María Rodríguez (ALN).- Los expertos constatan las dificultades que tendría Alianza País para apagar los fuegos internos y externos en caso de que su candidato venza en la segunda vuelta de los comicios. Además, dicen que Correa “trataría de manejar los hilos” del posible gobierno desde Bélgica. El pasado viernes arrancó la campaña para la segunda vuelta de las elecciones en Ecuador marcada por las tensiones del recuento de la primera cita con las urnas y con la economía y la corrupción como temas estrella. El oficialista, Lenín Moreno (Alianza País), y el opositor, Guillermo Lasso (Creo-Suma), se juegan más que la Presidencia del país el próximo 2 de abril: la continuidad o no del correísmo, la estabilidad de las formaciones políticas y su futuro personal. Los expertos consultados por el diario ALnavío analizan las consecuencias que la victoria de uno u otro tendrían para los actores políticos implicados: partidos y candidatos.
En esta primera pieza sobre los escenarios de Ecuador, la pregunta es: ¿qué pasaría si gana Moreno? Los expertos constatan las dificultades que tendría el líder de Alianza País (AP) para mantener unido al movimiento con la salida de Rafael Correa de la primera línea política. “AP no existe sin Correa”, afirma al respecto Francisco Sánchez, subdirector del Instituto de Iberoamérica y profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Salamanca.
Nicholls ve ‘más complicada la situación, paradójicamente, para Alianza País’ si gana Moreno por la estructura ‘verticalista’ del Estado
Con una victoria de Alianza País, “Moreno trataría de reestructurar todas las fuerzas internas para controlar el partido y evitar que haya una disciplina diferente a la que él pretenda”, sostiene Álvaro Marchante, asesor político español residente en Quito.
De la misma opinión es Michel Leví, coordinador del Centro Andino de Estudios Internacionales de la Universidad Andina Simón Bolívar de Ecuador. “Alianza País está muy desgastado como movimiento. Si gana Moreno deberá buscar un mecanismo para evitar que los cuadros de AP, que corresponden a diferentes líneas políticas, se disputen los puestos más importantes del gobierno y rompan con el movimiento”. Por otra parte, el experto en Relaciones Internacionales señala al diario ALnavío que el partido tendría “una férrea oposición política a nivel ciudadano, que no va a estar contenta con cuatro años más de correísmo”.
Esteban Nicholls, coordinador de la Maestría de Investigación en Estudios Latinoamericanos de la Universidad Andina Simón Bolívar de Ecuador, ve “más complicada la situación, paradójicamente, para Alianza País” si gana Moreno que si lo hace Guillermo Lasso. Y lo argumenta por la estructura actual del Estado, “verticalista”, y donde “las fuerzas sociales de AP están demasiado dispersas”. A esto se suma “el liderazgo carismático de Correa” frente a Moreno.
A favor del candidato oficialista está la renovación de las directivas del partido, previstas para el mes de mayo. “Si resulta ganador en la segunda vuelta, tendrá una capacidad importante de elegir él mismo a los líderes regionales y tener una mayor tranquilidad dentro de casa”, constata Marchante.
Esta cita de mayo se fijó en la XI reunión de la dirección nacional de Alianza País a finales de junio de 2016. En ella se decidió que “por las circunstancias derivadas de la tragedia del terremoto vivido en el país [en abril de ese año], y en función de la continuidad de las tareas en el periodo político electoral, se plantea la prórroga en las funciones de la actual Dirección Nacional y de las Directivas Provinciales, Cantonales y Parroquiales hasta mayo del 2017”, tal como reza el comunicado que emitió el partido en esa ocasión. Para Marchante, si hay renovaciones de cargos, “en principio no va a generar una revolución interna, pero Moreno debe ser rígido en lo interno para tener una mayor solidez hacia fuera”.
Moreno tratará de reestructurar todas las fuerzas internas para controlar el partido / Flickr: Agencia de Noticias ANDES
Otro punto positivo para la estabilidad de Alianza País lo plantea Sánchez. El experto comenta que aumentarán las tensiones ideológicas de derechas e izquierdas dentro del movimiento, pero han de ser conscientes de que “por fuera del Estado no sobrevivirán”.
