Daniel Gómez (ALN).- La relación entre las dos grandes potencias de Suramérica va entrando en el terreno del pragmatismo. La última declaración del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, así lo demuestra: “Argentina precisa de Brasil y nosotros precisamos de Argentina”.
¿Cómo se llevarán Alberto Fernández y Jair Bolsonaro? Ya se sabe que en lo político se encuentran en las antípodas. Pero en lo económico se necesitan. Y también los necesita Latinoamérica. Argentina y Brasil son las dos grandes potencias del sur.
“Argentina y Brasil son grandes socios comerciales. Seguirán cooperando económicamente porque a los dos les interesa, pero en lo político viven una circunstancia complicada. Evidentemente las relaciones políticas no están ahora en su mejor momento y veo difícil que a corto-medio plazo se mejoren porque la brecha ideológica es muy grande”, explica al diario ALnavío Juan Carlos Martínez Lázaro, profesor de Economía en el IE Business School.
Es cierto que la relación entre Fernández y Bolsonaro no comenzó con buen pie. “Los bandidos izquierdistas empiezan a volver al poder”, dijo el presidente de Brasil en agosto, cuando en Argentina se celebraron las primarias y Fernández salió como claro favorito.
Cuando Fernández se proclamó vencedor, Bolsonaro, que estaba en China mejorando las relaciones con Pekín, declaró a la prensa que “Argentina votó mal”.
Seguro que a Bolsonaro tampoco le sentó bien saber que mientras Alberto Fernández celebraba las elecciones, este gritara “Lula libre”. Reivindicando la puesta en libertad del expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, el principal enemigo de Bolsonaro.
En esta historia es importante la visita de Bolsonaro a Pekín. Cuando estaba en campaña Bolsonaro señaló a China de “querer comprar Brasil”. Lo dijo porque las inversiones del gigante asiático en su país sumaron más de 14.000 millones de dólares entre 2017 y 2018, según cifras oficiales de Brasilia, y esto Bolsonaro lo vio como una amenaza.
Bolsonaro pronto se dio cuenta de que no podía prescindir de China. Menos aún cuando el intercambio comercial entre ambas naciones se aproxima a los 100.000 millones de dólares por año.
“Una parte considerable de Brasil necesita a China, y China también necesita a Brasil. Brasil es un mar de oportunidades, y queremos compartirlas con China”, le dijo Jair Bolsonaro al presidente Xi Jinping hace poco más de una semana.
Este sábado Jair Bolsonaro dio unas declaraciones bastante similares en referencia a Argentina: “Argentina precisa de Brasil y nosotros precisamos de Argentina”. Curiosamente estas palabras se producen luego de que Alberto Fernández hiciera pública la conversación con el presidente Estados Unidos, Donald Trump. Y ya se sabe que para Bolsonaro Washington es un socio predilecto.
Otro que está apostando por el pragmatismo es Alberto Fernández. De ahí su visita a México. Sabe que Argentina necesita inversión para reactivar la economía. Para que los dólares regresen al país. Para que la devaluación del peso se detenga.
La crisis de deuda reafirma el pragmatismo económico de Alberto Fernández
Y ese pragmatismo que exhibió Fernández frente al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, es el que está aplicando con Brasil. No ha caído en las provocaciones de Bolsonaro. Y como saben que en lo político poco tienen en común, Fernández apela a lo económico, consciente también de su debilidad.
“La relación económica entre Brasil y Argentina siempre ha sido muy fluida. Aunque ahora está más complicada a causa de la depreciación del peso argentino, que hace que las exportaciones brasileñas a Argentina disminuyan, sobre todo las manufacturas”, detalla el profesor Martínez Lázaro.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos de Argentina prueban lo dicho por el académico:
– Las exportaciones de Argentina a Brasil sumaron 7.672 millones de dólares entre enero y septiembre de 2019.
– 64% de estas exportaciones fueron vehículos.
