Redacción (ALN).- Mariano Rajoy ha reiterado este miércoles que no se va a dar un diálogo con Carles Puigdemont sobre la independencia de Cataluña. En su intervención ante el Congreso de los Diputados, sí ha abierto la puerta a una reforma de la Constitución Española.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha intervenido este miércoles ante el pleno del Congreso de los Diputados. En su discurso ha rechazado cualquier posibilidad de diálogo con Carles Puigdemont sobre la independencia de Cataluña y ha rechazado la posibilidad de que exista una mediación internacional, o de otro tipo, al respecto. Además, y en la línea de lo acordado horas antes con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha dejado abierta la puerta a una reforma de la Constitución Española. Rajoy ha criticado en profundidad el referéndum ilegal del 1 de octubre, al que no se ha referido como tal: “La democracia no se puede ejercer al margen de las reglas que la ordenan. Una democracia sin reglas y sin procedimientos no es viable. Y una democracia en la que los procedimientos son ignorados o violentados no son una democracia”. El presidente del Gobierno ha añadido: “El voto es esencial en la democracia, ya lo creo, pero es una falsedad completa ese mantra del que tanto se ha abusado de que ‘votar es democracia’”. Para él, “en este concreto, ninguna de las reglas que vinculan el voto con la democracia se han cumplido. La farsa del pasado 1 de octubre no fue un ejercicio democrático, fue un ejercicio contra la democracia”. Sobre la propuesta de dialogar sobre la independencia lanzada por Puigdemont ha dicho: “No es posible aceptar bajo la apariencia de un diálogo equívoco la imposición unilateral de puntos de vista que se sabe imposible aceptar por una de las partes. Tampoco es posible establecer un diálogo para acordar sobre lo que está expresamente prohibido en el artículo 2 de la Constitución, negociar sobre la titularidad de la soberanía que corresponde al conjunto de los españoles y sobre la indivisibilidad de España”. A esto ha añadido: “Es algo que deben tener en cuenta los numerosos mediadores que durante estos días se han ofrecido, la mayor parte de ellos con buena intención, para colaborar a buscar una salida a esta situación”. También ha dicho: “No hay mediación posible entre la ley democrática y la desobediencia y la ilegalidad”. Ha abierto la puerta a una reforma de la carta magna: “Se puede hablar de todo lo que la Constitución y las leyes permiten hablar, y con todos los que estén dispuestos a hablar. Incluso se puede plantear la propia reforma de la Constitución. Esta dista mucho de ser una ley perpetua, ni tiene pretensión de serlo. En absoluto. Todas y cada una de sus determinaciones, incluidos sus preceptos más esenciales, pueden ser modificados. Y esa aspiración está reconocida y amparada por la propia norma. También se puede modificar, pero sólo a través de las reglas y de los procedimientos previstos para ello”.