Daniel Gómez (ALN).- Los acontecimientos que desencadenaron la Independencia de América Latina del imperio español comenzaron en Madrid. Ahora, por caprichos del destino, todo vuelve a donde empezó. La Copa Libertadores, el campeonato que honra a héroes como Bolívar, San Martín y O’Higgins, se muda a la capital de España ante el salvajismo de unos aficionados argentinos. Algunos bares como el S10, sede de la peña de Boca Juniors, ya se están preparando.
La historia a veces es caprichosa. El Superclásico del fútbol latinoamericano, el partido decisivo entre River Plate y Boca Juniors por el trofeo de la Copa Libertadores, se juega en el Santiago Bernabéu. En Madrid. En la capital del Reino de España contra el que lucharon, y vencieron, los padres de la patria latinoamericana: los libertadores.
De los libertadores viene el nombre de la copa, el torneo de fútbol más importante de América. En 1965, los organizadores la bautizaron como Copa Libertadores en honor a libertadores como el venezolano Simón Bolívar, el argentino José de San Martín y el chileno Bernardo O’Higgins.
Sus Ejércitos vencieron en el siglo XIX al imperio español. Aquello fue una guerra que duró más de una década y abarcó desde México hasta Argentina. Hubo sangre en honor a la libertad y a una intención noble: escapar del salvajismo que, en muchos casos, caracterizó a los colonizadores.
Ahora es al revés. La Copa Libertadores huye de su tierra hacia aquel imperio opresor. Y huye de la barbarie que protagonizaron las aficiones de Boca Juniors y River Plate el pasado domingo, cuando, en principio, se iba a jugar el partido. ¿Qué pensarían Bolívar y el resto de los libertadores al respecto?
Los radicales de River agredieron a los jugadores de Boca. Le tiraron piedras al autobús. Rompieron los cristales. Hirieron a jugadores. Todo esto desembocó en más violencia, la cual, por unos días, dejó colapsadas las calles de Buenos Aires, ahora vacías por el la Cumbre del G-20 y un intenso dispositivo de seguridad.
Nadie en Argentina parece estar conforme con la decisión que en conjunto tomaron la FIFA, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), la Real Federación Española de Fútbol y el Gobierno de España: que el encuentro se dispute en el Bernabéu.
Los directivos de River se quejan porque dicen que les arrebataron la final. De ahí que presentaran una nueva reclamación para devolver el encuentro al Monumental. Los jefes de Boca también se quejan porque piensan que no es una medida justa. Que lo acertado hubiera sido dar a River como perdedor. Incluso plantean negarse a jugar.
La prensa de Argentina también clama. “Nos afanaron la Copa. La final en Madrid es una patada en el alma a todos los hinchas de fútbol en Argentina”, apuntó Olé. “La Copa Libertadores será entregada por primera vez fuera del territorio sudamericano en 58 años. Justo en España. ¿Qué dirán San Martín y Bolívar? Se transformará por un rato en la Libertadores de Europa”, publicó Clarín.
Madrid desencadenó la hazaña de Bolívar
El caso es que en Madrid comenzó todo. Principios del siglo XIX. Simón Bolívar, un miembro de la oligarquía caraqueña de raíces españolas, se vino a vivir a la capital, donde se enamoró por primera y única vez.
Era el verano de 1800. Un joven Bolívar conoció a doña Teresa Rodríguez del Toro en Madrid. La siguió hasta Bilbao para cortejarla y lo consiguió.
Se casaron en Madrid y luego se mudaron a Caracas. Pero el matrimonio con Teresita duró poco. Ocho meses. Ella murió por fiebre amarilla y desde entonces Bolívar no volvió a ser el mismo. Le dolió tanto que jamás volvió a pensar en el amor.
Entonces se volcó a su causa y regresó a Europa. Entre 1803 y 1805, viajó por el continente y terminó instalándose en el París donde coronarían a Napoleón Bonaparte, quien fue, por así decirlo, su inspiración. Quien le convirtió en el Libertador de América Latina.
La expectación del Superclásico
Así que todo vuelve a donde comenzó. El domingo 9 de diciembre Madrid se convertirá en el nuevo Buenos Aires. Después de barajar destinos exóticos como Doha y Moscú, y otros más comunes como Asunción (Paraguay), para que la Copa Libertadores se quedara en América Latina, las autoridades del fútbol decidieron trasladarlo a Madrid. Sobre todo, por una cuestión de seguridad.
