Daniel Gómez (ALN).- Para que Rusia no adelante a España y a la Unión Europea en Latinoamérica, es “de vital importancia que sean actores constructivos en la región”, dice Mira Milosevich, investigadora principal del Real Instituto Elcano en el informe Rusia en América Latina: repercusiones para España. Y ser un actor constructivo significa sacar adelante acuerdos como el UE-Mercosur, luchar contra las drogas y el terrorismo, y también, “promover inversión y desarrollo”.
“La inestabilidad política en América Latina, a la cual puede contribuir la activad de los medios de comunicación rusos y las redes sociales, puede perjudicar los intereses políticos y económicos de España, así como de la Unión Europea”.
Lo dice Mira Milosevich, investigadora principal del Real Instituto Elcano, en el informe Rusia en América Latina: repercusiones para España. Y lo dice porque Moscú, si bien no es un actor influyente en Latinoamérica en términos económicos, sí que lo es en el manejo de la información con el uso de las redes sociales y con al auge que están teniendo medios prorrusos en español como RT y Sputnik.
“Es de vital importancia que la UE y España sean actores constructivos en América Latina. Para ello deberán fomentar un compromiso a largo plazo con la región. Los europeos deben ser un socio confiable que busque fomentar asociaciones cercanas a desafíos compartidos”, agrega Milosevich.
Cerrar el dilatado acuerdo entre la Unión Europea y el Mercado Común del Sur (Mercosur, compuesto por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) puede ser una de las medidas que se ejecuten en Europa para frenar el auge ruso.
En el informe también se habla de esfuerzos conjuntos para luchar contra la delincuencia internacional, el tráfico de drogas, el terrorismo, la trata de personas, y también, “promover inversión regional y desarrollo” en países clave de América Latina.
“Deben centrar sus esfuerzos en los países clave de la región como Argentina, Brasil, Colombia y México, para reducir tensiones y frenar a los medios de comunicación rusos en sus intentos de degradar y desacreditar los sistemas políticos democráticos”.
Rusia no amenaza la relación económica
Este es el peligro de Rusia. Más allá de ser una potencia militar, también es una potencia en el manejo de la información. Y esta maestría en el uso de redes y medios puede compensar la falta de dinero del gobierno de Vladimir Putin. Y es que, en términos económicos, Rusia no desbancará a España ni a Europa.
“Lo más probable es que la influencia y presencia de Rusia en la zona sigan siendo muy limitadas a causa de la debilidad económica rusa, sin afectar los intereses económicos españoles”, detalla Milosevich.
En el informe se explica que si bien “no está claro” cuál será la relación de Rusia con América Latina en el futuro, “son perceptibles las pautas de la acción exterior rusa”. Pautas que “repiten el patrón histórico, político y propagandístico de la Unión Soviética durante la Guerra Fría”.
España y la UE “deben centrar sus esfuerzos en los países clave de la región como Argentina, Brasil, Colombia y México, para reducir tensiones y frenar a los medios de comunicación rusos en sus intentos de degradar y desacreditar los sistemas políticos democráticos”
Esto es así porque el presidente ruso, Vladimir Putin, en sus esfuerzos por acercarse a Latinoamérica, ha buscado socios que compartan un interés en crear “un mundo multipolar”, como lo define el mandatario. Un mundo, países e instituciones, que no estén dominadas por Estados Unidos y Europa.
Por eso los socios más fuertes de Putin en Latinoamérica son Cuba, Nicaragua y Venezuela. Socios que sobre todo son aliados ideológicos, y no comerciales. Y esto es así porque Brasil y México son los países donde la actividad económica es mayor.
Las exportaciones rusas en Brasil, de 2.644 millones de euros, convierten al gigante suramericano en su primer socio comercial. Una actividad que sobre todo se concentra en la venta de fertilizantes, y en menor medida en recursos energéticos como petróleo, aluminio y carbón.
La cifra de Brasil -que ya de por sí es pequeña, pues sólo representa 0,74% de las exportaciones globales de Rusia- contrasta aún más si se analiza la relación comercial con Venezuela. Con este país el intercambio comercial se traduce en apenas 231 millones de dólares, según el informe.
Este pequeño monto corresponde a las ventas de armamento ruso a Latinoamérica. Aquí Rusia sí ocupa una posición de liderazgo. Al menos hasta 2014, Moscú fue el principal proveedor de armamento para la región. “Debido fundamentalmente a las compras multimillonarias de Venezuela”, aclara Milosevich.
A Venezuela va 73% de las ventas de armamento ruso. Muy por encima de México, que con 9% es el segundo destino de las ventas. Y también muy por encima de Perú, hacia donde exporta 8% del material bélico.
A excepción del apartado militar, la posición de España en Latinoamérica es mejor que la de Rusia en todos los países de la región, incluida Venezuela. La excepción son dos economías pequeñas: Paraguay, país al que Moscú compra alimentos, y Trinidad y Tobago, donde las petroleras rusas sí tienen una fuerte actividad.
Con estos datos, Milosevich afirma que “Rusia no representa ningún riesgo en términos económicos para España”. No es un riesgo, y tampoco “una oportunidad”, se aclara en el informe.
“Corresponde a las empresas españolas evaluar, en su caso, las posibles sinergias y acuerdos de colaboración con las empresas rusas que desarrollen su actividad en América Latina. Sin embargo, estas se toparán con la poca transparencia de las inversiones y financiación que ejercen las empresas rusas en la región, así como con las limitaciones impuestas por las sanciones económicas a Rusia”.
Al respecto de esta afirmación, en el informe se insiste en la opacidad de los datos rusos, lo cual dificulta la recopilación de información. También se habla de las sanciones impuestas al gobierno de Putin desde EEUU y también desde la Unión Europea. Sobre este último caso es reseñable que muchos países latinoamericanos, como Paraguay, estén quitando protagonismo a España en su relación comercial con Rusia.
No quedarse en lo económico
Milosevich insiste que la relación con América Latina no se tiene que medir sólo en términos económicos. “Para España es esencial ser consciente de implicaciones estratégicas más amplias y no meramente empresariales”.
Hace hincapié en este punto porque Rusia puede “contribuir a las divisiones internas de los países y de la región”. Se ve claramente en el caso de Venezuela. Mientras el régimen se aferra al poder como puede, la alternativa del presidente encargado, Juan Guaidó, cobra cada vez más peso. En Venezuela, en Latinoamérica y en otros 50 países del mundo.
Pese a que Guaidó es el favorito de la comunidad internacional, Rusia, una potencia militar con derecho a veto en las Naciones Unidas, se inclina a favor de Nicolás Maduro para salvaguardar los intereses de sus empresas, y también de Putin, quien ha hecho acuerdos personales con Maduro, como dijo la propia Milosevich en una entrevista con ALnavío.
También está el papel de Rusia como potencia virtual. El país no tiene dinero para invertir en América Latina, pero a bajo costo. Potenciando medios en español prorrusos como RT y Sputnik, está ganando influencia en la región. Una prueba es la victoria de Andrés Manuel López Obrador en México, siempre apoyado por este tipo de medios.