María Rodríguez (ALN).- Un informe de Torino Economics sostiene que la Ley de Amnistía “sufre un profundo problema de credibilidad a ojos de los militares venezolanos”. Además, la firma explica que la Fuerza Armada podría estar enfrentándose a “serias dificultades de coordinación”. Una lectura que comparte Barclays Capital. “Esa falta de coordinación limita su capacidad para negociar una transición ordenada”, explica esta segunda entidad.
Si Nicolás Maduro sigue al frente del régimen venezolano se debe principalmente al apoyo de la Fuerza Armada (FANB). Juan Guaidó, presidente encargado de Venezuela, continúa tendiendo la mano a los militares. Insiste en que den el paso y se coloquen del lado de la Constitución. Por eso la Asamblea Nacional aprobó la Ley de Amnistía. Pero la FANB aún no ha dado el paso. ¿Por qué?
Para Torino Economics, unidad de análisis del banco de inversiones Torino Capital, la clave está precisamente en la Ley de Amnistía. Este proyecto “sufre un profundo problema de credibilidad a ojos de los militares”, indica la firma en un reciente informe. Añade que la oposición venezolana no tiene “la tecnología de compromiso para prometer una amnistía creíble para los militares”.
Y eso pese a que “este esfuerzo [la Ley de Amnistía] haya sido secundado por declaraciones de representantes del Gobierno estadounidense, que prometieron levantar sanciones a los funcionarios que reconocieran la presidencia de Guaidó”, según recoge Torino Economics. En concreto se refieren a John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de la Presidencia de EEUU, y a su cuenta de Twitter, que sólo dispara contra Maduro.
El Twitter de John Bolton sólo dispara contra Maduro
Por otro lado, desde Torino Economics apuntan que la decisión de varios países de solicitar la apertura de una investigación contra el régimen de Maduro por posibles crímenes de lesa humanidad puede tener un “efecto no deseado” respecto a la Ley de Amnistía. Y es que esta incluye un matiz importante: para ser amnistiados no deberán haber cometido crímenes de lesa humanidad.
Para el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, los militares no dan el paso y se colocan del lado de la Constitución venezolana por dos razones: tienen miedo a que la Ley de Amnistía no tenga foro internacional y a estar vigilados en todo momento por la inteligencia cubana. Así lo explicó Vargas Llosa en un artículo publicado en el diario El País de Madrid.
Por qué según Mario Vargas Llosa la Fuerza Armada no se rebela contra Maduro
“El hecho de que los militares no se hayan movido contra Maduro sugiere que se enfrentan a serias dificultades de coordinación y costos de salida”, indica Torino Economics.
Un informe de Barclays Capital (recogido por el director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros) también destaca el posible problema de la coordinación militar. “Más que lealtad a Maduro, los militares parecen enfrentar un problema de coordinación. Eso limita su capacidad para negociar una transición ordenada”.
Asimismo, desde Barclays Capital agregan que esto “crea un equilibrio muy frágil en el que incluso pequeños eventos podrían convertirse en catalizadores de un gran número de deserciones que podrían hacer que la institución implosione en una especie de escenario del Muro de Berlín”.
El reto de la ayuda humanitaria
Por otro lado, Torino Economics subraya que la Fuerza Armada venezolana enfrenta en este momento un reto importante: ejecutar la decisión del régimen de Maduro de no permitir el ingreso de ayuda humanitaria. “Si los militares continúan obedeciendo a Maduro después de estos eventos, lo tomaríamos como una confirmación de la hipótesis de que los costos de salida son muy altos y los mecanismos de coordinación son muy débiles como para respaldar una rebelión militar interna”, explica la firma.
En la misma línea se pronuncia Barclays Capital. Apuntan que la entrega de la ayuda humanitaria constituye “un desafío para la cohesión del régimen y un potencial catalizador para un gran número de desertores en las FANB”.
Con todo, Barclays precisa que “a falta de una resolución en los próximos 30-45 días, la situación del país podría volverse aún más peligrosa”. De ahí que desde la firma esperen “que los actores principales aumenten la presión en un impulso final para el cambio político”.