Leticia Núñez (ALN).- El economista venezolano, uno de los más influyentes de Latinoamérica, considera que lo prioritario para el país es “arreglar el colapso económico”. Confía en que la llegada de un “gobierno competente” le dé la vuelta “rápidamente” a la situación. La receta: devolver a la gente las libertades económicas, aliviar la restricción de divisas y abrir el sector petrolero.
Dice Ricardo Hausmann que pasa mucho tiempo pensando en Venezuela. El país, su país, le genera “un dolor infinito”. “La destrucción no tiene nombre y tampoco perdón, no es una nación que tuvo mala suerte, sino que se metió en estos problemas a pesar de la buena suerte”, sostiene el economista venezolano, profesor en la Universidad de Harvard, en una entrevista con el diario ALnavío.
Recuerda que Venezuela pasó del “boom petrolero más grande de la historia” a protagonizar “una catástrofe como nunca”. En su opinión, es “la hecatombe más grande que se ha conocido en el hemisferio y el deterioro más grave en los últimos cuatro años”. Pero Hausmann, uno de los economistas más influyentes de América Latina, uno de los mayores expertos en desarrollo económico del mundo y exministro de Planificación de Venezuela (1992-1993), ahora solo piensa en soluciones.
“Hay muchas cosas que arreglar”, advierte en primer lugar. “La recuperación de Venezuela va a demorar mucho tiempo porque la destrucción ha sido fenomenal”, avisa seguidamente. El ex economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (1994-2000) ve prioritario salir “del colapso económico”. “Le podemos dar la vuelta relativamente rápido con un nuevo gobierno. Creo que sencillamente hay que devolver a la gente las libertades económicas, unificar el tipo de cambio, eliminar este mecanismo de control de cambio e importaciones, liberalizar los precios porque en este momento no permiten que funcione el juego de la oferta y la demanda, dar a la gente garantías sobre sus derechos de propiedad y, por otro lado, quitar a la economía una restricción fortísima de divisas”, explica.
“Donde llegó el país antes de esta catástrofe es menos relevante que podamos empezar un sendero de retorno a la prosperidad”
Sobre este último punto, agrega que el recorte a las importaciones de casi un 80% en los últimos cinco años por parte del gobierno de Nicolás Maduro “ha venido con un colapso de la producción”. Hausmann señala que no solo “recortaron la importación de maquinaria, también la de piezas y servicios para la industria petrolera hasta el punto de que la producción petrolera está colapsando”.
Por ello, la receta es clara: “Hay que darle vuelta al acceso a las divisas y eso se puede hacer reestructurando la deuda externa, que va a requerir una quita pidiendo el apoyo financiero internacional, abriendo un canal humanitario y generando un mecanismo de transferencia directa a las personas para sustituir a este mecanismo muy ineficiente de transferencias indirectas a través del cambio y los precios”.
De hecho, la semana pasada el Banco Central de Venezuela devaluó de nuevo el bolívar tras reestructurar por séptima vez el control de cambio que rige en el país desde 2003. La nueva paridad es de 2.010 bolívares por dólar (unos 2.250 bolívares por euro), lo que supone una devaluación de 63,9% respecto a la cotización previa de 728 bolívares por dólar. Para Hausmann, esta decisión “es un reconocimiento de la realidad”. Asimismo, recuerda que “el dólar paralelo está en 6.500 bolívares”.
“Recuperar la prosperidad”
Preguntado por lo que tendría que hacer un nuevo presidente en caso de que hubiera cambio de gobierno en Venezuela, Hausmann insiste en lo económico: “Habría aspectos de seguridad, de reinstitucionalizar al país, cuestiones humanitarias de emergencia, pero yo creo que para que el país vuelva a un sendero de prosperidad económica hay que devolverle las libertades a la gente, aliviar la restricción de divisas, abrir el sector petrolero y el resto de la economía, y entonces van a empezar a ocurrir cosas muy buenas”.
Entre ellas, cita un crecimiento de las importaciones, “que permitirá subir la producción, aumentar la oferta de bienes y reducir la emisión inorgánica de dinero” porque, asegura, “vamos a pedir la asistencia financiera internacional que nos va a permitir financiarnos con recursos reales y no con la maquinita de hacer dinero”. Según el director del Centro para el Desarrollo Internacional, todos estos elementos “deberían llevar a una mejora sustancial y relativamente próxima de la actividad económica”.
Pero, ¿en qué plazo? “El cambio de tendencia se puede dar relativamente rápido después de que se instale un gobierno competente”. Otra cosa será la recuperación. Ya lo había advertido: “Demorará mucho tiempo porque la destrucción ha sido fenomenal”. No obstante, vuelve a tener palabras de aliento: “Que te quiten lo bailado: a dónde llegó el país antes de esta catástrofe es menos relevante que podamos empezar un sendero de retorno a la prosperidad”.