Daniel Gómez (ALN).- Que la cuarta revolución industrial avance tan rápido es gracias a Silicon Valley y China. Entonces: ¿Qué pasa con Europa? ¿Quedó rezagada? Mitchell Baker, presidenta de Mozilla, piensa que no. A la región le toca explicar lo que está pasando con la comercialización de los datos, con la creación de productos cada vez más adictivos. Y esto se logra haciendo que “humanistas y tecnólogos trabajen juntos”.
“Europa no debe sentirse rezagada”. Lo dice Mitchell Baker, presidenta y cofundadora de Mozilla, el grupo estadounidense que creó Firefox, un navegador, que, a diferencia de Google Chrome, no tiene ningún interés en recopilar datos de los usuarios.
Se tiende a pensar que Europa ya no tiene nada que hacer en la cuarta revolución industrial. Lo cierto es que Silicon Valley, de donde es ella, y China son los núcleos donde se ha desatado el potencial del internet, el big data y la inteligencia artificial. De esos dos polos han salido las soluciones más innovadoras hasta la fecha, y las que, de forma comercial, más rédito están dando.
A nivel industrial, hasta Baker lo reconoce, Europa no tiene nada que hacer. Y es que su papel es otro: entender qué está pasando en la era digital. Para ello tiene que “conseguir que humanistas y tecnólogos trabajen juntos”.
“Hay que entender los cambios culturales que está habiendo, los cambios en la manera de innovar, los defectos culturales que se reflejan en la tecnología… Hay mucho espacio para otras perspectivas y sociedades”
“Hay mucho espacio para proponer actividades positivas respecto a este tema. Hay que entender los cambios culturales que está habiendo, los cambios en la manera de innovar, los defectos culturales que se reflejan en la tecnología… Hay mucho espacio para otras perspectivas y sociedades”, dijo Baker en un foro sobre tecnología y sociedad celebrado este miércoles en Madrid.
La presidenta de Mozilla cree que la respuesta a estos cambios “no vendrá de China ni de Silicon Valley” porque “el interés de estos lugares es promover soluciones comerciales”.
Mientras estos focos tecnológicos siguen creando teléfonos, coches autónomos, drones y plataformas de películas, Baker le pide a Europa que trate de explicar lo que está pasando con la tecnología con economistas, sociólogos e historiadores especialistas en la era digital.
“No es la primera vez que la tecnología y el cambio social van de la mano. Mientras la tecnología avanza a un nivel de disrupción sumamente rápido, la sociedad va más lenta y le cuesta entender lo qué está pasando”.
Los retos para Europa
Por tanto, para Baker el papel de Europa es el de entender estos cambios, y velar por la seguridad de las personas. En este sentido, uno de los retos es “establecer convenciones para que los datos personales no se usen al tuntún, sino solamente para lo que sea relevante”.
Por otro lado, Europa debería detectar la finalidad de los productos generados en esta nueva era, como las redes sociales, los ordenadores, los móviles, los gadgets, las aplicaciones de juegos, de comida, de buscar piso…
“Hay productos que han sido diseñado para que participes y te involucres. Para hacer feliz a la gente. Para que te quedes en ese sitio web y sigas viendo el próximo video. Todo esto se está pareciendo en una adicción. Una adicción muy personalizada por la inteligencia artificial”.
Baker plantea una hipótesis de lo que está ocurriendo, y es que “la economía de la adicción es una manipulación con un poder que no habíamos visto”. ¿Esto quien lo investiga? “Tenemos que conseguir que humanistas y tecnólogos que trabajen juntos, y en esto Europa puede ser líder”.