Redacción (ALN) .- Estados Unidos reiteró que el Gobierno de Nicolás Maduro tiene hasta el 30 de noviembre para habilitar a todos los candidatos opositores para las presidenciales de 2024. Sin embargo, ¿qué pasará en Venezuela de no cumplirse esto ante las «amenazas» del gobierno de Joe Biden de desmantelar el alivio de sanciones?
Ante esto, Luis Vicente León realizó un análisis de los posibles escenarios.
«Es normal que en un proceso de negociación haya altibajos, amenazas y regresos. No están negociando entre panas sino entre enemigos. Por supuesto que existen riesgos de que la conflictividad entre el gobierno de Venezuela y Estados Unidos termine amenazando los avances logrados hasta ahora. Sin embargo, el dilema es distinto al existente en las negociaciones de Doha y Barbados. Maduro no estuvo, ni está, dispuesto a ceder las habilitaciones políticas a cambio de licencias y pese a esto se lograron los avances que nos sorprendieron por su amplitud», indicó.
Asimismo, León expresó que estaban involucradas muchas otras variables, dentro de las cuales es importante resaltar los temas de migración y permitir que los venezolanos sean deportados por EEUU a su país. Así como la liberación de los presos americanos que fue acordada y aún no ha sido ejecutada y la posibilidad de una elección presidencial, «aunque no será competitiva en los términos de la democracia liberal».
«EEUU otorgó licencias petroleras y gasíferas generales que evidentemente benefician no solo a Venezuela y su gobierno, una situación inevitable, sino también a los propios Estados Unidos y todo occidente, en medio de la crisis energética y los cambios geopolíticos. Antes de firmar, EEUU puso como condición inviolable la habilitación de María Corina Machado, pero la barrera a su solicitud fue total y aún así acordó. Pudo haber terminado sin acuerdo, pero la verdad es que EEUU igual avanzó. Una vez que lo aceptó, sin la promesa real de habilitación, el dilema cambió radicalmente», expresó.
Destacó que ya no se trata de una amenaza simple de quitar licencias si no hay habilitación de Machado.
«Ahora el tema es mucho más complejo. Si EEUU cumple su amenaza de eliminar las licencias generales en noviembre, algo que puede ocurrir puesto que sigue siendo su potestad, el resultado es que no regresaríamos al punto de origen, sino mucho más atrás políticamente, pues la reacción de Maduro a ese retroceso estaría cantada», apuntó.
En ese sentido, Luis Vicente León explicó los cuatro escenarios posibles que haría Maduro.
- Por ejemplo podría prohibir la recepción directa de deportados venezolanos desde EEUU e incluso podría amenazar con investigar a quienes estén en ese país tan pronto regresen a su patria, bajo la sospecha de conspiración para desestabilizar al gobierno revolucionario. Más allá de lo impresentable que resulte esa acción, y que yo rechazo contundentemente, lo relevante es entender que una decisión de ese tipo causaría un problema crítico a Biden frente a los migrantes venezolanos. ¿Se imaginan que el gobierno norteamericano deportara venezolanos, poniéndoles en riesgo frente a un gobierno acusado por ellos de violación de derechos? El problema de la migración se amplificaría exponencialmente con respecto al momento pre acuerdo, un drama que Biden pagaría muy caro en la campaña americana.
- Es obvio que Maduro va a retener a los presos americanos, lo cual pone otra vez a Biden en situación de desventaja perceptual frente a sus adversarios políticos en EEUU.
- Regresaríamos al punto de origen en la crisis energética mundial y se potenciaría el control energético de los adversarios de EEUU en el concierto internacional.
- Y lo más importante, está cantado el discurso que Maduro usará frente a esa decisión norteamericana de retroceso. Sin licencias y sin recursos, los impactos perversos de las sanciones impiden que se den las condiciones para que el país vaya a un proceso electoral en 2024. Lo que nos acerca aún más a la consolidación de la ‘nicaragüización’ del país.
A su juicio, «podemos rechazar las acciones intimidatorias de Maduro, pero lo que si está claro es que el costo de eliminación de licencias sería infinitamente más alto que el de no haberlas otorgado».
«No quiere decir que esto impida necesariamente el retroceso, pero si quiere decir que ocurriendo eso, nuestra situación país sería mucho peor que la que teníamos antes de las licencias, tanto para la población básica, como para la infraestructura del país y su sector productivo. Espero que predomine la cordura y la reflexión y todas las partes entiendan que hay que avanzar incluso en un escenario imperfecto», sentenció.