– 5.011 millones de dólares de productos industrializados argentinos ingresaron a Brasil.
– En ese mismo periodo las importaciones de Argentina a Brasil fueron de 7.982 millones.
Otro dato relevante entre ambos países viene de la Confederación Nacional de la Industria de Brasil. Esta apunta que Argentina “es un comprador clave” ya que importa 80% de las manufacturas brasileñas.
Argentina y Brasil son también socios del Mercosur. Una alianza comercial que conforman junto a Uruguay y Paraguay y que ha recibido un nuevo estímulo tras el acuerdo de libre comercio pactado con la Unión Europea.
Este acuerdo representa un mercado de 800 millones de consumidores que permite a Argentina abrirse al mundo. Dinamitarlo ahora no parece la mejor idea, ya que tanto la argentina como la brasileña son economías que necesitan de la inversión extrajera.
“Ansío que podamos potenciar la sociedad no sólo entre nuestros países sino entre el Mercosur y la Unión Europea, siempre garantizando la protección de los sectores más vulnerables”, le dijo Alberto Fernández a la canciller alemana, Angela Merkel, luego de que esta lo felicitara por el triunfo electoral.
¿Está en riesgo esta alianza? En octubre, Jair Bolsonaro dijo lo siguiente: “Sabemos que el regreso del Foro de Sao Paulo y Cristina Kirchner al gobierno argentino puede poner en peligro a todo el Mercosur. Y si posiblemente ponga en peligro a todo el Mercosur, repito, posiblemente, debemos tener una alternativa”.
Hay dos posibilidades, aunque ambas son poco probables. Una es que Brasil abandone el grupo, dejándolo herido de muerte, y la otra es que Brasil reúna apoyos para vetar a Argentina.
“El peronismo no estuvo muy conforme con el acuerdo UE-Mercosur. Si Alberto Fernández abandona el acuerdo Bolsonaro rompería Mercosur tal como lo conocemos y negociaría por su cuenta con Bruselas, contando, en principio, con el respaldo de Uruguay y Paraguay. Además, la ruptura de Fernández no sentaría muy bien en la UE por todo lo que ha costado terminar el acuerdo con Mercosur. Más de 20 años”
Esta idea podría cobrar forma si, como dice al diario ALnavío el argentino Mario Weitz, profesor en la escuela de negocios ESIC de Madrid y consultor del Banco Mundial, “el gobierno de Uruguay finalmente gira a la derecha” tras la segunda vuelta electoral el 24 de noviembre. A esto habría que sumarle un giro populista al pragmático discurso de Alberto Fernández.
Es cierto que el peronismo ha expresado sus dudas sobre algunos puntos del acuerdo con Europa. Sobre todo, en lo referente a explotaciones agrícolas comunitarias, aspectos tecnológicos y la protección del mercado interno. Temen que con el acuerdo Argentina salga perdiendo. Pero no sería inteligente por parte de Alberto Fernández dinamitar este pacto.
Comenta Martínez Lázaro que “el principal reto político” de Alberto Fernández será renegociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) las condiciones del préstamo de 56.000 millones de dólares que entregó al gobierno de Mauricio Macri.
“Necesita mejores condiciones, porque la situación en el último año y medio ha sido terrible para Argentina”, agrega.
Y en estas conversaciones con el FMI, apunta, necesita a la Unión Europea “ya que tiene un peso significativo en las decisiones que toma el Fondo”.
“El peronismo no estuvo muy conforme con el acuerdo UE-Mercosur. Si Alberto Fernández abandona el acuerdo Bolsonaro rompería Mercosur tal como lo conocemos y negociaría por su cuenta con Bruselas, contando, en principio, con el respaldo de Uruguay y Paraguay. Además, la ruptura de Fernández no sentaría muy bien en la UE por todo lo que ha costado terminar el acuerdo con Mercosur. Más de 20 años”, concluye el profesor.