Daniel Gómez (ALN).- Como respuesta a la reunión de cancilleres en Lima, el encuentro del ALBA en Caracas. Frente a la declaración de que en Venezuela se impone una dictadura, la carta de Raúl Castro de que el país es ejemplo para el continente. La retórica del mandatario cubano significa uno de los espaldarazos más notables para el régimen de Nicolás Maduro y la Constituyente que promovió, un proceso rechazado por la comunidad internacional. En La Habana sobran razones para apoyar a Maduro; entre otras, la ayuda económica, la ayuda petrolera.
Todos los aliados del régimen de Venezuela felicitaron al mandatario Nicolás Maduro por la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente. Los más inmediatos fueron Nicaragua, Bolivia, El Salvador, China y Rusia. Ecuador se pronunció el martes. Solo faltaba Cuba y lo hizo el jueves en la reunión del ALBA, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América. El canciller cubano, Bruno Rodríguez, entregó a Maduro la carta con la que el presidente Raúl Castro dio su beneplácito al Parlamento oficialista.
“Este proceso representa una valiosa lección, que hace de Venezuela todo un símbolo para nuestro continente, como afirmara Fidel con su meridiana claridad. La demostración de respaldo popular ha sido clara y rotunda, fiel al legado de El Libertador Simón Bolívar y del presidente Hugo Chávez Frías”, reza la misiva de Castro, reproducida por Granma, diario oficial del partido comunista cubano.
En el texto, el mandatario tendió la mano al régimen de Maduro, repudiado por gran parte de América Latina, Norteamérica y Europa. “Vendrán días de fuerte lucha, de acoso internacional, de bloqueos, de limitaciones; pero también serán días de creación y trabajo para los revolucionarios y todo el pueblo venezolano que, como hasta hoy, no estará solo y nos tendrá a los cubanos, en la primera fila de la solidaridad militante y más comprometida con su causa”.
El canciller de Cuba: “Saquen las manos de Venezuela todos aquellos que proclaman propósitos cínicos o hipócritas”
En Caracas, donde Rodríguez entregó la carta a Maduro, se celebró la reunión del ALBA, una cita que quiso ser la contraparte de la reunión que tuvo lugar el martes en Lima, Perú. En ese encuentro, 17 cancilleres de Norteamérica, América Latina y el Caribe se congregaron para tratar la “crítica situación de Venezuela”. 12 de ellos firmaron un comunicado conjunto en el que denunciaron la ruptura del orden democrático. Frente a ellos, Nicaragua, Bolivia, Cuba y Ecuador -asistentes al ALBA- fueron la otra cara de la moneda con respecto a la Constituyente.
En esa reunión, el ministro de Relaciones Exteriores cubano apoyó al gobierno de Nicolás Maduro: “Saquen las manos de Venezuela todos aquellos que hacen injerencia, intervención y proclaman propósitos cínicos o hipócritas”. En su intervención también aprovechó para felicitar al régimen por el triunfo. No lo hizo con el “inmenso júbilo revolucionario” de Castro, pero casi. Y es que todo esto tiene una explicación que va más allá de lo político. El vínculo entre Cuba y Venezuela tiene fuertes lazos económicos.
La lectura económica del vínculo Cuba-Venezuela
Petrocaribe es una alianza petrolera entre algunos países del Caribe y Venezuela. Esta invierte -dona- proyectos de almacenamiento y distribución de crudo, además de plantas de refinación y centros de generación eléctrica. El pacto nació en 2005 y en la última década, cerca del 70% de las exportaciones de crudo fueron a parar a Cuba, como informó la agencia Boungy. El porcentaje se traduce en unos 12.000 millones de euros (14.000 millones de dólares) que La Habana recibió del socio venezolano.
En los últimos dos años, la situación económica de Venezuela ha empeorado, lo que se traduce en menos donaciones de barriles. Además de la hiperinflación, la producción petrolera registra la tasa más baja de su historia. En los tiempos de bonanza, en los años 80, llegó a producir 3,5 millones de barriles al día y hoy se sitúa sobre los dos millones. Esto implica que las exportaciones a la isla han ido cayendo desde 2015. Sin embargo, “cerca de 100.000 bpd [barriles de petróleo al día] son todavía enviados con subsidios y financiados a Cuba y Petrocaribe”, tal como señaló a la agencia EFE Francisco Monaldi, profesor de Políticas de Energía de la Universidad Rice de Texas, Estados Unidos.
Esta cantidad de petróleo hace que Cuba siga dependiendo de Venezuela. El país consume alrededor de 130.000 barriles diarios y produce aproximadamente 50.000, según señaló a France Press el experto Jorge Piñón, de la Universidad de Texas en Austin. A la vista del panorama venezolano, Cuba acudió a Rusia para un rescate.
La multinacional rusa Rosneft envió 249.000 barriles de crudo a La Habana en mayo de 2017, pero, según Piñón, Moscú no parece que vaya a ser el proveedor de antaño y un corte de suministro por parte de Caracas puede resultar definitivo: “Cuba tendría que desembolsar unos 1.300 millones de euros (1.500 millones de dólares) anuales”, algo inasumible con su actual entorno macroeconómico.
El riesgo de que Venezuela corte las donaciones es real. Las inversiones en Petrocaribe no son rentables, por lo que lo único que oxigena las arcas de PDVSA son las ventas de crudo a Estados Unidos, que acaparan un 40%. Como medida de presión tras la Constituyente, el gobierno de Donald Trump anunció sanciones al país latinoamericano. De momento, tal como informó este jueves la Casa Blanca, ocho funcionarios del bando oficialista están penados por su participación en la Constituyente. Las sanciones congelan los activos que estas personas puedan tener en EEUU y prohíben realizar transacciones financieras con ellas.
EEUU condenó a ocho funcionarios afines a Maduro por su participación en la Constituyente
Sin embargo, según distintos expertos consultados por la agencia EFE, Estados Unidos podría tomar medidas más agresivas y atacar al corazón de la economía venezolana: el petróleo. Esto pondría a Venezuela al borde del default financiero (suspensión de pagos) y a la economía de Cuba en serios aprietos. El desembolso para compensar el suministro desembocaría en una nueva contracción para el Producto Interior Bruto (PIB) del país. Cayó un 0,9% en 2016.
Cuba, cuya fuente de ingresos más dinámica es el turismo, encaraba 2017 con cierto optimismo. En lo que va de año ha recibido un 20% más de visitantes. Sin embargo, se topó con un nuevo bloqueo estadounidense que puede reducir sus aspiraciones turísticas más ambiciosas. Nada comparado con lo que ocurriría si se produce un default en Venezuela. Cuba se quedaría sin petróleo y sin ingresos, pues la prestación de asesorías militares -el ejército es la primera industria de Cuba-, médicos y profesores al régimen de Maduro no compensaría ese desembolso de 1.300 millones de euros (1.526 millones de dólares).