Daniel Gómez (ALN).- Christine Lagarde, jefa del FMI, apunta que las economías emergentes son “las más vulnerables” ante una situación de elevada deuda mundial. Como la de ahora. Eso afecta a Latinoamérica. A Brasil y México, las economías más endeudadas de la región. Y cómo no, a Venezuela. Su deuda externa es la tercera más grande de América Latina y la confianza crediticia del país está por los suelos.
La deuda mundial es un monstruo de 182 billones de dólares. Lo advirtió la jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, este lunes desde Washington.
Semejante monto es 45 veces más que el presupuesto de la economía más grande del planeta, Estados Unidos. Si esta misma comparación se hace con Brasil, la economía número uno de América Latina, la deuda es 182 veces el presupuesto del país.
Se trata de números estratosféricos. 60 puntos por encima de lo que el FMI contabilizó en 2007, cuando estalló la crisis financiera. Eso sí. La situación es bien distinta. Hoy la economía global está en forma. Crecerá a un ritmo de 3,9% en 2018 y 2019. Hay menos paro y por primera vez, la pobreza extrema se sitúa por debajo de 10%.
Pero Lagarde no se fía. “El clima de la economía global está empezando a cambiar”, dijo. Aparecen los nubarrones y se presentan en forma de deuda. Un pasivo que limitará el crecimiento de las economías emergentes, como las de América Latina.
“Gobiernos y empresas son ahora más vulnerables a un endurecimiento de las condiciones financieras. Las economías emergentes y en desarrollo ya están notando el pinchazo mientras se adaptan a una normalización monetaria en el mundo avanzado”, explicó la jefa del FMI.
Los países latinoamericanos con mayor deuda pública
Los países latinoamericanos, a diferencia de otros más desarrollados como Japón, cuya deuda supera el 200% del Producto Interior Bruto (PIB), no pueden acumular tales volúmenes debido a cuestiones de solvencia y calidad crediticia.
En 2017, la deuda pública bruta de Latinoamérica alcanzó 38,4% del PIB regional, un incremento de siete décimas frente a 2016, detalla un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (Cepal) elaborado con base en la información de los Bancos Centrales de la región. Eso sin incluir a Venezuela, que lleva sin actualizar la data desde diciembre de 2015.
Por países, Brasil continúa siendo el que tiene el mayor nivel de deuda pública respecto al PIB, con 74% (1,5 billones de dólares). Le sigue Argentina, con 53,7% (347.909 millones de dólares), y Costa Rica, con 48,8% (28.344 millones de dólares).
En el otro extremo aparecen Perú, con 21,5% de deuda pública frente al PIB (40.230 millones de dólares); Paraguay, con 21,9% (6.628 millones de dólares), y Guatemala, con 23,5% (18.089 millones de dólares).
Este miércoles, Lagarde presentará el Informe de Estabilidad Financiera Mundial en el que dará más datos fiscales sobre los países latinoamericanos.
Lo que más preocupa es la deuda externa
Es cierto que el tema de la deuda preocupa en América Latina. Pese a ser más baja que en muchas de las economías desarrolladas, experimenta un aumento gradual desde el 2000. También preocupa que muchos de esos compromisos estén suscritos con el exterior. O sea, en dólares. Lo que obliga a hacer piruetas fiscales para cumplir con tales obligaciones, sobre todo en épocas como la actual, con bajos precios de las materias primas.
Sobre la deuda externa la Cepal aporta datos. Con obligaciones por 191.023 millones de dólares, Brasil ocupa el primer lugar. El segundo puesto es para México, con 180.986 millones. El siguiente escalón es para Venezuela. Sobre su deuda externa sí hay información y lo que debe al exterior asciende a 132.156 millones.
Aquí entra en juego otra información de valor. La calidad crediticia. La capacidad que tiene, en este caso un país, para hacer frente a las deudas. Para calcularlo hay agencias que miden estos impactos como son Moody’s,Standard and Poor’s (S&P) y Fitch.
Brasil, la economía con más deuda externa de la región, muestra cierta fragilidad crediticia. De hecho, Moody’s lo coloca en el apartado especulativo y dice que la calidad de sus préstamos “es cuestionable”. De ahí que lo puntúe con la nota Ba2. Por su parte, S&P y Fitch le ponen la nota BB, que atiende a naciones “propensas a cambios en la economía”.
México, el segundo país latinoamericano más endeudado, goza de buena salud según las calificadoras. Moody’s considera que es un país fiable (AAA), mientras que S&P y Fitch advierten sobre cambios económicos adversos en su economía, pero con una “adecuada capacidad de pago” (BBB+).
Venezuela, en cambio, está en rojo. Moody’s le pone de nota C. Es decir, que “sus bonos deberían entrar en concurso de acreedores”. S&P es un poco más optimista e indica que la situación del país sufre “variaciones notables” (B-). Y Fitch ni siquiera entra a valorar lo que ocurre en el país.