“Diálogo y consenso”
Respecto a la propia figura de Lenín Moreno, Marchante señala que si llega a la Presidencia de Ecuador tendría que alejarse, en buena medida, de la estructura actual: “Debe cambiar el estilo de confrontación por uno de diálogo y consenso”.
Además, tendrá que enfrentarse, al igual que si gana el opositor Lasso, a una situación económica de tal complejidad que desde la Corporación de Estudios para el Desarrollo de Ecuador (Cordes) alertan sobre la necesidad de un “sacrificio nacional” y una “tregua política” para evitar una crisis sistémica.
En este sentido, Nicholls apunta que, con Moreno en el poder, “se le podría atribuir una gran parte de los problemas económicos del país al gobierno de AP más que a los enemigos habituales tales como el capitalismo o la derecha”.
Otro punto destacado de un Moreno presidente sería, según Marchante, el de “dirigir una importante lucha contra la corrupción, de la cual ya hay muestras y perseguidos en el sector petrolero”, vinculados al caso Odebrecht. Y todo ello sin olvidar “la posible vinculación de Jorge Glas, actual vicepresidente y candidato a la Vicepresidencia por Alianza País” con esta trama de la constructora brasileña, tal como apuntaba Marchante al diario ALnavío tras la primera vuelta de las elecciones ecuatorianas.
“Si hace un buen trabajo en lo económico y contra la corrupción y sale exitoso en su propuesta social, podrá pensar incluso en la reelección, dado que volverá a estar el país sin oposición”, aventura Álvaro Marchante.
El papel de Correa
Ante una victoria del candidato oficialista, Correa ya ha manifestado su intención de instalarse un tiempo en Bélgica, de donde es su mujer. “En principio dejará a Lenín Moreno gobernar sin incidir en su mandato, pero cualquiera pensaría que la mínima política de éste contra alguno de los pilares del mandato de Correa provocará una respuesta crítica por parte del expresidente”, señala Marchante. Por su parte, Leví apunta que, desde el país europeo, el presidente saliente tratará de manejar los hilos de la política. “Seguramente hará que le llamen sus seguidores para volver al país y empezar una campaña para las elecciones de 2021”, expone el profesor.
El papel de Correa en el balotaje aún está por verse. Durante la primera vuelta, su figura ha sido omnipresente: en los debates, discursos, en redes sociales alimentadas por el propio Correa y hasta en los carteles de Alianza País, en los que aparece de fondo la figura del mandatario saliente. Para Nicholls, el rol que represente Correa en esta vuelta le puede tanto sumar votos como restarlos, “al generar una sombra opaca al candidato, es decir un ‘no candidato’”.
Si Moreno hace un buen trabajo en lo económico y contra la corrupción podrá pensar incluso en la reelección”, apunta Marchante
A la espera de cuál será el papel de Correa en el balotaje, el aún mandatario no asistió a la cumbre extraordinaria de ALBA-TCP (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América–Tratado de Comercio de los Pueblos), celebrada el pasado 4 de marzo en Caracas, Venezuela. El canciller de Ecuador, Guillaume Long, que sí acudió al acto, transmitió a los asistentes un saludo de Correa, aunque no explicó los motivos de su ausencia. También estuvieron presentes el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro; el de Cuba, Raúl Castro; el de Nicaragua, Daniel Ortega y el de Bolivia, Evo Morales, tal como recoge el diario cubano Granma en su edición online.
Oposición sentenciada
La posible derrota del movimiento CREO en esta segunda vuelta podría sentenciarlo. Según Marchante: “En los últimos cuatro años ha invertido en la figura de su líder todo lo que ha podido, por no hablar de lo que han gastado para mantener la estructura de su partido activa. Es difícil pensar que el banquero Guillermo Lasso mantenga activa la chequera cuatro años más, salvo que el gobierno de Lenín Moreno empezara con el pie izquierdo”.
Para Leví, en esta situación, CREO “debe replantear su visión y estructura como movimiento que ha capitalizado el descontento contra Correa. Seguramente su líder natural, Lasso, deberá dejar el puesto a alguien nuevo para que siga con el camino de la oposición y aspire a la Presidencia de la República”.