Redacción (ALN.- Los aceites vegetales son lípidos extraídos de plantas, principalmente de sus semillas o frutos, utilizados ampliamente en la cocina y la industria alimentaria por su perfil de ácidos grasos y estabilidad térmica. Los más comunes incluyen el aceite de oliva, girasol, soya, maíz, aguacate y coco, cada uno con diferentes composiciones y beneficios.
Recientemente, ha surgido una tendencia dietética que promueve el uso de grasas saturadas, como el aceite de coco y la manteca de cerdo, en lugar de los aceites vegetales tradicionales.
Se argumenta que estas grasas son más estables a altas temperaturas y que generan menos subproductos tóxicos durante la cocción.
El aceite de coco, aunque es un aceite vegetal, contiene principalmente ácido láurico, una grasa saturada que puede elevar tanto el colesterol HDL («bueno») como el LDL («malo»). A pesar de su popularidad, la evidencia es mixta y algunos estudios lo asocian con un mayor riesgo cardiovascular si se consume diario.
Por otro lado, la manteca de cerdo tiene un perfil que incluye más ácido oleico, similar al del aceite de oliva. Aún así, sigue siendo una grasa predominantemente saturada, y su consumo excesivo podría contribuir a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y acumulación de grasa visceral.
Síguenos en nuestro canal de Telegram aquí