María Rodríguez (ALN).- El banco de inversiones Renta 4 atribuye el buen comportamiento económico de Brasil a una “conjunción de política monetaria y fiscal”. Destaca las previsiones de crecimiento del PIB de más de 2% para los próximos años y “el abandono del fantasma de la inflación”. Todo ello a pesar de los estragos de la corrupción en la política del país.
El banco de inversiones Renta 4 destaca el buen comportamiento económico de Brasil. Dice que “ha salido de la recesión con soltura”. La entidad lo atribuye a una “conjunción de política monetaria y fiscal” que “ha traído la mejora de los fundamentales (los datos básicos) al país a pesar del deterioro político”, tal como precisó Alejandro Varela, gestor del fondo Renta 4 Latinoamérica, en un acto sobre perspectivas de inversión en la región para 2018.
El Producto Interior Bruto de Brasil cerró 2017 con una subida de 1%. La primera tras dos años de profunda recesión, con caídas de 3,8% en 2015 y de 3,6% en 2016. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la economía brasileña crecerá 2,3% este año y 2,5% en 2019.
Mientras la economía brasileña está al alza, la corrupción hace estragos en la política del país
Además, “la economía brasileña abandonó el fantasma de la inflación”, apuntó Varela. En 2017 esta se situó en 3,4%. Para 2018 las proyecciones del FMI la dejan en 3,5%. La mayor subida correspondería a 2019, con 4,2%.
En este punto, el gestor de fondos subrayó que en Brasil se ha demostrado que las “buenas políticas son condición necesaria” para avanzar, aunque puntualizó que es imprescindible seguir acometiendo reformas estructurales, como la de pensiones.
Igualmente precisó que si pone como ejemplo el caso de Argentina, que pidió ayuda al FMI para paliar la crisis de la moneda, “las buenas políticas son condición necesaria pero no suficiente” (Leer más: La crisis de Argentina “no es un fracaso” de Mauricio Macri).
En cuanto a las inversiones en Brasil, Varela destacó que “el mercado brasileño ha funcionado muy bien” el último año. Ahora “estamos ligeramente infraponderados en Brasil. Hay que ir saliendo porque el recorrido [de los márgenes de inversión] es menor, aunque las circunstancias son buenas” matizó. Igualmente, el gestor añadió que las elecciones presidenciales de octubre, en las que todavía no hay candidatos firmes, son el punto de mayor incertidumbre.
Mientras la economía brasileña está al alza, la corrupción hace estragos en la política del país. La expresidenta Dilma Rousseff fue destituida por maquillar las cuentas del Estado en su beneficio. También se le acusa de estar involucrada en la operación Lava Jato. Según la justicia, participó en la red de corrupción y blanqueo de la petrolera estatal Petrobras, el mismo escándalo que llevó a la cárcel a su mentor Lula da Silva (Leer más: Dilma Rouseff: El Partido de los Trabajadores ganará las elecciones con Lula o sin él).
En Brasil se ha demostrado que las “buenas políticas son condición necesaria” para avanzar
Michel Temer, presidente de Brasil desde el impeachment de Rousseff, cuenta con el apoyo de apenas 5% de los brasileños, según un sondeo realizado por Ibope para la Confederación Nacional de Industrias. La crisis de reputación de Temer también tiene que ver con la corrupción. De momento, ha conseguido librarse de dos procesos de destitución.
En mayo de 2017 se divulgó la grabación de una conversación entre Temer y el empresario del gigante de la alimentación JBS, Joesley Batista, donde el presidente avaló la entrega de un soborno al exdiputado encarcelado Eduardo Cunha para comprar su silencio. Y otro, porque, según la Fiscalía, su partido, el Movimiento Democrático Brasileño, se convirtió en un cártel que recibió sobornos por 190 millones de dólares.