María Rodríguez (ALN).- Los expertos subrayan el “desmantelamiento total” de la estructura institucional ecuatoriana de los últimos 10 años en caso de que Guillermo Lasso venza en la segunda vuelta de los comicios el 2 de abril. Constatan que el partido CREO se enfrentaría a un Parlamento en contra. El 28,09% de los votos llevó a Guillermo Lasso, de la alianza CREO-Suma, a luchar por la Presidencia de Ecuador en la segunda vuelta de las elecciones que se celebrará el próximo 2 de abril. Enfrente tiene al candidato oficialista Lenín Moreno, de Alianza País (AP), apoyado en primera vuelta por el 39,36% de los electores. Tras analizar qué pasaría si gana el oficialismo en esta segunda cita con las urnas, los expertos consultados por ALnavío hacen lo propio con la figura de Lasso y las repercusiones que la victoria de CREO tendría en el panorama político actual.
“Sería la oportunidad de su vida para Guillermo Lasso y para CREO. Supondría un gran revés para AP y todo lo que han construido como estructura empezaría a tambalearse”, subraya Álvaro Marchante, asesor político español residente en Quito. Para Michel Leví, coordinador del Centro Andino de Estudios Internacionales de la Universidad Andina Simón Bolívar de Ecuador, el partido de Lasso “buscaría afianzarse como el movimiento de salvación y reivindicación nacional”.
Que CREO-Suma gane los comicios “daría al pueblo lo que quiere: menos impuestos”, señala rotundo Marchante. Y es que Lasso ha reiterado en numerosas ocasiones que, si llega a la Presidencia de la República de Ecuador, enviará un proyecto de ley para derogar 12 tributos, entre ellos el anticipo del impuesto a la renta y el de la salida de divisas, tal como recogen en el programa electoral.
Sería la oportunidad de su vida para Lasso y todo lo que ha construido AP como estructura empezaría a tambalearse”, subraya Marchante
“A su vez, intentarían generar acercamientos con todas las autoridades locales electas de AP y de otros partidos para tratar de crear el partido más grande de Ecuador, e irían provocando la caída del partido oficialista actual”, relata el asesor político. “La inversión millonaria habría merecido la pena”, vaticina.
No lo ve tan claro Francisco Sánchez, subdirector del Instituto de Iberoamérica y profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Salamanca. Constata las tres principales dificultades que tendría Lasso para gobernar Ecuador de aquí a 2021: “La conflictividad de la hoy oposición, el ajuste fuerte -e inevitable, según el consenso de expertos- de la economía ecuatoriana y un Parlamento en contra”. De mantenerse las alianzas actuales en la Asamblea Nacional, el partido de Lenín Moreno continuará con la mayoría absoluta tras las elecciones del pasado 19 de febrero. Alianza País ocuparía así 73 escaños de los 137 que conforman la Cámara: 49 como movimiento propio y 23 más por los acuerdos con otros partidos, según recoge el diario El Universo.
Gabriela Falconí, catedrática y consultora de comunicación política de la Universidad San Francisco de Quito, añade una debilidad a la figura del exbanquero a la hora de ser presidente: “A pesar de haber demostrado que no tuvo nada que ver con el ‘feriado bancario’ de Ecuador de 1999 [la crisis económica y financiera considerada como la más grave de la historia reciente del país], el gobierno actual se ha agarrado a este tema para recordar a la ciudadanía que existió”. Como fortalezas de Lasso, Falconí destaca que “la gente que está cansada de este gobierno, que ha durado más de una década, va a votar por él, no necesariamente porque le parezca el mejor candidato, pero sí como un voto en contra del oficialismo”.