La capital de España es uno de los lugares más seguros del mundo. Además, los hinchas más fanáticos, aquellos que forman parte de las barras argentinas, tienen prohibido salir de ese país por avión, y esto es una forma de evitar que al Superclásico lo acompañe la violencia allá donde se mude. De hecho, no se mudó a Asunción por eso mismo.
Las autoridades del fútbol decidieron trasladar el Boca-River a Madrid por una cuestión de seguridad
Luego están las conexiones. El aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas es una de las terminales mejor conectadas del planeta, y en especial, con América Latina. Aerolíneas como Iberia y Air Europa tienen frecuencia casi diaria con Buenos Aires.
Ahora mismo los precios están por las nubes. Desde que se supo que el partido se jugará en el Santiago Bernabéu las reservas se dispararon en los principales buscadores. Hasta 700 euros se pusieron los billetes de línea directa. Para conseguir algo más barato hay que buscar escalas hasta en Dublín.
Ante tal demanda, los responsables de Iberia y de Air Europa prometieron reforzar la frecuencia con Buenos Aires, aunque todavía no han concretado nada más. Están esperando la confirmación definitiva una vez se resuelvan las reclamaciones de Boca y River.
Por otro lado, está el estadio. El Santiago Bernabéu fue el hogar de uno de los futbolistas argentinos más icónicos, Alfredo Di Stefano. También es el campo más famoso del mundo. Allí se han jugado Copas de Europa, Copas del Rey, Mundiales, Eurocopas, ¿por qué no la Libertadores?
Además, a la Conmebol le sale gratis. Así se lo prometió el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, al presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez. “Le pregunté a mi amigo Florentino si era viable o no. Y me dijo que lo ponía a nuestra disposición a coste cero. Todo lo que se recaude irá a cubrir gastos y lo que sobre irá a un fondo para combatir la violencia en el fútbol sudamericano”, dijo este jueves en rueda de prensa.
¿Qué pasa con las entradas?
De momento hay algunas incógnitas. Como las entradas. Todavía no están a la venta. De hecho, el jueves, cuando se supo lo del partido en Madrid, la página de la federación española colapsó. Imaginen cómo fue la demanda de aficionados queriendo comprar su boleto.
No se sabe el número exacto que saldrán a la venta. De momento, la Conmebol contempla repartir 60.000 a los aficionados de Boca y River en Argentina, y 20.000 a los seguidores del fútbol en España. Luego se liberarán más boletos. Las previsiones más optimistas dicen que no más de 40.000 aficionados argentinos se desplazarán hasta Madrid.
Aunque no los subestimen. En el Mundial de Rusia la hinchada argentina demostró que no tiene fronteras. En el país europeo había más argentinos -50.000, según datos de la FIFA- que españoles y franceses. De hecho, uno de esos argentinos llegó a Moscú en bici.
Pese a todo, sigue sin saberse nada de las entradas. Ya hay muchos argentinos desesperados. Incluso los periodistas, quienes, con ganas de conseguir visitas, ponen titulares engañosos para que los aficionados crean que ya se pueden comprar los boletos. Y es que en Google las palabras River, Boca y Libertadores están que arden.
Dónde ver el partido
Aunque no hay mejor lugar para ver el partido que el propio estadio, hay una buena ristra de bares en Madrid. Uno de ellos es el S10 de Guzmán el Bueno. Fue famoso en verano por cómo los aficionados argentinos celebraron el pase de su selección a octavos de final ante Nigeria. El vídeo se hizo viral.
El S10 es, además, el sitio favorito de la peña de Boca Juniors en Madrid. Por lo que ya saben cuál será el equipo predilecto en el bar. Aunque no se preocupe si es de River Plate. “Es un bar para todos. Aquí nos mezclamos y que nadie se atreva a ponerse violento”, explica a ALnavío uno de sus empleados.
No sólo los bares de las peñas estarán pendientes del partido. Es algo que les interesa a todos. Es un partido con trascendencia internacional. Es como si el Real Madrid y el Barça jugaran la final de la Liga de Campeones. El encuentro de ida, que se jugó en la Bombonera y terminó 2-2, se trasmitió en todos los bares de Madrid.
La expectación está servida. Según la Embajada argentina, en España residen 350.000 argentinos, de los cuales 100.000 viven en Madrid. A eso hay que sumarle los que vengan de Buenos Aires y de otras partes de Europa. Madrid será una pequeña Buenos Aires. La tierra de los libertadores. Pero, sobre todo, será la tierra del fútbol. Del Superclásico, y del campeonato más importante de América Latina.
Ya dentro de seis meses se podrá comparar qué fue mejor: ¿la Copa Libertadores o la Champions League? Esta última también se celebrará en Madrid. En el Wanda Metropolitano.