Redacción (ALN).- Hubo un tiempo en el que la cerveza se consideraba una bebida, en cierta medida, saludable y en el que se decía que era una buena forma de hidratarse, por ejemplo, después de una carrera. De hecho, la cerveza es una de las bebidas más consumidas en el mundo.
A nivel mundial, el 45% del alcohol total registrado se consume en forma de bebidas espirituosas. La cerveza es la segunda bebida alcohólica en términos de alcohol puro consumido (34%), seguida del vino (12%).
“Actualmente no existe una medida de alcohol recomendable para su consumo desde el punto de vista clínico”, dice el jefe de Servicio de Medicina Interna Hospital Sanitas Virgen del Mar, Jesús González. Es más, como explica, “las últimas actualizaciones indican que ni siquiera el consumo moderado tiene beneficios para el riesgo cardiovascular”. Por eso “los facultativos debemos recomendar ingesta cero de bebidas alcohólicas”.
Beber una cerveza al día no parece mucho, pero hay que mirarlo con perspectiva. Una cerveza diaria suma más de 50 litros al año, y el hígado, que no tiene días de descanso, lo nota.
Esto es lo que pasa por beber una cerveza al día
Estrés hepático: Aunque una sola cerveza al día no parece grave, el consumo habitual de alcohol puede sobrecargar al hígado a largo plazo”, advierten especialistas. Es como si todos los días le diera un pequeño golpe; al principio lo soporta, pero con el tiempo pasará factura.
Más calorías de las que pensamos: 200 calorías diarias son unas 73.000 al año, el equivalente a unas 20 pizzas medianas.. Y eso sin sumar lo que comemos con la cerveza.
Efecto cardiovascular dudoso: Aunque algunos estudios sugieren que cantidades moderadas de alcohol pueden beneficiar al corazón, estos efectos son controvertidos y no justifican el consumo regular.
Riesgo de dependencia: Y es que, lo que empieza como un hábito inofensivo puede convertirse en dependencia, por lo que especialistas recomiendan no coger el hábito de una cerveza al día.
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