Desmantelar la estructura de Correa
Que gane CREO “daría al pueblo lo que quiere: menos impuestos”, apunta Marchante / Flickr: Samurai Juan
En el ámbito institucional, si gana el candidato opositor, “Lasso llamará a una asamblea constituyente para revocar el mandato de todos los funcionarios de los otros poderes del Estado nombrados durante el período de Correa (Consejo de Participación Ciudadana, Consejo Electoral…). Comenzará así el desmantelamiento total de la estructura institucional creada durante los últimos diez años”, relata Leví. En este escenario, el experto insiste en que Lasso “buscará comenzar acciones judiciales contra Rafael Correa y su grupo, Lenín Moreno no tendrá mayor visibilidad en este esquema y Jorge Glass [candidato a vicepresidente por Alianza País] será buscado por temas de corrupción”.
En la misma línea se pronuncia Marchante. El asesor político explica que, en Ecuador, cuando surge un candidato con un gran liderazgo y carisma, es muy común que los partidos pequeños se integren en el movimiento del nuevo líder. Cuando éste decae y dicho partido ya no detenta el poder, vuelven a ser independientes o buscan a un nuevo representante -esté o no en el poder-, que pueda enfrentarse de tú a tú con el presidente de turno. “Muy probablemente éste sería el futuro de Alianza País, porque los presidentes tienden a ser sectarios y los alcaldes y prefectos clientelares, por lo que muchas autoridades locales de Alianza País pasarían a una posición independiente o directamente de apoyo a Guillermo Lasso”, augura Marchante.
Por otro lado, “los conflictos internos por ocupar los pocos espacios de poder que quedarían en AP harían que el partido se autodestruyera por dentro con mayor rapidez”, señala. Aun así, el asesor político precisa que “por las encuestas actuales, parece que Lasso no llegará a ser presidente, dado que tiene un nivel muy alto de rechazo absoluto”.
La postura discordante en el análisis de las consecuencias de una derrota de AP la tiene Esteban Nicholls, coordinador de la Maestría de Investigación en Estudios Latinoamericanos de la Universidad Andina Simón Bolívar de Ecuador. En su opinión, a la victoria de CREO le seguiría “un fortalecimiento de Alianza País” por la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional y porque “las instancias del Estado tienden a estar del lado de Alianza País”. Es decir, “el Ejecutivo quedaría aislado de los demás poderes del Estado”, lo que se traduciría en “una multiplicidad de minicrisis”.
El plan B y C de Moreno
Ante una posible derrota del candidato de Correa, Marchante ve varias opciones para que éste afronte una etapa postelectoral alejada de Carondelet, la sede del Gobierno y residencia oficial del presidente de la República de Ecuador: “coliderar, junto al mandatario saliente, la oposición al régimen de Lasso; tratar de volver a su vida anterior en Naciones Unidas o utilizar su experiencia en el desarrollo de oportunidades y de mejora de condiciones de vida para las personas discapacitadas y hacer consultorías a otros gobiernos”. “En principio, Lenín Moreno sería la persona de Alianza País que menos perdería, dado que, además, los casos de presunta corrupción [que vinculan a Glass] en ningún caso tienen que ver con él”, asegura Marchante.
Para Leví, el partido de Lasso ‘buscaría afianzarse como el movimiento de salvación y reivindicación nacional”
Y aunque Correa no es el candidato de Alianza País a la Presidencia de Ecuador, para Marchante sería “el gran perdedor” y significaría que “toda su obra y todos los cambios en la estructura del país no han obtenido el rédito que esperaba”. El asesor político constata que “la crisis económica y el mal manejo de la situación social de los últimos dos años habrían acabado con el proyecto político de Correa”.
Ante una derrota de Alianza País en segunda vuelta, el todavía mandatario ya anunció que se volvería a postular como presidente “si la oposición se porta mal [en el gobierno]”. A este respecto, Falconí señala que una de las primeras reacciones de Correa al aceptar la segunda vuelta fue “amenazar con volver en las siguientes elecciones y ganar de nuevo”. “No me atrevería a creer que va a dejar de una manera fácil el poder”, sentencia la consultora de comunicación.