Redacción (ALN).- La invitación que ha hecho la presidenta del Congreso de los Diputados al presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, supone un reto de primera magnitud para el político independentista. Si decide acudir a debatir a la Cámara Baja del Legislativo español, el separatista tendrá que hablar por primera vez en un terreno que no le es favorable. El analista Valentí Puig considera que Torra no aceptará la invitación.
La presidenta del Congreso de los Diputados de España, Ana Pastor, ha lanzado a Quim Torra un guante que el dirigente separatista todavía no ha dicho si va a recoger. La invitación pública al presidente de la Generalitat para que presente sus planes en la Cámara Baja es una jugada arriesgada. Pastor se arriesga a que el dirigente separatista utilice la institución como altavoz de sus tesis. Sin embargo, también comporta muchos riesgos para Torra, y es posible que él no quiera asumirlos.
En algunos medios se ha publicado, citando fuentes del Partido Popular, que Pastor no había informado al líder de la formación, Pablo Casado, de sus planes. Ella lo niega. En conversación con ALnavío, desde la sede central de la formación han dicho que es difícil saber si, efectivamente, la presidenta del Congreso informó al presidente de su partido. Desde el PP catalán, otras fuentes han declarado a este diario que si no hubo comunicación previa no responde a un plan de dejar en entredicho a Casado.
“La forma de actuar de Ana Pastor no es mediante maniobras para desestabilizar. Si hizo el ofrecimiento sin antes hablar con Pablo Casado es que consideró que actuaba como presidenta del Congreso y no como militante. Posiblemente está convencida de que si Torra va a la Cámara va a quedar en evidencia su radicalismo y el tipo de personaje que es”, dijeron a ALnavío estas fuentes.
El escritor, analista político y presidente del Club Tocqueville de Barcelona, Valentí Puig, valora de forma positiva la invitación. “Es bueno que el Congreso de los Diputados esté abierto de forma explícita a la presentación de los postulados del señor Torra. Es así a pesar de que haya llegado a extremos, al menos verbales, de rebeldía ante el Estado”, dijo a ALnavío. “Aunque a veces las palabras son hechos, eso no constituye infracciones constatables, por lo que me parece correcta desde un punto de vista simbólico la iniciativa de la presidenta del Congreso de los Diputados”, añadió.
Torra todavía no ha respondido a la invitación, a pesar de que Pastor ha dejado abierta la puerta a que haya tan sólo debate y no se vote
Torra todavía no ha respondido a la invitación. No lo ha hecho a pesar de que Pastor ha dejado abierta la puerta a que haya tan sólo debate y no se vote. Cuando se invitó al anterior presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, a la Cámara Baja se puso como condición que había que someter los proyectos presentados a votación. Puigdemont rechazó la oferta porque sabía que saldría derrotado.
Esa fue la estrategia que se usó, siendo presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, para desactivar en 2004 el llamado Plan Ibarretxe. La reforma del estatuto de autonomía que planteaba para el País Vasco el entonces presidente autonómico, Juan José Ibarretxe, era en la práctica la constitución de un Estado semiindependiente. Tras ser debatido en el Congreso, y rechazado por una amplísima mayoría, el plan fue detenido.
Torra es reacio a “jugar en campo contrario”
Valentí Puig considera que, con independencia de las condiciones del debate, lo más probable es que Torra rechace acudir al Congreso de los Diputados, “porque este hombre nunca ha jugado en lo que pueda considerar un campo contrario”. A diferencia de lo que ocurre en el Parlamento de Cataluña, los separatistas no controlan los órganos de gobierno del Legislativo español. No puede, por lo tanto, contar con el apoyo del presidente de la Cámara para que actúe en su favor, por ejemplo.
Si decidiera acudir, Torra asumiría el riesgo de enfrentar un debate en el que no partiera con ventaja. Pero si no va, también queda en entredicho “aunque no ante su clientela, sino ante el conjunto de la sociedad catalana que no es separatista y ante toda España”, precisa Puig.
Valentí Puig: “Torra dice que sólo escucha la voz del Parlamento de Cataluña, pero Cataluña está representada ampliamente en el Congreso de los Diputados”
“Está diciendo que él sólo escucha la voz del Parlamento de Cataluña, pero Cataluña está representada ampliamente en el Congreso de los Diputados, incluso con grupos que defienden lo mismo que defiende Torra”, añade.
En la actualidad, 47 de los 350 miembros del Congreso de los Diputados son elegidos por los votantes de las cuatro provincias catalanas. Los partidos abiertamente independentistas son tan sólo una minoría. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) cuenta con nueve representantes y el Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCAT) con ocho. En Comú Podem, la marca catalana de Podemos, tiene 12 escaños. El resto se reparte entre las formaciones consideradas constitucionalistas: PSC-PSOE, siete; PP, seis; y Ciudadanos, cinco.
Una invitación peligrosa para Pedro Sánchez
Si hay dudas sobre si Pastor informó a Casado que iba a hacer la invitación, tampoco existe constancia de que lo hubiera hecho con el Gobierno de Pedro Sánchez. De hecho, en el Ejecutivo no ha gustado el paso dado por la presidenta del Congreso de los Diputados. La delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, calificó la invitación de “osada”. Lo hizo en una entrevista concedida a la emisora Catalunya Ràdio. Cunillera lamentó que Pastor no le comentara sus planes a Sánchez porque este, dijo, “le habría dado algún consejo”.
Al respecto, Puig considera que la invitación “no ayuda a Pedro Sánchez”. Si Torra acude a la Cámara y hace alguna declaración que roce la ilegalidad “le pone entre la espada y la pared de aplicar el artículo 155 de la Constitución. Y si lo aplica, ¿qué harán los grupos secesionistas que le apoyaron en la moción de censura?”, plantea el analista.
Pero tampoco ayudaría al jefe del Ejecutivo que Torra decline la invitación. El presidente del Club Tocqueville considera que el hecho de que el dirigente separatista no quisiera ir a debatir con los partidos políticos pondría en evidencia la estrategia de Sánchez de insistir en el diálogo.