Redacción (ALN).- La zona del contorno de los ojos es una de las más sensibles del cuerpo, en parte porque su piel es 5 veces más fina que la del resto del rostro, además, tiene menos glándulas sebáceas, que ayuden a mantenerla hidratada, así como menos fibras de colágeno y elastina.
Estas cualidades, evidentemente, no solo condicionan su cuidado, sino que hacen que se comporte de una forma diferente. Por ejemplo, los primeros signos de envejecimiento siempre se localizan en el contorno de los ojos.
La Dra. Cristina Eguren, dermatóloga y directora de la Clínica Eguren Dermatología y Estética explica detalladamente qué son esos granitos blanquecinos que salen en las ojeras y qué podemos hacer con ellos o no.
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Diferencias entre millium y glándulas Fordyce
Lo primero es diferenciar entre millium y glándulas Fordyce, los diminutos granos blanquecinos que aparecen en la zona de la ojera. “Los quistes de millium son pequeñas retenciones de queratina. Clínicamente se observan como pequeñas bolitas de 0,5-1mm blanquecinas. Si se abre, ese pequeño contenido sale al exterior, precisa la dermatóloga.
Por otro lado, “las glándulas de Fordyce aparecen como pequeños granos de color de piel o ligeramente amarillentos, no presentan una cápsula con contenido y si se abren no sale contenido”. Las glándulas Fordyce son glándulas sebáceas ectópicas, “glándulas de grasa que aparecen en áreas donde habitualmente no se encuentran de este tipo”. Como explica la dermatóloga, las glándulas de Fordyce no están asociadas a un folículo piloso y no presentan una función secretora significativa, por lo que no producen grasa.
Los que sí puedes hacer y lo que está prohibido
El comportamiento de este tipo de glándulas, sumado a la delicada zona del rostro en la que florecen hace que su prevención y tratamiento sean muy concretos. La primera indicación de la doctora, por supuesto, es no manipularlos, “no conseguiremos vaciarlos ni mejorarlos y podemos herir o irritar la piel”.
El resultado suele ser un notable enrojecimiento de esta área tan sensible, pudiendo incluso causar una herida o una infección. Sí, existen técnicas para tratarlos, “pueden destruirse con láser CO2 o bisturí eléctrico”, siempre procedimientos realizados por un dermatólogo.
Con información de El Confidencial