntos internos. Apoyamos el arreglo pacífico de la situación en Venezuela como Estado soberano y rechazamos firmemente cualquier intento del uso de la fuerza y presión sobre el Gobierno legítimo venezolano de Nicolás Maduro desde el exterior.
– ¿Por qué no apoyan, como sí han hecho 50 países, la proclamación de Juan Guaidó como Presidente Encargado?
– ¿Y en qué se han basado estos países al hacerlo? En la Constitución venezolana el artículo 23 enumera claramente las razones por las que el cargo del Presidente de Venezuela se considera vacante, pero no se ha dado ninguno de los casos. ¿Qué derecho tienen estos países a decir quién o no es el Presidente venezolano, si el único que tiene derecho a hacerlo es el pueblo de Venezuela?