María Rodríguez (ALN).- Los campos de cultivo de coca en Colombia se expandieron 42% entre 2014 y 2015: de ocupar 112.000 hectáreas a casi 160.000. En esos años, el petróleo vivía una grave crisis. El precio del barril se desplomó de 100 dólares a menos de 50. Teniendo en cuenta que Colombia produce tanto petróleo como cocaína, ¿están vinculadas ambas realidades?
De rozar los 100 dólares en julio de 2014, el precio del barril de crudo cayó a 47,05 dólares en diciembre de ese año. Este desplome provocó una fuerte crisis económica que afectó especialmente a los países exportadores de petróleo. En el caso de Colombia (cuarto productor latinoamericano de crudo, según informa Reuters) pasó de crecer 4,4% en 2014 a 3,1% en 2015.
En esos mismos años, los campos de cultivo de coca en Colombia se expandieron 42%. De ocupar 112.000 hectáreas en 2014 a 159.000 un año después, según datos del reporte International Narcotics Control Strategy (marzo 2017), elaborado por la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos del Departamento de Estado de EEUU.
En 2013 estos campos colombianos ocupaban 80.500 hectáreas. En Bolivia 27.000 hectáreas (aumentaron hasta 36.500 en 2015) y en Perú 59.500 hectáreas (descendieron hasta 53.000 en 2015).
Para Román D. Ortiz, vicepresidente para América Latina de Cordillera Applications Group (consultora especializada en temas de seguridad y riesgo político) existe un vínculo entre ambas realidades, la crisis del petróleo y el auge de la producción de coca en Colombia.
En 2015 los campos de cultivo de coca ocupaban ya 159.000 hectáreas
“La caída de los precios del petróleo (…) generó incentivos para que algunos sectores de la población rural optasen por la coca como medio de subsistencia”, explica el directivo en un artículo en el periódico El País de España sobre el crecimiento de la producción de narcóticos en Colombia.
Según el libro Las nuevas dimensiones del narcotráfico en Colombia, del investigador Ricardo Rocha García, elaborado con la colaboración de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y el Ministerio de Justicia de Colombia, “son numerosas las coincidencias entre la coca y la explotación de recursos naturales, como por ejemplo la minería del oro en el sur de Bolívar, la producción de esmeraldas en Boyacá, la explotación del petróleo en el Putumayo (…) Allí la coca se complementa con la actividad económica central, vincula los principales recursos locales y los hace económicamente dependientes”.
En este sentido, ambas realidades parecen estar vinculadas. Ahora bien, ¿en qué grado? “El problema es que, en algunas regiones, muchas familias hicieron pequeñas inversiones asociadas con la economía petrolera (hoteles, compañías de transporte, etc.) Cuando los precios del petróleo cayeron y las compañías cortaron la inversión, muchos de estos proyectos familiares quebraron y un número importante de familias perdieron sus ahorros. Para estos sectores empobrecidos, la economía de la coca ha llegado a ser muy atractiva”, explica al diario ALnavío Román D. Ortiz.
“Es difícil cuantificar cuán generalizado ha sido este evento; pero lo cierto es que es relevante porque ha empobrecido las zonas rurales y las ha hecho más vulnerables a la economía ilícita”, continúa Ortiz. En este punto, añade que si se tiene en cuenta que “esto está pasando cuando hay también una caída en la inversión en agricultura de exportación, se puede afirmar que la economía legal ha perdido espacio en el campo colombiano mientras la ilegal se ha expandido”.
Por otro lado, en declaraciones al diario ALnavío, Araceli Manjón-Cabeza, profesora de Derecho Penal de la Universidad Complutense de Madrid y directora de la cátedra Drogas Siglo XXI, además de autora del libro La solución: La legalización de las drogas, matiza: “No creo que la crisis del petróleo sea la causa fundamental de la mayor producción de coca en Colombia, aunque alguna influencia pudo tener”. Y añade: “Hay más causas, y también en Bolivia ha aumentado la producción”.
En la línea de la profesora de Derecho Penal se expresa Sonia Alda, experta en seguridad y defensa en América Latina, profesora de la Universidad Pontificia de Comillas y analista del Real Instituto Elcano. Alda comenta a este diario que “no hay duda de que son varios los factores y no es posible hacer una afirmación rotunda. No obstante, y aunque no lo he comprobado empíricamente, tengo mis dudas en cuanto a los precios del petróleo”.
4 factores explican el auge de la coca en Colombia
La Oficina de Narcóticos del Departamento de Estado de EEUU subraya en el reporte antes mencionado que “varios factores han contribuido al aumento general del cultivo de coca en Colombia desde 2014” y citan cuatro.
1.- Que las FARC instaron a los cultivadores de coca a aumentar las plantaciones motivados por una supuesta creencia de que “tras el acuerdo de paz, las inversiones y los subsidios del Gobierno colombiano se concentrarían en las regiones con mayores cultivos de coca”.
2.- También explican que el Gobierno redujo las operaciones de erradicación en áreas controladas por las FARC “para reducir el riesgo de conflicto armado cuando las partes negociaban un acuerdo de paz final”. En este sentido, Román D. Ortiz, destaca en su artículo que la suspensión en 2015 de la fumigación aérea de los cultivos de coca que realizaba el Gobierno, entendida como “una concesión” a las FARC, “es clave para explicar el auge”.
El Gobierno de Colombia paralizó la fumigación aérea de los cultivos de coca en 2015
3.- En tercer lugar, desde el Departamento de Estado de EEUU subrayan la “contraerradicación”, es decir, las tácticas de los cultivadores para combatir la erradicación, como colocar dispositivos explosivos e improvisados para “matar, herir y/o desmoralizar a los erradicadores y ralentizar las operaciones”, además de plantar en zonas menos accesibles, incluyendo parques nacionales, áreas indígenas y remotas.
4.- Por último, destacan que el presupuesto para la erradicación de este tipo de cultivos ha disminuido en dos tercios desde 2008. En este sentido, Ortiz matiza: “En 2016 el desborde de la estrategia antidroga [en Colombia] se hizo evidente en la medida en que el volumen de cocaína disponible se disparó a 357,6 toneladas”. En 2012 el potencial productivo era de 165 toneladas.